En el día de su cumpleaños, 10 murales que lo recuerdan y la historia de sus creadores
En la localidad de San Antonio de Padua, sobre la popular avenida Rivadavia que a esa altura acompaña las vías del ferrocarril Sarmiento y que en ese sector cambia de nombre y se denomina Presidente Perón, se encuentra un mural que en su origen combinaba las imágenes de Cristina Fernández, Diego Maradona, Néstor Kirchner y Juan Domingo Perón. La obra se realizó el 9 de julio de 2021 y la cara de Maradona la pintó el artista Santiago Nicolás (@santi_el_negro). De la secuencia de imágenes, solo queda inmaculada la de Diego Maradona porque las tres restantes fueron vandalizadas.
“A pesar de que la figura de Diego genera controversia y antagonismos, es muy respetada. Sus murales no los tocan y permanecen en el tiempo. Algo muy poco frecuente porque la mayoría de las intervenciones urbanas, a la corta o la larga, terminan deterioradas o vandalizadas”, afirma la artista plástica Nora Basilio que pintó varios murales callejeros de Maradona. Los murales de Diego, igual que la pelota, parece que no se manchan.
Recorrer el conurbano y los barrios de la Ciudad de Buenos Aires es chocarse con las mil caras de Diego Armando Maradona. Suponer que la representación del ídolo sobre cuanta pared hay disponible es un fenómeno propio de nuestro país o solo de los sectores marginales es hacer una lectura parcial y equivocada.
“Maradona es la persona con mayor cantidad de murales en el mundo”, afirma Nicolás Reyes a LA NACION, autor con Máximo Randrup, del libro Murales de D10S que recopila más de 300 imágenes e incluye la ubicación y detalles de cada obra. En la selección que llevaron adelante estos dos periodistas, hay murales de Diego de casi treinta países, incluyendo algunos que pueden parecer exóticos, como Kenia, India o Líbano.
“Lo que seleccionamos para el libro es solo una parte porque además tengo una cuenta de Instagram que se llama @maradonamurales donde publico todos los días una imagen que encuentro o que me envían, y ahí ya hay más de mil”, dice Reyes.
Fanáticos
Son muchos los fanáticos de Diego que registran lo que ocurre con su figura en las calles del mundo. Jorge Boido afirma ser el fotógrafo que registró mayor cantidad de imágenes de intervenciones artísticas de Diego Maradona, todas con una misma cámara: “Comencé el 25 de diciembre de 2020 alrededor de la cancha de Argentinos Juniors y llevo más de 1500 registros en nueve provincias argentinas y tengo una lista de otras 1500 pendientes para fotografiar”, explica Boido que está trabajando en la realización de un libro en el que volcará buena parte de este material en un proyecto que el lama Un D10S plebeyo y del que se puede ver un adelanto en su cuenta de Instagram @boidophotos.ph.
En su recorrido, Jorge acumuló información y se transformó en un referente porque conoce y entiende mejor que nadie el gran mundo de los murales y las intervenciones artísticas de Diego. Desde su perspectiva se trata de un fenómeno que abarca todas las clases sociales pero que tiene un mayor arraigo en los sectores populares y de menos recursos. “Una pared con la imagen de Maradona puede convertirse en un santuario y un lugar de veneración, y su inauguración en una fiesta del pueblo”, dice Boido. “Solo en Mataderos tengo registro de 35 murales y todos fueron pensados y financiados por grupos de gente que les cuesta mucho llegar a fin de mes”, explica el fotógrafo.
Las imágenes de Diego que se ven en los cientos de murales no son elementos neutrales ni la repetición de un mismo rostro con un único sentido. Igual que en su vida, Maradona aparece con mil caras. Cómo un pibe con mirada ingenua y lleno de sueños en La Paternal retratado por Nora Basilio; con un habano, gorra con estrella roja y apoyado en la baranda de la Bombonera, construido por el aerosol de Victor Marley; con la camiseta argentina y una mirada desafiante, en la creación de Maxi Bagnasco o en un abrazo de hijo amoroso con Don Diego en la cancha de Deportivo Riestra. La calle se encarga de mostrar a un Diego auténtico y contradictorio, del que ya nadie es dueño y que se convirtió en parte importante de la identidad de un país que lo abraza reflejando los miles de pliegues de una personalidad.
El Maradona de la gente
“Después de la muerte de Diego me convocaron para muchas propuestas, pero me jugué y las dejé pasar a la espera de un proyecto grande. No podía ser de cualquier tamaño y tampoco en cualquier lugar”, le dice a LA NACION Martín Ron, el artista plástico que pintó el mural de Diego.
Antes de cumplirse dos años de la muerte del ídolo, surgió la propuesta perfecta cuando YPF le planteó a Ron hacer el mural de Maradona más grande del mundo.
El paso siguiente fue definir la ubicación de la obra y Ron sacó un as de la manga al presentar una locación que ya tenía en vista a la espera de un mural especial. “Estaba en la mira desde hacía diez años porque se trata de una pared que se ve desde una avenida, desde la autopista y sin un obstáculo visible desde 300 o 400 metros. Era el lugar perfecto”, afirma el artista responsable de la obra de 45 metros de alto por 40 de ancho, que se encuentra en la medianera de un edificio de 12 pisos, entre la avenida San Juan y la autopista 25 de mayo, en el barrio de San Cristóbal.
La imagen que Martín Ron buscaba surgió de un momento contradictorio en la carrera de Diego porque no se trata de una situación de éxito, de las que abundan en la vida de Maradona. El gesto de Diego se da en un instante previo al inicio del partido final del Mundial de Italia 1990 entre Argentina y Alemania. “Después de que el público abuchea el himno argentino y que él responde con un insulto, convoca a sus compañeros y los arenga. Es un Diego enojado que lo muestra muy humano y terrenal”.
Ron se tomó la libertad de cambiar el fondo por un cielo vestido con “el barrilete cósmico” a la derecha de Diego, y unas estrellas a la izquierda, que inicialmente representaban las tres Marías del firmamento argentino, pero que la Copa del Mundo que alzó Messi en Qatar resignificó: “Con las tres estrellas me la jugué, fue una premonición que finalmente se convirtió en realidad”.
El mural se comenzó a pintar el 1 de octubre y se inauguró el 30 de octubre 2022, el día que Diego hubiera cumplido 62 años. Trabajó un equipo de ocho personas, cada uno con un rol específico: uno encargado del cielo, otro de la camiseta y Martín Ron con el rostro y los detalles. La tarea final fue la frase en la base del mural que le da cierre: Diego eterno.
“El mural se convirtió en un Maradona de la gente porque está en la zona sur de la ciudad, en un barrio de laburantes, muy transitado. Es cómo que te está alentando cuando pasas a remarla, a laburar. Es Diego que te arenga y te dice con el puño que se puede, que vamos a pelearla más allá de la adversidad”, sostiene Ron que no volvió a retratar al Diez y que considera que el mural de Diego es su obra más importante.
“Dale Diego, aparecé”
“Yo estaba gestando la idea de pintar un mural de Diego, tenía la pared elegida y algunas señales de como pintarlo, pero me sorprendió su muerte, me invadió la tristeza y decidí hacerlo ese mismo día”, le dice a LA NACION el muralista Alfredo Segatori.
El 25 de noviembre de 2020, luego de conseguir una grúa, a pocas horas de la noticia, Alfredo comenzó a pintar el icónico mural que se encuentra en Aristóbulo del Valle 50, en pleno Barrio de La Boca sobre una imponente pared de 40 metros de ancho por 20 de alto.
“Mi idea era representar a Diego como un santo o un patrono de La Boca por lo representativo que es para el barrio. Ya había pintado un primer cuadro con un cetro en la mano, además me lo imaginé con un escudo de Boca. Fui tomando esos elementos y casi sobre la marcha le di forma al mural”, explica Segatori que para la cara y la expresión del rostro partió de la imagen que publicó Leo Messi en su cuenta de Instagram el día que murió el Diez. “Me gustó esa foto porque se lo ve tranquilo y relajado, sin quilombo”.
“Alrededor de las 12 de la noche ya estaba muy cansado y por la poca luz no veía nada. La cara de Diego parecía que había vuelto de una fiesta más que la de un santo, por lo que decidí cortar y volver al otro día”, explica el artista.
Cuando Segatori volvió al día siguiente, la sensación de desánimo fue más fuerte que el anterior porque la humedad impidió el secado y en algunos sectores la pintura estaba corrida. Además, es una pared irregular con columnas y molduras, y eso complicó el trabajo del artista.
“Se parecía el primo más que a Diego. En mi charla íntima con él le decía ‘Dale Diego no me jodas más, aparecé’, dice sonriendo Alfredo que luego de una larga jornada fue encontrando al Maradona que buscaba. “Cuando comencé a pintar el pelo surgió el Diego, y emergió esa expresión de paz y de tranquilidad que tiene en el mural”.
Por el valor emotivo, el momento y la manera en que se gestó, Alfredo Segatori considera que es uno de sus trabajos más importantes, más allá de haber realizado más de un centenar de murales e intervenciones urbanas. El barrio de La Boca y la ciudad de Buenos Aires le agradecen a Segatori, porque a partir de su tristeza por la partida del ídolo, pero también por su genialidad, multiplicó el valor emotivo de este rincón perdido que se convirtió en un espacio de veneración a la figura de “San Diego”.
La milonga imaginaria
Desde este mes, debajo del puente de avenida del Libertador y Dorrego, Diego Maradona baila una milonga con Raffaella Carrá al ritmo de una orquesta dirigida por la batuta con forma de Obelisco de Charly García y ante la sonrisa de Carlos Gardel.
“Exabrupto de color es tango” es el nombre del doble mural que el artista plástico Alfredo Segatori pintó homenajeando a tres de los más grandes ídolos populares argentinos. Se inauguraron entre el 23 y 30 de octubre, en festejo al cumpleaños de Charly primero y de Diego después, a poco menos de tres años de su muerte.
“Es el cuarto mural de Diego que pinto. El primero fue un cuadro que hice para Hotel Buenos Aires, el segundo fue el mural que está en La Boca en la calle Aristóbulo del Valle y el tercero fue el telón que instalamos frente al Obelisco durante el Mundial de Qatar”, cuenta Segatori a LA NACION mientras sostiene una escopeta hidrolavadora y le da los toques finales a su obra.
El artista conocido por sus intervenciones y mega murales en la ciudad de Buenos Aires explica el significado de la obra en avenida Libertador y Dorrego que reemplazó a un mural también pintado por él: “Acá había otra obra que se llamaba La Milonga, pero que estaba un poco fulera por el paso del tiempo y ante la propuesta de renovarlo elegí homenajear a Charly y a Diego a quienes admiro profundamente”, dice el muralista.
La escena compuesta por un Charly dirigiendo una orquesta y Diego bailando con Raffaella Carrá es producto de la imaginación de Segatori porque no está tomada de la realidad y el artista cuenta el motivo que lo llevó a componerla: “Hay muchos artistas que pintan murales de Diego tal cual está en una foto. En esto todo es válido, pero yo prefiero darle una vuelta creativa y generar una imagen con elementos novedosos. Acá Diego, con su arito y una expresión pícara baila con Raffaella, algo que no ocurrió, pero podría haber sucedido”, cuenta Segatori exultante frente a la obra casi terminada mientras afirma que este trabajo fue “una resignificación del anterior mural” que tenía a Carlos Gardel y al jockey Irineo Leguisamo como protagonistas.
El barrio de Diego
“La Paternal tierra de D10S”, es el slogan de murales, pintadas y esculturas que se repite en el barrio que vio crecer futbolísticamente a Diego Maradona y en donde comenzó a jugar profesionalmente. En este rincón de Buenos Aires en donde el ritmo de vida parece que atrasa veinte años porque los talleres de carpintería, las mercerías y la pausa de la siesta se resisten a desaparecer, encontramos la mayor concentración de murales de Pelusa, como les gusta referirse a Diego en La Paternal.
Alrededor del del estadio de Argentinos Juniors, desde la calle Boyacá, luego sobre García y finalmente en Gavilán, hay una sucesión de 17 murales pintados por Victor Marley y dos mosaicos de Maradona realizados Las Aya Casa Musivo.
“Cuando Diego todavía estaba con vida me propuse hacer diez murales en barrios de Buenos Aires ayudado por mi hermano y mi primo, con la intención de que él lo vea y sacarle una sonrisa”, cuenta Victor Marley que el primer Maradona que pintó fue en un club de su barrio, Villa Celina.
Cuando el proyecto transitaba por la segunda estación Diego murió, pero el artista decidió continuar con la obra, que tomó un tono y una trascendencia diferente. “En la cancha de Argentinos hicimos el mural número ocho de la serie de diez, y es el que se ve a un Diego muy joven y se lee La banda de Pani” cuenta Marley. “Cuando arrancamos a pintar la pasamos muy mal porque tapamos un mural viejo y en mal estado. Muchas personas se molestaron y nos putearon de arriba abajo, pero cuando vieron como quedó volvieron a pedir disculpas y me contrataron para hacer el resto”, dice Marley a LA NACION.
Con la camiseta de la selección, como técnico de la celeste y blanca, con el Checho Batista, abrazado con Caniggia, con la camiseta del Napoli, y las mil maneras de vestirlo con la casaca roja de Argentinos Juniors es como se lo ve a Diego alrededor del estadio que tiene su nombre. Pero ahí no se agotan las alternativas para disfrutar de los murales de Maradona en el barrio que lo cobijó desde chico. En la esquina de Álvarez Jonte y Gavilán, y en las cuadras que le siguen sobre la avenida, Maradona es el dueño del paisaje. Una escultura del Diez, un mural en altura, un Diego con alas y la frase “Dicen que se escapó de un sueño”, te atropellan y te conmueven. Pero la obra que se destaca, por lo bien lograda de la expresividad es un doble rostro, uno en blanco y negro pintado por Dario Parvis y, a su lado, un Pelusa con el número 16 de Nora Basilio
“Es un Diego chico, el del arranque en Argentinos Juniors, lleno de sueños y de vida, con una expresión cristalina e ingenua. Desde mi mirada es el pibe humilde que sale a luchar por un objetivo y que te dice, si se puede”, cuenta Nora Basilio, la muralista que pintó con pincel y rodillo el Diego en colores del doble mural.
Maradona, Messi y la copa
En Moliere y Cantilo, a pocos metros de la avenida General Paz, en un barrio de casas bajas y de poco tránsito, se encuentra un mural de Maradona y Messi, los dos besando la Copa obtenida en 1986 y 2022, que esconde una historia entrañable.
El muralista Victor Marley, que es uno de los principales retratistas de Maradona, recibió un pedido para pintar un mural en el paredón del frente de una casa particular. El encargo era hacer a Diego y a Lionel juntos con el fondo de la bandera argentina. Luego de informar el presupuesto y de confirmar la realización, el artista recibió un mensaje de un allegado de la persona que le pidió el trabajo diciendo que tenía la obligación de contarle que la persona que lo contrató estaba pasando un momento complicado y que era probable que no pueda pagarle.
“Me la jugué, le tuve fe y pinté el mural igual”, cuenta Victor Marley sin dar demasiados detalles del verdadero motivo de la advertencia, pero dejando claro que para él, la empatía ante una situación personal difícil está antes que el interés económico. “Finalmente me pagó, me atendió de diez e hicimos una linda amistad porque quedó muy contento con el mural. Cuando terminé le regalé una camiseta de San lorenzo porque es fanático del Ciclón”, dice Marley que cuando finaliza una obra se toma una foto agachado, con el rostro oculto mirando para abajo y con una gorra. “Para mí es más importante la obra que el artista y por esa razón prefiero no mostrarme, pero saco una foto donde aparezco oculto para que se entienda la dimensión del mural porque sin una referencia, eso no se percibe” explica el artista.
Para mirarlo desde el cielo
Si un transeúnte desprevenido pasa por enfrente al edificio de oficinas que está en la avenida Mariano Castex en Canning, en el partido de Ezeiza, tal vez se sorprenda por la presencia de esa mole de vidrio y cemento en una zona de comercios y casas, pero seguramente se pierda la posibilidad de contemplar uno de los mayores murales de Diego Armando Maradona. El imponente retrato está en la espalda del edificio de más de 40 metros de alto, en el sector de estacionamiento y es imposible verlo desde la calle.
El artista Maximiliano Bagnasco fue el creador de esta obra que puede verse desde los aviones que aterrizan y despegan de el Aeropuerto Internacional de Ezeiza y que fue inaugurada en octubre de 2022 cuando se cumplieron 62 años del nacimiento de Maradona.
La imagen seleccionada para el monumental retrato muestra a Diego con gesto desafiante, vistiendo la camiseta de la selección argentina desde una perspectiva en la que el escudo de AFA, por el contraste de colores y la ubicación, toma un lugar central.
Bagnasco, que realizó varios murales de Maradona en diferentes lugares del mundo, dijo respecto a la imagen: “Se ve a un Diego que salía a enfrentar al mundo y a defender siempre la camiseta argentina y esa era su esencia”.
El artista, que cobró notoriedad a partir de la muerte de Diego Armando Maradona realizando murales con un impactante realismo, fue convocado por un amigo del ídolo y contó con el acuerdo de Dalma, Giannina y Claudia Villafañe para llevar adelante la obra, ambas estuvieron presentes el día de la inauguración.
El mural que pintó Maxi Bagnasco en Ezeiza plantea un giro y se destaca del resto de todas las manifestaciones artísticas que se ven en las calles argentinas de Diego porque para disfrutarlo es necesario subirse a un avión.
Con la mirada cansada
En medio de un enorme complejo de monoblock, ubicado en el barrio de Villa Soldati, y casi oculto en un estrecho pasillo entre la pared trasera de un colegio y una cancha de fútbol sintético, se encuentra uno de los murales más impactantes de Maradona.
Un Diego de barba canosa, con la mirada cansada y perdida en el horizonte, es uno de los legados del artista hiperrealista Victor Marley que a partir de su talento plasmó un Maradona inconfundible con una expresividad que conmueve. El pelo hacia atrás y los bordes de una remera azul y celeste terminan de dilucidar la incógnita y dan las señales que permiten descubrir a Diego, en el rol de entrenador de la selección argentina.
“La imagen la elegimos con un amigo que fue quien tuvo la iniciativa de hacer el mural en ese lugar. La mirada de Diego y lo que dicen sus ojos son los que nos llevó a decidirnos por esa foto que, sin dudas, es el retrato que más me gusta y con el que más me identifico de todos los que hice”, afirma el artista Victor Marley.
La ubicación, que a priori parece caprichosa y poco estratégica, es toda una declaración de principios. Un Diego del pueblo, para pocos, porque evita las grandes avenidas, pero a la vez de muchos, en el corazón de Villa Soldati, uno de los barrios más populosos de la ciudad de Buenos Aires.
La pared que se resistía
Durante años la textil Fadeté luchó para que las paredes de la fábrica que dan a la ruta 202 en Don Torcuato, luzcan blancas, a pesar del deseo de grafiteros y de los responsables de las pintadas políticas de “intervenirlas”.
Vigilancia primero, la tozudez de volver a tapar cada pintada y luego un alambrado sobre la pared fueron algunas de las estrategias que ayudaron a mantener inmaculado el frente de la tradicional textil que al final se rindió al pedido de las autoridades municipales y de la artista plástica Nora Basilio: “Cuando le planteamos la propuesta de un gran mural de Diego y de Messi nos dijeron que sí automáticamente y además nos facilitaron todo el material necesario para llevarlo adelante”, le dice a LA NACION Basilio, que lo pintó un año después de la muerte de Maradona.
La dupla de Diego y Lionel, los dos con la Copa del Mundo en la mano es una imagen que se comenzó a repetir luego del Campeonato del Mundo de Qatar, pero el mural que se encuentra en la ruta 202 fue previo a ese suceso y uno de los primeros en juntar a las dos figuras. “Maradona y Messi representan el encuentro de dos generaciones, de dos capitanes icónicos de la selección en que uno le pasa el legado al otro”, resalta la artista plástica que también llevó adelante otros murales de Diego, entre los que se destaca uno en el barrio de La Paternal, junto con el muralista Darío Parvis, en el que retrató al Diez de muy joven, cuando debutó en Argentinos Juniors.
El mural de los dos ídolos máximos del fútbol argentino se hizo en el marco de una campaña del municipio de Tigre denominada Huella Urbana, y en este caso tuvo la intención de resaltar la importancia de los clubes de barrio como espacio de contención para los chicos. Para la inauguración, Basilio convocó a las autoridades de los clubes de la zona y, además, invitaron a las personas que pasaban frente al mural a sumarse activamente en la producción de la obra. “Yo me encargué de los rostros, los fondos y los detalles, e invitamos a las personas que pasaban a que pinten las camisetas para hacer de esto algo participativo”, explica Basilio.
La obra cobró especial trascendencia al aparecer, primero en un artículo de The Guardian, el 18 de diciembre de 2022 en la previa al encuentro frente a Francia por la final de la Copa del Mundo, y luego en el video homenaje que la AFA le dedicó a Lionel Messi. “Para los vecinos de Don Torcuato fue muy lindo ver que la imagen de la obra que ellos se cruzan diariamente, y en la que muchos participaron con algunas pinceladas, tomó ese vuelo. Es lo hermoso de un mural callejero”, destaca Basilio.
El mural más largo del mundo
“Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial”. Así comienza diciendo el enorme mural de más de una cuadra de largo, que se encuentra sobre la calle Monseñor Enrique Angelleli, frente al Estadio Nuevo Francisco Urbano de Deportivo Morón y sobre uno de los laterales del cementerio de esa localidad.
Los muralistas José Luis Cousillas, Matías De Brasi, Sergio Condori y Emmanuel Risso, junto al espacio comunal de artes visuales Villa Mecena, fueron los responsables de plasmar en este extenso paredón la obra que revive el gol contra Inglaterra con el que Diego puso de pie al país entero durante el Mundial de México 1986.
Luego de la secuencia que va mostrando cada una de las jugadas que Maradona fue hilvanando mientras dejaba atrás uno a uno a los futbolistas ingleses, el mural cierra con una última frase: “Barrilete Cósmico. Homenaje del pueblo de Morón a Diego A. Maradona”, y un Diego alzando su mano derecha y con el rostro exultante por el festejo.
Una imagen del ídolo en su época de cebollita, con la camiseta blanca y roja con dos rayas verticales en el costado izquierdo, ponen el punto final a una obra que sorprende por su dimensión, pero al mismo tiempo por la dinámica que plantea, combinando el trabajo de varios artistas en el que probablemente es el mural más largo de Diego Maradona del mundo.
El barrio de Diego
La Boca es un museo a cielo abierto de murales de Diego Maradona y compite cabeza a cabeza con La Paternal por adueñarse de la figura del Diez. En el barrio que lo adoptó como propio y en donde vivió algunos de sus momentos más gloriosos, el rostro de Diego se repite en múltiples expresiones y en distintos momentos de su vida.
Al imponente mural, pintado por Alfredo Segatori en la calle Aristóbulo del Valle, llamado San Diego de La Boca, se le suma un Maradona con la camiseta de la selección y con mirada desafiante en Pedro de Mendoza y Necochea y la frase: “Sembró alegría en el pueblo”. En Brandsen 830 un Pelusa con la camiseta diez de Boca y la frase, “Hay que alentarlo siempre” deja claro el sentimiento de la parcialidad xeneize.
Caminar por el barrio que lo vio campeón en 1981 con la casaca azul y oro es una invitación a conocer los mil rostros de Maradona porque Diego aparece de diferentes maneras: stencil, fotos en los vidrios de las casas, stickers en las paredes y murales callejeros en todos los formatos. Pero en este recorrido de múltiples expresiones se destaca la que se encuentra en la subestación de Edesur, en la calle Pérez Galdós. Un mural de cuatro metros de alto por dos de ancho que se ubica en una pared lateral del edificio y está hecho en pequeños mosaicos, muestra a Diego con la camiseta argentina en el Mundial 1986.
La obra fue realizada por un grupo denominado Comando Maradona que está integrado por tres fanáticos de Diego: Paula Soto, Gabriel Pereyra y Gonzalo López Lluch. Ellos conformaron el núcleo central del equipo de trabajo que hizo el mural, pero para realizar esta obra llegaron a trabajar 10 personas que usaron varios kilos de venecitas de producción nacional, de entre 25 y 30 colores distintos para darle los matices y colores que presenta.
“Para nosotros Maradona es el heroísmo, la conexión con la pasión, con la energía que solo él generaba. Además, Diego representó a la Argentina de una manera única a partir del amor y el orgullo que sentía por el país. Para nosotros eso es un ejemplo para resaltar y a seguir”, explica a LA NACION Gonzalo López Llucho, que además de conformar Comando Maradona es parte de una agrupación de muralistas denominada Mosaico Nacional.
Este trío de admiradores de Diego, que habitualmente realizan murales en venecita, fueron los responsables de la obra que sirvió de excusa para renombrar a la subestación de Edesur que a partir de la intervención artística se llama Diego Armando Maradona.
El Comando realizó más de 20 murales en mosaicos, y al de la calle Pérez Galdós se suma otro en el barrio de La Boca que se encuentra en del Valle Iberlucea 984 donde se ve a un Diego joven, con la camiseta azul y amarilla, y una tupida cabellera en movimiento recordando las proezas del Diez en 1981, cuando ganó el torneo Metropolitano.