Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
Juegos Panamericanos: la caída de Giselle Soler que le hizo perder el oro en patín artístico
LIMA.- Simulaba la suavidad de un pétalo de rosa descansando sobre el musgo. Una pluma dando vueltas en medio de la brisa. Su gracia y sus gestos delicados cautivaban el ambiente. Pero en un instante fatídico, el cimbronazo: a Giselle Soler se le astilló la ilusión con una caída sobre el final del programa largo del patín artístico, con lo que tuvo que conformarse con la medalla plateada en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
Cuando el equilibrio le jugó una mala pasada, enseguida se recompuso. Pero no pudo disimular la frustración al finalizar la rutina: se llevó las manos al rostro sabiendo que se le escaparía el título, después de haber quedado primera en el programa corto de ayer. Era la gran candidata, aunque la ganadora fue Bruna Wurtz. De esta forma manera, con un total de 92,15 puntos contra 103,17 de la brasileña, la chica argentina no logró defender el podio de oro en Toronto 2015. Giselle era uno de los grandes créditos para recolectar el mejor metal para la delegación.
Estoy con mucha bronca todavía. Quería la dorada, pero esto no modifica en nada el trabajo que hicimos y la forma en la que tenemos que seguir de cara al futuro
La crítica a la dirigencia
En medio de su desazón, aunque siempre con una sonrisa, fustigó: "Es difícil lidiar con la dirigencia. Tengo que decir que el presidente de la Confederación Argentina de Patín (Daniel Ventura) me apoyó en todo, pero no puedo decir lo mismo del Comité de Patinaje artístico. Estuve en un campeonato del mundo que duró 15 días y costó buscar pistas, me tuve que hacer cargo yo de alquilarlas. En Argentina es más los huevos que ponemos que lo que tenemos".
La patinadora continuó con sus críticas: "El Comité está acostumbrado a que los deportistas terminen haciendo las cosas por su cuenta. Yo avisé un mes antes del alquiler de la pista pero no se realizó. Tiene que ver con el desinterés de ellos, me dijeron que no alquilaban pistas porque no tenían los contactos, pero son dirigentes. Es un problema si no los tenés".
La historia personal y deportiva
Más allá de su frustración dorada ¿quién es Giselle Soler, más conocida en el pequeño mundo de patín como Gigi? Su más lejano recuerdo es quedarse fascinada viendo deslizarse a su hermana mayor, Elizabeth. Tenía apenas 3 años y ya la acompañaba a entrenarse, con el deseo de imitarla muy pronto, cuando las piernas empezaran a amigarse con el equilibrio sobre ruedas. No tardó demasiado: a los 5 ya competía en torneos federados. La identificación con Elizabeth era total, al punto que heredó su pasión y su rutina, pero de esas que se disfrutan y no se convierten en una carga agobiante.
Hubo un primer freno, eso sí: su desarrollo deportivo peligró por culpa de una escoliosis idiopática. Una desviación severa en la columna casi la deja al margen de las competencias, e incluso los médicos le advertían que empeoraría si seguía patinando. Patinaba igual, aunque cada movimiento le hacía saltar las lágrimas. Utilizaba en todo momento un corset de fibra blanco para corregir el problema y se lo sacaba unos segundos antes de las prácticas en las mañanas frías. Empezó en el club Di Montazzoli, pasó a los siete años a San Lorenzo y representó a partir de 2012 a Tristán Suárez.
Así fue como armó un calendario lleno de círculos rojos, entre obligaciones de estudio y entrenamientos. Días, meses, años ensayando con movimientos de cisne de lunes a sábados. Cuestión de levantarse a las 7, salir de su casa a las 8 y traspasar las puertas de la Ciudad Deportiva Don Bosco a las 9, ya más acá en el tiempo. Según la exigencia, las prácticas podían extenderse hasta las 15 o 17, dependiendo del día. Ya en tiempos de facultad, los lunes, martes y viernes estuvo cursando de 18 a 22 para la carrera de Licenciatura en Logística en UNTREF, la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Pero atención: antes de una competencia importante, como si no resultara suficiente, siempre aumentó la cantidad de horas de entrenamiento y agregó los domingos, la jornada en la que supuestamente debía desenchufarse.
¿Cuál es su secreto para ordenarse? Busca y rebusca para alcanzar una comunión entre la carga horaria del entrenamiento y el estudio. Es una vida cronometrada, una maquinaria de relojería que no debería fallar para poder rendir al máximo en todas las áreas. Lo más difícil es cuando viaja al exterior, porque muchas veces la duración de las giras de competencias deja en el camino la rendición de parciales y obliga a que sintonice nuevamente la frecuencia de la facultad, pero nada que le resulte imposible. Y en medio de esa agenda, algunas clínicas que brinda para el perfeccionamiento en el patinaje.
Tal como ella lo siente, representar al país es un honor y a la vez una gran responsabilidad que le devuelve orgullo. Impregnada en el delicado personaje que encarna, siente que al patinar defiende el entusiasmo y el esfuerzo de todas las nenas argentinas que recién empiezan a patinar, a sus compañeros, e incluso se imagina embajadora de quienes no tienen ni idea de que existe este deporte. "Representás a todos", jura, con el impulso del apoyo de mucha gente para dejar la bandera argentina lo más alto posible.
Antes de esta participación en Lima, hubo dos logros que fueron los que más disfrutó: los Panamericanos de Toronto 2015, que significó el primer oro para la delegación argentina en el certamen, y cuando se consagró campeona mundial por primera vez. "Trabajar tanto para algo y lograrlo es la mejor recompensa", argumenta. Allí en Canadá le pusieron dos veces tarde la música que debía interpretar. Luego del primer error en los controles, hizo el reclamo y le permitieron reiniciar la rutina. Pero tras el segundo gaffe de la organización, no le quedó otra que empezar a patinar en busca de ese oro que perseguía como gran candidata. Al final, ganó la primera medalla dorada para Argentina en aquellos Panamericanos.
En su iPod suena música electrónica. Dice que cuando se enoja se pone tan chinchuda como si fuera aquella nena de tres años. Su ídola dentro del patín es la italiana Tanja Romano, que fue múltiple campeona mundial y, según ella, no hubo otra igual. En pareja con el patinador argentino en línea Ken Kuwada, se engancha con Facebook e Instagram para subir fotos y videos. Cuando conoció Dubai se enamoró de su arquitectura, sobre todo porque le parece que lo que era desierto se convirtió en una mole de edificaciones de última tecnología.
Su deportista favorito es Lionel Messi; admira su carrera y cómo la peleó desde chico. En el poco tiempo que le queda libre estudia italiano, mira televisión, hurga por las redes sociales y patina… también sobre hielo. Como compañía son infaltables su hermana Elizabeth y su gata, "Perlita". Se desvive por los spaguettis con salsa de champiñón y se atemoriza con las arañas. Reniega de sus "dientes grandes" y detesta a la gente cargosa. Siente que su lugar en el mundo es Estados Unidos por la diversión que le devuelve y conserva el sueño eterno de que el patín artístico se convierta en olímpico, además de poder competir en los Juegos.
Otras noticias de Juegos Panamericanos
Agenda de TV del domingo. Fórmula 1, lo mejor del fútbol europeo y toda la actividad de los Panamericanos
“A veces siento miedo”. Dejar todo desde la infancia: inspiradoras historias anónimas detrás del sueño olímpico
La hora de la verdad. Con Mascherano al mando, la selección Sub 20 comienza el camino para poder llegar al Mundial
Más leídas de Deportes
"Se estrelló dos veces". Un expiloto criticó a Colapinto por su actuación en San Pablo y los fans argentinos le recordaron un blooper propio
Emotivo. El gesto de Lionel Messi con los hijos de Juan Iturbe: "Sueño cumplido"
¡Polo gratis! La gran decisión que acercó público nuevo a Palermo y los detalles que deberían cuidarse
Día, hora y TV. Cuándo juegan los Pumas vs. Irlanda, por la fecha 2 de la ventana de noviembre 2024