Joe Schmidt nunca jugó en los All Blacks. Es más: tuvo que abandonar una incipiente carrera como rugbier (no fue un jugador destacado) por una grave lesión en el tendón de aquiles. Pero es un amante del rugby y, desde afuera de la cancha, absorbe cada conocimiento que puede para poder transmitirlo. Nació en Kawakawa, Northland, y creció en Woodville, cerca de Palmerston North. Tiene 53 años y es entrenador desde hace 20 años.
Es una de las principales razones del maratónico ascenso de Irlanda a las primeras planas del rugby mundial. Es el head-coach del equipo europeo desde 2013 y con él, por primera vez consiguieron ganarle a los All Blacks en su historia. Ocupa el segundo puesto en el ranking mundial, pero para esa parte de la historia, hay un largo camino por recorrer.
Sus comienzos se dieron en su país, pero lejos del rugby. Trabajó como maestro de inglés en varias escuelas, mientras no se daba por vencido en soñar con una carrera profesional con la ovalada. Pero nunca tuvo mucho éxito. Fue un viaje a Irlanda el que le cambió la vida. Tenía 24 años y decidió tomarse un año fuera de su país. Viajó junto a su esposa, Kellie, a Mullingar. Jugó para el club local y una de sus primeras cruzadas fue evitar que sus compañeros salgan a los bares las noches anteriores a los partidos. Por su dedicación, le pidieron ayuda para entrenar a jóvenes en la Wilson's Hospital School. "Antes de que llegara, éramos dinosaurios. Trajo un nivel de organización, inteligencia y responsabilidad, contagió emoción en lo que hacía", recuerdan. Ese año, el equipo fue campeón.
Regresó a su país decidido a dedicarse a entrenar. Desembarcó en New Zealand Schools. ¿Qué representan? el primer peldaño en la escala de alto rendimiento del rugby de Nueva Zelanda. Allí, los jugadores se introducen a la cultura y el ambiente de los equipos nacionales de ese país. Muchos de los All Blacks que brillan y se lucieron en el pasado, dieron sus primeros pasos aquí. La enseñanza fue una vocación para Schmidt, quien no sólo fue entrenador, sino maestro en algunas escuelas. Su apariencia juvenil hizo que el personal por momentos lo confundiera con un alumno y hasta le pedían explicaciones de cosas que hacía.
De allí dio el gran paso a los Blues, equipo del Super Rugby, donde fue asistente durante tres años. Clermont fue su primera escala europea, siempre como asistente, con título de Top 14 francés incluido. Su salto al estrellato lo dio en Leinster. Fueron tres años de éxitos para el equipo irish. "Para tener éxito debes tomar aquello en lo que eres bueno y convertirte en excepcional, convertirlo en un arma real", fue una frase que repitió el entrenador según relató Brian O'Driscoll, uno de los mejores en la historia de su país. "Nunca he visto a un entrenador con un cerebro de rugby tan inteligente", remarcó quien lo tuvo en Leinster, el único equipo de O'Driscoll en su carrera.
En 2013 llegó el salto a las primeras planas: Irlanda. Coincidió con una de las mejores generaciones de jugadores de la historia, y a partir de allí, todos fueron éxitos. "A veces te sientes un poco presionado, como loco con él... pero lo está haciendo con una razón: ponerte presión en cada entrenamiento, intentar de que durante los partidos des todo. Es un increíble entrenador, siempre está alerta", dijo Jonathan Sexton sobre Schmidt. Los éxitos llegaron rápido: dos títulos del Seis Naciones en 2014 y 2015.
El primer gran golpe para Schmidt e Irlanda llegó en el Mundial de Inglaterra. Los Pumas, equipo manejado en aquel entonces por Daniel Hourcade, se impusieron en cuartos de final. Allí el equipo europeo cambió. Sintió el golpe y fue por más. Cambió algunos nombres, pero mantuvo su idea. "Sus prácticas son cortas e intensas, las estrategias de juego son simples, basadas en la presión, dominar territorio y ser veloces y agresivos", reveló Garry Ringrose, jugador del seleccionado irlandés.
El gran golpe de esta Irlanda llegó dos años atrás. En Chicago se enfrentaron con los All Blacks y para ellos, la historia cambió: por primera vez pudieron vencer al seleccionado de Nueva Zelanda. Fue el único triunfo para los europeos. Schmidt vencía, por primera vez, a sus orígenes. Contó, luego del partido, que habló con su madre y le pidió disculpas por haber vencido a Nueva Zelanda. "¡Ella pensó que mi disculpa era falsa y tenía razón! Pero estaba encantada de que ganáramos el juego y supongo que ella también lo estaba", dijo entre risas.
Su familia es el otro gran sostén del entrenador. Con su mujer tuvo cuatro hijos. Uno de ellos, Luke, tiene epilepsia. A los nueve años fue sometido a una complicada operación. "Eso puso al rugby en suspenso", reconoció. Hoy tiene 15 años y es la gran preocupación del entrenador afuera de las canchas. "Tengo un chico joven luchando en este momento. La realidad está más allá del rugby", dijo tiempo atrás.
Este próximo sábado, Irlanda será el primer rival de los Pumas en la ventana de noviembre, y será sin dudas una prueba de fuego para el equipo de Mario Ledesma. Llegan de ganar el Seis Naciones y conquistar el Grand Slam es decir, haber ganado los cinco partidos del torneo. Cuando ganaron el título ante Escocia, sus jugadores celebraron doble: el campeonato y que su entrenador se quedó sin voz. "Debe haber sido un gran alivio para ellos no escucharme gritar ni dar órdenes", señaló.
Pero los números de esta Irlanda son abrumadores. Están invictos como locales en el año. No pierden en su estadio desde 2016, cuando cayeron con los All Blacks. Son el número dos del ranking mundial (cuando llegó Schmidt, el equipo estaba 7°). Apenas cuatro derrotas sufrió en su país desde que es entrenador: dos con Nueva Zelanda, una con Australia y la restante, contra Gales.
Contra los Pumas, Schmidt cumplirá su partido número 60 como entrenador de Irlanda. Ganó 43, perdió 15 y empató uno. Será la quinta vez que el seleccionado argentino se enfrente a este entrenador. La única victoria se dio en aquellos cuartos de final del Mundial 2015. El gran golpe para el seleccionado europeo que, en Tokio 2019, buscará saldar su gran cuenta pendiente: nunca pudieron superar los cuartos de final en una Copa del Mundo.
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