Juegos Panamericanos: Kai Ditsch cumplió con “la revancha” que quería tomarse y le dio a la Argentina una nueva medalla de oro

SANTIAGO, CHILE.– “Vengo en busca del oro. Mi hermano consiguió la plata en Lima 2019 y estuvo muy cerca del oro. Vengo a terminar el trabajo que dejó pendiente él. Tengo la necesidad de ganar porque soy así, siempre quiero ganar, pero no tengo presión. Voy a divertirme y si gano, gano. Si no, no pasa nada. Si me divertí ya gané”, le dijo Kai Ditsch al sitio de Panam Sports (Organización Deportiva Panamericana) unas horas antes de salir a competir en la final de wakeboard, en la laguna Los Morros, en los Juegos Panamericanos Santiago 2023. Y cumplió en todas sus formas: disfrutó y además se subió a lo más alto del podio al ganar la medalla dorada, la segunda para la delegación nacional en lo que va de la competencia. ¿La anterior? También en wakeboard, con Eugenia De Armas, este lunes.

Ya impregnado del oro panamericano, Kai dijo: “Estoy muy contento porque tanto yo como Euge (De Armas, justamente) y con la ayuda de nuestro entrenador Renato (Buscema), el equipo de wakeboard consiguió los dos oros, que ese era el objetivo así que más que contento. Hubiera deseado que tengamos ya más, pero bueno, de a poquito”,

Kai Ditsch es hermano mellizo de Ulf, quien en 2019 ganó la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Lima en la prueba que ganó el norteamericano Andrew Adkinson y este martes pudo tomarse la “revancha” de aquello al imponerse él en la última prueba del día entre todas las que se desarrollaron en la jornada que tuvo también la presea de plata de Tobías Giorgis en overall. Ditsch hizo su parte al lograr 88.33 puntos y quedar encima de los 82.67 del canadiense Hunter Smith y los 78.33 del estadounidense Daniel Johnson, quienes se quedaron con la plata y el bronce, respectivamente. Sin embargo, a algo más de una hora de la consagración, Kai le contó a LA NACION que el llamado con su hermano aún estaba pendiente. Cómo iban a ser los festejos de la medalla era el tema que copaba la escena.

“Nos dedicamos toda la vida a hacer esto. Con Euge (De Armas) nos conocemos desde que somos chiquitos, entrenamos toda la vida juntos. Cuando nos escapábamos del colegio salíamos a andar juntos. Por eso es que tenemos dos oros hoy. Hicimos lo que era necesario con nuestros padres, nos dedicamos mucho y por fin pagó”, le dijo Kai, tigrense de 23 años, a TyC Sports, el canal argentino oficial en estos Juegos. Un rato después, amplió: “Es que tuviéramos o no ganas mi papá nos hacía andar, así que agradecido con él. A veces no te dan ganas, te querés ir a un cumpleaños, o lo que sea. Él nos obligaba y nos llevaba a entrenar igual. Obviamente que nos gustaba, pero por suerte y gracias a eso mantuvimos la disciplina y hoy toca andar bien”.

Para Kai, la razón por la que el wakeboard logra darle alegrías a la delegación y al medallero argentino se debe a que “en la Argentina hay muchos ríos y a la gente le gusta hacer deporte, le gusta ir al río”. Y pone el ejemplo en primera persona para describir esa pasión por la cercanía con la naturaleza: “Me encanta lo que hago, no paso muchos días sin ir al río, cualquier deporte de tabla me gusta, o ir a surfear, lo que toque. Ese estilo de deportes me encanta y por lo general estoy siempre haciendo algo. No me gusta hacer mucho de otra cosa más allá de estar arriba de una tabla disfrutando de la naturaleza”.

Por último, a propósito de su tono relajado y su discurso del disfrute, contó cómo lo consigue, sobre todo tratándose de alto rendimiento: “Intento tomarme las cosas tranquilo, siempre hay mucho en juego, mucho más que lo que la gente ve. No solo en los Juegos Panamericanos, sino en cualquier competencia. Pero con el tiempo aprendí a tomármelo así, a saber que a veces se gana y a veces se pierde, aunque si estás tranquilo subís tu chance de poder hacer lo que tenés entrenado. Yo creo que si sabés que podés fallar pero que vas a intentar lo mejor, termina saliendo todo. Hay que estar tranquilo de la cabeza y salir a disfrutar”, cerró.

Un martes de emociones, también con Tobías Giorgis

Tobías Giorgis fue un prodigio del esquí acuático. Aprendió a subirse a un esquí y mantenerse firme antes que empezar a caminar. Aún así, a los 18 meses ya estaba en el agua. Compite desde muy chico en torneos de toda relevancia y acumula a nivel internacional una lista de récords que, de nombrarlos a todos, hasta sonaría tedioso. Este martes se le dio uno de los premios mayores que venía a buscar a los Juegos Panamericanos Santiago 2023, los segundos de su carrera, a los 21 años: pelear hasta el último segundo. Así, consiguió la medalla plateada de la máxima cita multidisciplinaria a nivel continental, un logro que se dimensiona en grande por la edad con la que compite y mucho más, por la soltura con la que lo hace. El rosarino ya se había colgado el bronce en salto, este lunes, tal como había hecho en sus primeros Juegos, Lima 2019.

El rosarino concluyó segundo en la prueba de overall con 2689.09 puntos, por detrás del canadiense Dorien Lewis Llewellyn, quien sumó 2970.59 y por delante del chileno Martín Alberto Labra Thiermann, con 2671.83. Cuarto quedó otro argentino, Patricio Zohar Álvarez. “Estuve muy concentrado, había arrancado muy bien, estoy muy contento con la medalla de plata. El canadiense es Top 3 del mundo, un gran esquiador”, dijo Tobías post competencia a TyC Sports. Y para darle buen marco a su logro, contó que al no ser olímpico el esquí acuático, esta medalla tiene un valor importantísimo: “Este torneo es el más grande que tenemos en cuatro años. Ahora se viene el verano en la Argentina, hay que a seguir entrenando para preparar la temporada que viene y los viajes a Estados Unidos y Europa”, concluyó.

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