La mirada de Varsky: Madrid era de Mou, pero hoy el Rey es el Cholo

27 de Diciembre de 2011. Diego Simeone vuelve a Madrid, la ciudad de José Mourinho. Mou es el Rey. Sus libros ocupan el principal estante del rubro deportes. Los hinchas valoran su trabajo y aman al personaje anti Barcelona. Le gusta el rol de villano. Lo contrataron en junio de 2010 para que fuera la kriptonita de Messi y sus Súper Amigos. Los provoca en cada declaración mediática. Diseña estrategias para fastidiarlos, como la presión a máxima intensidad. No siempre les ha ganado pero tiene la final de la Copa del Rey de ese año y se encamina al título de la Liga 11-12. Cholo acepta la propuesta para volver a su Atlético. El equipo tambalea. El grupo no está unido. A cuatro puntos de la zona de descenso, la Europa League parece una distracción del objetivo más importante, la permanencia. "No me asusta, me entusiasma. Quiero un equipo agresivo y contragolpeador, fiel a su historia". Inmediatamente convence a sus jugadores de esa idea. Invicto en sus primeros siete partidos, cae ante los Súper Amigos por culpa de una genialidad del Enano. Alejado de la zona caliente, cuenta sus partidos por victorias en la competición internacional.

El 11 de abril de 2012, visita al Rey Mou en el Bernabéu. Tras el abrazo lleno de cariño y respeto, el Madrid lo llena de goles. 4 a 1, un capítulo más de la serie que siempre termina igual. En junio, los dos celebran. El Madrid de Mourinho convoca a Cibeles por el campeonato local, garantizado luego de un 2 a 1 contra sus Enemigos en el mismísimo Camp Nou. El Atlético de Simeone invita a Neptuno por la Europa League, que gana con el 3-0 ante el Athletic de Loco Marcelo en la final de Bucarest.

Arranca la 12-13. Mou quiere ganar la Champions. Cholo, llegar a la Champions. Real Madrid retiene a todos sus cracks y gasta una fortuna por el croata Modric. Atlético no logra retener al brasileño Diego y destina apenas un millón de euros para refuerzos. El espectacular triunfo ante Chelsea por la Supercopa europea no cambia los planes. Radamel Falcao sigue haciendo goles de todos los colores.

Diciembre de 2012. Vuelven a abrazarse en el Bernabéu. Vuelve a ganar el Madrid con un estelar Cristiano. Atlético termina mejor el año, con siete puntos más que su "padre" (40 contra 33). El plantel conserva la identidad y siente la pertenencia. No mueve la aguja la prematura eliminación de la Europa League. Regresará a la Champions tras 17 años de ausencia. Mourinho ha cambiado de enemigo. Ya no es Barcelona. Tampoco los árbitros. Ahora se pelea con las figuras de su plantel: Casillas, Pepe, Di María, Sergio Ramos, Cristiano. El personaje mediático que construye todo el tiempo con la palabra se va devorando al entrenador revolucionario que trabaja todo el tiempo con la pelota. Se saludan nuevamente en abril de este año. Festeja el Madrid de nuevo y con suplentes. "Espero ganar el más importante contra ellos", dice Cholo. Es la final de la Copa del Rey en el Bernabéu.

Atlético la juega con la obsesión de su entrenador: negarle el contraataque a su rival. El Madrid con el retrato de su técnico en este año: nervioso y quejoso. Crea más oportunidades. No tiene suerte y "Largo" Courtois hace dos milagros. Paulo Miranda copia el gol de Pantic en la final de 1996 que Cholo ganó como jugador. Se acaba la racha de casi 14 años y 25 partidos. Campeones y en la casa del clásico rival. Mou termina expulsado, igual que Cristiano. Ambos desquiciados, fiel desenlace de una temporada turbulenta. "He fracasado", admitió el DT. Sólo falta el anuncio: José Mourinho se va de Madrid, la ciudad de Diego Simeone. Sus libros ocupan el principal estante del rubro deportes. Los hinchas lo aman. Le agradecen que haya vuelto. Hoy Cholo es el Rey.

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