Juegos Olímpicos París 2024: Simone Biles ganó una final muy reñida y recuperó el trono en el All Around

Simone Biles es una gimnasta inigualable. Incluso cuando no llega a la perfección. La estrella estadounidense superó este jueves a la brasileña Rebeca Andrade durante una tensa final del concurso completo individual de gimnasia artística y se quedó con la medalla dorada en los Juegos Olímpicos París 2024.

Con un puntaje de 59,131, Biles aventajó por poco más de una unidad a Andrade, que obtuvo 57,932, en uno de los resultados más reñidos de la campeona norteamericana en una competición internacional de las grandes. Biles inclinó en su favor la final con un destacado ejercicio de suelo, tal como lo hizo en la también conquistada prueba decisiva por equipos. Fue su segundo oro en la capital francesa y el sexto de su trayectoria olímpica.

Su compatriota Sunisa Lee, la campeona de Tokio 2020 hace tres años, se llevó la medalla de bronce tras lidiar en los últimos 15 meses con problemas renales que comprometieron su participación en París. Biles y Lee acabaron fundiéndose en un abrazo. La rivalidad entre Biles, Lee y Andrade, ferviente en el marcador pero amistosa dentro del Bercy Arena, resultó una constante en esta final del All Around, desde la primera rotación.

El margen de la victoria fue el más estrecho desde que Biles conquistó el tercero de su récord de seis campeonatos mundiales, en 2015. Entonces era una adolescente. Ahora es un ícono. La deportista de 27 años ha redefinido lo que una gimnasta puede hacer, especialmente a su edad, al convertirse en la tercera que obtiene dos títulos olímpicos en el All Around. Emuló a Larisa Latynina, que lo hizo para Unión Soviética en 1956 y 1960, y a Vera Caslavska, que lo logró para Checoslovaquia en 1964 y 1968.

Biles es, además, la mujer de mayor edad que conquista el cetro más importante de su deporte desde que Maria Gorokhovskaya, entonces con 30 años, se consagró por Unión Soviética al ganar el primer concurso completo, en Helsinki 1952.

Pero no fueron fáciles, como sí muchos de los logros previos en su carrera extraordinaria, el sexto oro de Biles y su novena medalla en total, la misma cantidad que la acumulada por la legendaria rumana Nadia Comaneci, presente en París-Bercy junto a otras luminarias, como la selección de básquetbol masculino de Estados Unidos.

La gimnasta midió mal una transición en las barras asimétricas, el más débil de sus cuatro aparatos, al desprenderse prematuramente de la horizontal alta. Aunque no se cayó, necesitó apelar a su experiencia para retomar la rutina a pura voluntad. Frenó su impulso y ello le costó en la anotación, hasta quedar detrás de Andrade al cabo de dos rotaciones.

El déficit, sin embargo, no duró demasiado. Biles replicó con un impecable desempeño en la viga de equilibrio, llevándose una puntuación de 14,566, la más alta entre las 24 finalistas. En cambio, Andrade retrocedió al segundo lugar cuando tambaleó en su rutina de piso, la prueba predilecta de Simone.

Andrade, subcampeona olímpica por detrás de Lee en Tokio, necesitaba cumplir el mejor ejercicio de piso para alcanzar a Biles. Pero no lo consiguió. La brasileña de 25 años llegó a salirse del tapiz, un problema insignificante, pero suficiente para restarle margen de maniobra.

Cuando la tabla estaba apretada, la cuarta rotación, en el suelo, decidiría a las ocupantes de cada escalón del podio. Fue entonces cuando Biles resplandeció como lo hizo en Río de Janeiro 2016, cuando se dio a conocer al mundo. En ese decisivo ejercicio efectuó una triple pirueta en la primera diagonal; una pirueta hacia delante, un doble agrupado y un doble giro mortal en su segunda diagonal; una doble plancha con medio giro con un aterrizaje hacia delante en su tercera, y una doble plancha con un aterrizaje de espaldas en la cuarta. Una espléndida rutina que le valió 15,066 puntos y el primer puesto global.

Ganadora de 23 títulos de campeona mundial, puede aumentar su cuenta en los próximos días, en las finales de salto, viga de equilibrio y suelo, entre el sábado 3 y el lunes 5 de agosto, cuando volverá a encontrarse con la paulista, a la que considera su principal rival actual.

Cuando regresó de Tokio, Simone Biles pensó que nunca volvería a competir. Pero tres años después de que un bloqueo mental la dejara perdida en el aire, acaba de sumar su segundo oro en París. La reina de la gimnasia está de vuelta. Prodigio desde la infancia y figura mundial desde su baño dorado en Río, es un ícono global al que siguen 9,5 millones de personas en Instagram y cuyas actuaciones en estos Juegos Olímpicos han atraído a Tom Cruise, Lady Gaga, Bill Gates y Serena Williams a las tribunas.

Su primera aparición estridente en la gimnasia internacional llegó en 2013 en Amberes, cuando a los 16 años se colgó dos medallas doradas. En la siguiente década sumaría otras 21 mundiales. Por el camino tuvo que afrontar un trauma, al ser una de las decenas de gimnastas que sufrieron abusos sexuales por parte del médico del equipo nacional Larry Nassar, condenado a décadas de cárcel por esos delitos.

Desde arriba del podio, la estadounidense sonreía feliz este jueves tras vencer, una vez más, a las dudas sobre si se sostendría en la cima. Un tatuaje en una clavícula lleva el título del poema de Maya Angelou Still I rise (Y aun así, me levanto). La reina está de nuevo en pie.

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