¿Tu papá soñaba con que fueras futbolista?
Sí, era fanático apasionado del fútbol y jugaba en Tiro Federal de Morteros, su ciudad. El tema es que se confundió porque, lejos de ser jugador, yo era muy malo y me fui para otro deporte. Él y mi abuelo eran de Boca, pero vivíamos cerca de la cancha y de chiquito me llevaban a ver al Pirata. Ya de más grande, varias veces fui en auto desde Córdoba a Buenos Aires en el día: hacía 700 kilómetros, veía el partido y volvía otros 700 kilómetros.
Belgrano pelea abajo en la tabla, ¿andás nervioso o lo manejás tranquilo?
No, nervioso para nada. Entiendo que son momentos, que no se dan los resultados. Con el tiempo y mirando desde otra perspectiva, tal vez se me pasó el fanatismo. Yo nunca le exigí nada al club; los jugadores, el cuerpo técnico y la dirigencia hacen un esfuerzo para crecer y dan lo que pueden. Tampoco siento que estén en deuda con la gente.
¿Cómo viviste aquel recordado partido con River por la promoción?
Fue un hecho histórico, pero no lo veo como un logro. Acá en Córdoba te cargan y te dicen que lo más importante que hizo Belgrano en su historia fue mandar a River a la B. Tuvo más resonancia por lo que significaba el rival. Para mí fue fuerte, tengo mucha gente conocida en River porque nadé ahí muchos años y le tengo un gran aprecio. Obviamente, dije que quería que ganara Belgrano, a algunos hinchas de River les molestó y salieron a putearme.
¿Qué diferencia hay entre jugar en el estadio Olímpico y en barrio Alberdi?
No sé qué sentirá el jugador, pero para los hinchas ver el partido en nuestra cancha es lo mejor. Se ve más de cerca, se escucha más a la gente, tiene condimentos que el Kempes no tiene por ser tan grande. Es especial ir al barrio un rato antes y prepararse como para una fiesta.
¿Cómo se vive el clásico cordobés?
Siempre es especial, cuando se juega por puntos e incluso en amistosos se paraliza la ciudad. Los días previos generan muchos nervios y ansiedad, y el después si perdés es duro y si ganás es el día más feliz. Hay que aguantar las cargadas o gastar a los primos. Por ahí, los cordobeses tenemos más chispa, pero Rosario y Santa Fe también tienen lo suyo. Pero la pasión es igual en todos lados, la diferencia sí existe entre el fútbol argentino y el de otros países. Lo lamentable es que en los últimos años solo pueda ir una única hinchada. Los clásicos con hinchas de ambos equipos eran espectaculares. Tuvimos que llegar a eso porque no entendemos cómo vivir el fútbol.
El año pasado fuiste elegido padrino general de las actividades del club.
La idea surgió de la dirigencia y accedí por el cariño que le tengo al club. Cada disciplina tiene su padrino particular y yo asumiré el padrinazgo general. Siempre estoy a disposición para poner el hombro y estar cerca del club para colaborar en lo que haga falta.
Completá la frase
De los equipos del interior, Belgrano es: el que siempre acompaña a pesar del resultado
El momento más feliz: cuando ascendimos ganándole a Banfield, yo era muy chico, pero me puso muy contento
Me enojo con el equipo cuando: no hay actitud ni garra, eso no se puede negociar, hay que dejar la piel
Ilustración apertura de Gonza Rodríguez
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