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La historia de Justin Meram, rival de la selección argentina: el norteamericano, "terrorista apestoso", que eligió jugar para Irak
Justin Meram estaba navegando en Facebook. Era 2013. Tenía 24 años y ya había debutado en la MLS en Columbus Crew, equipo en el que sigue jugando hoy en día. Entre tantos mensajes que recibió, uno le llamó la atención. "¿Eres iraquí?", decía. Nada más. No conocía a Yousif Al-khafajy, quien le había escrito. Pensó la respuesta. Dudó. "Sí, lo soy", escribió. Y desde allí, se le abrió un mundo nuevo.
Meram nació en Estados Unidos, en Michigan. "Mis dos padres nacieron y se criaron en Irak. Mi padre se fue a finales de la década de 1960, mi madre en la década de 1970. Se conocieron en Michigan", contó en una entrevista. Su papá fue uno de los que más lo impulsó en jugar al fútbol, al igual que su tío.
"Mi deseo de jugar al fútbol para vivir se remonta a cuando tenía 7 años, entrando y saliendo de conos en Shelby Soccer City, en Michigan. Mi tío Tony trabajaba allí, organizando ligas y haciendo otras cosas, y en su tiempo libre me entrenaba. A veces también me daba lecciones de vida. Un día estaba jugando con mi equipo junior y anoté 12 goles en un partido que ganamos 19-1. Después, corrí a su oficina. '¡Marqué 12 goles!', le dije, saltando de alegría. Mi tío no sonrió. 'Esa es una de las cosas más irrespetuosas que has hecho', me dijo. 'Necesitas aprender a ser humilde en la victoria. Cuando estás venciendo a un equipo, lo haces con clase y respeto' me dijo", contó en una entrevista que salió publicada en The Players Tribune.
Meram creció con el fútbol. Consiguió una beca en una Universidad y de allí saltó a la MLS. Fue reclutado por Columbus Crew, equipo en el que juega como profesional desde 2011 -apenas estuvo afuera un año, en Orlando City, a préstamo- pero en algunos momentos no la pasó bien. Contó que algunos rivales lo discriminaron. "No fue fácil crecer en los Estados Unidos tras 2001", dijo. "No puedo ignorar que algunos fanáticos de otros equipos me han llamado 'terrorista apestoso' y me insultan durante los partidos", contó.
Meram será titular esta tarde como volante ofensivo, en el partido que la Argentina jugará ante Irak en Arabia Saudita
Su vida dio un vuelco en 2013. Cuando contestó aquel mensaje de Facebook, sintió volver a conectarse con sus raíces. Yousif Al-khafajy era un reclutador que buscaba jugadores iraquíes por el mundo, para aumentar el número de futbolistas profesionales en su selección. A partir de allí comenzó un largo y difícil camino burocrático para conseguir los papeles y jugar con la selección en Medio Oriente. "Mi madre había guardado gran parte de su documentación de Irak, mi padre no. Su objetivo era llegar a los Estados Unidos para darse una vida mejor", relató.
Entre varias cosas, tuvo que pedirle una carta a la Federación de Fútbol de Estados Unidos. Allí se encendieron las alarmas: algunos entrenadores querían que formara parte del equipo. "Un día en 2014 sonó mi teléfono y era Gregg Berhalter, mi entrenador en ese momento con Columbus. 'Estás seguro de que quieres hacer esto... para jugar en Irak?', me preguntó. 'No puedes dar marcha atrás una vez que está hecho', continuó. Tenía una decisión que tomar".
Por qué eligió Irak
Si bien existía la posibilidad de ser convocado por la selección de Estados Unidos, decidió jugar para Irak. "Mi mente seguía vagando por las historias felices de la infancia que mi madre siempre me había contado sobre el crecimiento en Irak. Palmeras altas, el agua cristalina y la arena dorada y brillante. Aunque también tenía malos recuerdos, siempre noté cuánto apreciaba la belleza que una vez conoció. Esa chispa en sus ojos desaparece cuando ella y mi padre hablan de las pesadillas que el país ha soportado desde entonces", dijo. "Tuve que elegir Irak. El fútbol fue mi regalo", concluyó.
Nunca había estado en Medio Oriente, ni siquiera hablaba el idioma. Pero en 2014 jugó por primera vez con la selección iraquí. Fue ante Kuwait, en noviembre de aquel año. Pasaron 27 partidos para él y tres goles.
"Soy estadounidense y estoy orgulloso de decir eso, pero cuando juego, sólo pude pensar en Irak y su gente. Cuando salgo a la cancha, no puedo evitar recordar ese mensaje de Facebook de hace cinco años. '¿Eres iraquí?', es tan simple, pero también es complicado", escribió.
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