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Lo culparon por el descenso de River y terminó como productor ganadero: la nueva vida de Adalberto Román
En tres años de carrera atravesó dos descensos de categoría; su paso por el Millonario generó revuelo entre los hinchas; sus días en su Paraguay natal y su regreso a la liga local
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Adalberto Román embelesó con su “magia” a Daniel Passarella allá por 2010. El entonces presidente de River hizo hasta lo imposible para traerlo al club y para convencer al resto de su equipo “imitó” los “quites de pelota” en su propia oficina, porque lo consideraba “el mejor zaguero central de Sudamérica”. El defensor paraguayo se convirtió entonces en el octavo refuerzo del equipo de Ángel Cappa, pero la vida quiso que poco menos de un año después la historia fuera otra. En solo tres años su carrera deportiva sufrió dos descensos de categoría y, finalmente, se dedicó a la ganadería como forma de vida.
En aquel año Cappa reforzó la plantilla con la incorporación de Adalberto Román, Juan Pablo Carrizo, Jonatan Maidana, Carlos Arano, Josepmir Ballón, Walter Acevedo, Leandro Caruso y Mariano Pavone. El oriundo de Vaquería, Caaguazú, Paraguay, llegó al club tras el pago de 3,6 millones de dólares. De estos, 1,5 millones de dólares salieron como un adelanto para la institución guaraní.
A pesar de no tener una destacada labor partido a partido, Román se convirtió al principio en el pilar de la defensa millonaria junto a Maidana y, poco a poco, comenzó a ganarse un lugar en la plantilla de Juan José López, ya al frente del equipo. Allegados al club reconstruyeron con LA NACION el trasfondo del arribo al barrio de Núñez, cuando la institución estaba presidida por Daniel Passarella, quien viajó exclusivamente a Asunción para ver jugar al zaguero que, según dicen, lo impresionó al instante.
Al volver al Monumental, dicen, el entonces presidente del club estaba “embelesado por los dotes futbolísticos del paraguayo”, a tal punto de imitar algunas de sus jugadas. Invadido por la euforia se levantó de la silla, corrió a un costado el escritorio y convirtió la oficina de 20 metros en una mini cancha de fútbol. “Comenzó a tomar carrera, empezó a hacer los movimientos que hacía Román… ¡Actuó los movimientos de Román! Todo esto pasó ante la miraba atónita de los que estaban ahí presentes. ¡Hacía movimientos de piques cortos!”, relatan testigos de aquellos días. Después de la “magistral” actuación del dirigente deportivo, más tarde se escupió el deseo en realidad: “¡Voy a traer al mejor zaguero central de Sudamérica!”, aseveró. Y así lo hizo.
Si bien es cierto que Adalberto era un jugador conocido en Sudamérica, también señalan que “la obsesión” que despertó en Passarella tuvo que haber estado motivada por el pedido de un tercero, “alguien le había hablado de él”. “Adalberto nunca jugó bien en River. Este pibe vino y después se lesionó. Estuvo parado bastante tiempo. No hablaba con los compañeros del equipo, y creo que nadie lo entendía [su comportamiento]”, cuentan.
La llegada de Román estuvo vinculada con el momento de más exposición de Passarella, cuando también se hablaba de que se metía en el armado del equipo y su pelea con Julio Humberto Grondona, entonces presidente de la AFA, aunque todo esto formó parte del contexto de la era más nebulosa de River. El valor de su pase, si bien por estos días es el precio habitué de un zaguero, por entonces y dadas las circunstancias del club fueron consideradas como excesivas. “Fue un pase caro, pero Passarella estaba obsesionado con el jugador”, comentan quienes, por esos días, frecuentaban al convulsionado club de Núñez.
Los inicios de la carrera de Adalberto Román
Román debutó con la camiseta de Libertad de Paraguay, el 23 de abril de 2006, en el Torneo de Apertura, club donde estuvo hasta 2010 antes de aterrizar en Buenos Aires. En su primera etapa en el club paraguayo ganó cuatro títulos y jugó 84 partidos, donde marcó 10 goles. Además, con ese club jugó la Copa Libertadores, con el que llegó a los cuartos de final del torneo sudamericano. Ahí tuvo un buen rendimiento y fue convocado por Gerardo “Tata” Martino en 2009 para jugar un amistoso ante Chile. En rigor, el defensa jugó tres partidos con el seleccionado de su país.
La llegada a River Plate
Luego de ver su excelente performance, Passarella se tomó un avión a Asunción para “convencerlo” de llegar a Núñez. Finalmente, el 29 de agosto se puso la banda en el debut ante Argentinos Juniors, en la fecha 4 del Torneo de Apertura de 2010. En ese torneo jugó 12 partidos y anotó ante Banfield y Lanús. En el siguiente campeonato, en el que River se jugaba la categoría, el paraguayo jugó 18 partidos, en el que tuvo una buena actuación, pero el Millonario perdió la categoría.
Uno de los errores que lo condenaron ante los hinchas de Núñez fue la mano que cometió dentro del área en el partido ante Belgrano, el 22 de junio de 2011, en Córdoba, que marcó para siempre la historia del club Millonario. Una mala jugada del destino quiso que Román cometiera una falta dentro del área y le permitiera a César Mansanelli cambiarla por un gol, que llevó al club porteño al descenso. El lapsus del futbolista atizó la furia de los hinchas visitantes que se encontraban en la cancha durante ese partido ante Los Piratas. Fue su desacierto lo que despertó el enojo de la gente que irrumpió en el estadio durante los primeros minutos del segundo tiempo para golpear a los futbolistas.
Pese a haber cometido este error, el técnico durante el paso por el Nacional B, Matías Almeyda, decidió mantenerlo en el plantel y sumarlo a la lista de los jugadores que iban a disputar el torneo. No obstante, recién después de cinco meses de estar parado le dio la oportunidad de jugar ante Atlético Tucumán. Pero la inactividad tuvo sus consecuencias para el equipo, dado que los tucumanos aprovecharon las falencias y ganaron el encuentro por 2-0. Este partido también se convirtió en el último para Román con la camiseta del Millo. Después de esta racha negativa, Román se transformó en una de las figuras más cuestionadas del plantel y de la era más amarga de River.
“Lastimosamente cometí ese error”, dijo a finales de 2012, en referencia al penal ante Belgrano, durante una entrevista con radio AM 780 de Asunción. En ese momento, el futbolista explicó que le hubiese gustado “tener una revancha” con el Millonario, aunque poco tiempo después trataron de dársela, pero tampoco pudo demostrar su valía debido a sus lesiones. “Me gustaría hacer lo mejor y sacar buenos resultados”, explicó en su momento.
Su paso por el Palmeiras y el segundo descenso
Después del ascenso de River, en 2012, Román fue cedido a préstamo al Palmeiras de Brasil. En la Serie A de ese país jugó apenas nueve partidos y pudo convertir un tanto. Pero, una vez más, el descenso estuvo muy presente en su carrera. Si bien el equipo de San Pablo se clasificó para la Copa Libertadores, tras una pobre campaña descendió por segunda vez en su historia, en el mismo año que había llegado Adalberto, y el club debió disputar la Serie B en 2013.
En ese país, según indicaron los medios locales en su momento, Román tuvo algo de responsabilidad en un partido clave ante el Flamengo. Todo sucedió después de que el entonces delantero del Mengão, Vagner Love, quien venía de ocho partidos sin marcar, ejecutara un tiro cerca del área que el paraguayo intentó desviar, pero terminó convirtiéndose en el gol decisivo, que rompió con una década invicta de la Verdão en la máxima categoría. Ese equipo, por entonces, estaba dirigido Luiz Felipe Scolari.
“En la Argentina demostré mi capacidad, lo he hecho muy bien, por ello quiero tener otra oportunidad [en River]”, había advertido el futbolista durante la entrevista radial. Finalmente se le concedió su deseo, no sin antes atravesar algunas trabas. Palmeiras le había pagado al Millonario un préstamo de US$200.000 para hacerse de los servicios del defensor, con opción a compra, un atajo que habían tomado en Núñez para tratar de recuperar parte de los US$ 3,6 millones que habían invertido por él apenas un año y medio antes.
Su regreso a Núñez
Una vez más, las cosas no salieron como deseaba. Tras el descenso del club brasilero, Román no tuvo una mejor alternativa que tratar de volver a Núñez, a donde esperaba comenzar a sumar más minutos en cancha. Con la vuelta de River a primera, el técnico Ramón Díaz salió a respaldarlo ante los hinchas que todavía estaban reticentes a un posible regreso del futbolista al plantel de primera. “No podemos culpar a un jugador por una acción. River no se fue a la B por la mano de Román frente a Belgrano”, aclaró Ramón Díaz en una entrevista con la Rock and Pop y explicó, en otra oportunidad, que tenía la intención de “recuperar a Adalberto”. Por esos días, además, se cuestionaba el armado del equipo y el técnico tuvo que salir a aclarar que la decisión de traerlo era suya y no de Passarella. “Que la gente de River sepa que yo lo pedí”, amplió.
De la mano de Ramón Díaz jugó un partido amistoso contra Boca, pero por algunas lesiones que lo tenían a maltraer no fue considerado por el técnico más que para tres partidos de ese torneo. Finalmente, en 2013 el club de Núñez rescindió su contrato.
Volver a los orígenes
Con este escenario, Román quedó libre y debió regresar a Libertad de Paraguay, el mismo equipo que se lo vendió a River por una suma considerada en ese momento como “sideral” debido a las pobres finanzas del club. En 2014 ganó el Torneo Apertura y Clausura con el Gumarelo, una racha que siguió en 2016 y 2017 con el Apertura. “Yo tengo la fuerza suficiente para recuperarme; tengo una familia hermosa, gracias a Dios tengo salud y esto es trabajo. Tengo la fuerza suficiente para superarlo y así lo voy a hacer”, había declarado un año antes de volver definitivamente a su país, y después de sumar su segundo descenso en su carrera deportiva.
Fue Cerro Porteño quien le abrió las puertas en 2018, sobre el ocaso de su carrera. Pero solo jugó dos partidos y decidió marcharse por la falta de minutos y terminó en Sportivo San Lorenzo, donde tuvo una mejor performance: disputó 19 partidos y marcó un gol en 2019.
De futbolista a ganadero y el regreso al deporte
En una entrevista con el sitio Crónica, de Paraguay, reveló su nueva actividad económica después de colgar los botines. Según explicó se había mudado a La Colmena, un distrito en el departamento de Paraguarí, donde hacía una nueva tarea. “Compré un campo, me dedico a la ganadería, y trabajo en mi propia granja. La ganadería es algo que no desconozco porque soy del interior y antes de jugar al fútbol ya trabajaba en esto. Es una actividad que me gusta”, declaró.
Si bien en ese momento sostuvo que prefería mantenerse alejado de las canchas, esta semana se conoció la noticia de su regreso al fútbol. La página de Facebook Karai Pelota, que lleva adelante José Céspedes, contó que el defensor había desempolvado los botines. “El interminable y muy buen defensor, Adalberto Román, jugo su primer partido hoy en el Club Deportivo La Colmena, de la Liga Colmenense de fútbol, en el departamento de Paraguarí”, anunciaron.
Fue su regreso a las canchas después de dos años y medio. El último partido lo jugo en el Sportivo San Lorenzo en el 2019. “Esta incorporación le da jerarquía al campeonato”, relata ese sitio que visibiliza, a través de una fundación, a los jóvenes deportistas de escasos recursos del interior de Paraguay.
LA NACION se contactó con Román y con su entorno pero no obtuvo respuesta al momento de publicar esta nota.
Deportivo La Colmena, indicaron a este medio, es un club “muy competitivo” del interior que suele participar de campeonatos como Copa Paraguay, un torneo al que siempre clasifica, por la influencia que ejerce en la zona y su competitividad futbolística. La liga colmenense de fútbol es una competencia que promociona, organiza y reglamenta las competiciones de alto rendimiento del fútbol realizadas en la ciudad homónima. Actualmente tiene nueve clubes afiliados y el nuevo equipo de Adalberto se convirtió en el primer campeón de esta liguilla en 2016.
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