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Javier Zanetti: “Inter no se equivocó cuando fue a buscar a un chico de 20 años: el techo de Lautaro Martínez ni siquiera está a la vista”
La leyenda analiza su primer título como vicepresidente; el valor del ‘Toro’, quién es Romelu Lukaku afuera de la cancha y lo cerca que estuvo el club de ser vendido por sus dueños chinos durante la campaña; “La Superliga europea era un error”, confiesa
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Ocurrió de casualidad, como muchos creen que nacen las mejores historias. Una Navidad cualquiera de hace varios años. Aquí, en la Argentina. Una señora, desconocida, se acercó a Javier Zanetti y le regaló una estampita. “Guardala”, tan solo le dijo. Llevaba la imagen de Santa Rita. Zanetti sintió curiosidad y se conmovió cuando conoció la vida de la religiosa italiana. Todavía jugaba cuando viajó desde su casa sobre el lago de Como hasta la pequeña comuna de Cascia, de no más de 3000 habitantes, en la Toscana, el origen de leyendas y testimonios que cruzan dolor, milagros y devoción. Zanetti se abrazó definitivamente a Santa Rita. Ya no se sorprenden los fieles que lo reconocen a ‘Pupi’, ramo de rosas en mano, cuando frecuentemente visita la iglesia más próxima de la santa, en Milano. Incluso…, de alguna manera, Santa Rita acompañó la campaña de Inter rumbo al scudetto.
Las cámaras de Sky TV detectaron una particularidad de Zanetti que se repetía en los partidos. Una y otra vez: seguía el juego con una botellita en la mano. “Sí, es agua bendita. Agua bendita del santuario de Santa Rita”, revela Javier. “Es emocionante su vida, su obra…, la patrona de los imposibles”, susurra. “No la conocía hasta que esa estampita llegó a mí; nunca más supe de aquella señora, pero siempre le estaré muy agradecido”, agrega. El santoral católico de Santa Rita es el 22 de mayo…, y Zanetti alzó la Champions League como capitán de Inter, en Madrid…, un 22 de mayo de 2010. Ese día, los nerazzurri derrotaron 2-0 a Bayern Munich, con 2 goles de Diego Milito, que llevaba el número 22 en la espalda.
En la grey interista, Zanetti es la leyenda. Increíble comunión. En junio cumplirá 26 años en el club, desde aquella mañana en Johannesburgo, de gira con la selección, cuando Daniel Passarella entró en su habitación para mostrarle un fax con membrete del Inter que certificaba la transferencia desde Banfield. Ganó todo. La Champions League, la Europa League, el Mundial de Clubes, cinco veces el scudetto, varias Copas de Italia y muchas Supercopas. Récord de partidos, la camiseta N°4 que se retiró para siempre y la estatua en el estadio Giuseppe Meazza. Claro que esta coronación es diferente a todo: la primera como vicepresidente, una función que solo le había mostrado las turbulencias de la gestión entre accionistas, capitales y propietarios algo fugaces. “Al jugador lo dejé atrás, pero los nervios y la tensión te atraviesan el cuerpo porque desde afuera ya sabés que no podés hacer nada. Y sufrís, claro, sufrís mucho más. Las sensaciones son inevitablemente distintas. Pero la satisfacción es la misma, aunque ahora la alegría pasa por otro lado: el orgullo de ver cómo este equipo ha ido creciendo en estos dos años, pese a tantos contratiempos”. Zanetti no piensa disimular nada ni en estas horas felices.
En el plantel campeón permanecen tres futbolistas que jugaron con Javier: el arquero Samir Handanovic, y los defensores Andrea Ranocchia y Danilo D’Ambrosio. Bromea con ellos y con todos. Con Bastoni, con Sensi, con Barella, con Hakimi, que ni habían nacido cuando Zanetti llegaba a Inter en 1995. “Este proyecto empezó con Conte hace dos años. Y desde su llegada estuve mucho más cerca del equipo. Al principio de mi rol, y siempre como vicepresidente, yo me dedicaba más a otras cosas. No es que no estaba cerca del área deportiva, pero el acento lo ponía en otros campos. En cambio, este proceso lo viví desde que nació y es una enorme satisfacción ver los frutos de todo este trabajo. Pasando también por sabores amargos que, ojo, son imprescindibles para crecer. Para madurar, para mejorar, para templar el coraje. Y este grupo necesitaba pasar por esas etapas negativas para prepararse para ganar, para aprender a ganar”.
-¿Te referís a haber perdido la final de la Europa League 2020, quedar este año últimos en el grupo de la Champions...?
-Sí, todo eso. Y haber perdido también algunos partidos clave en la Liga italiana del año pasado que fueron determinantes. Todos los grupos, si realmente quieren crecer, deben pasar por esos momentos y aprender a gestionarlos. Los malos momentos son los que te confirman que no alcanza con lo que estás haciendo. Ahora, una vez que tenés el diagnóstico, después hay que ver cómo resolvés el problema. Y este grupo siguió creciendo, entendió que con lo que venía haciendo no le alcanzaba.
-¿Por qué decís que ahora estás más cerca del terreno deportivo? ¿Porque Antonio Conte te da un lugar que otros técnicos no te ofrecían?
-Es incomodo hablar de mí…, pero siento que soy un tipo muy ubicado. Lo fui siempre, y más ahora con responsabilidades dirigenciales. Nunca quisiera ser un tipo..., acá dicen ‘incombrante’… Cuando vos estás en un lugar te das cuenta si hay armonía o receptividad del otro lado…, y a veces no hay. Me acuerdo del primer almuerzo que tuve con Antonio, apenas firmó, y ya me di cuenta de que empezaba algo lindo. Tiene una enorme capacidad y mucha convicción para trasmitir sus ideas. Sí, el me dio lugar y confianza para poder estar cerca del grupo.
-¿En qué acertó Conte como técnico?
-Principalmente, en la cultura del trabajo. Es incansable. Y después su mentalidad, concientizó a un grupo de jugadores, muchos de ellos jóvenes, de que podían ganar. Insistió, especialmente en la adversidad, en creer en un trabajo. Que solo el trabajo iba a servir de respaldo. Cuando nada sale ben, si hay un trabajo de fondo, ese trabajo es el que te puede rescatar. Desde que llegó, no hubo un día en el que no pensara en cómo mejorar al equipo. Sus méritos van incluso más allá de ganar el título después de una década y cortar la racha de la Juve. Él ha sido responsable también de valorizar a los jugadores, de reposicionar al club. Él consiguió que el grupo lo siguiera.
-Conte, como jugador y entrenador, estuvo 16 años en Juventus, el gran rival de Inter. ¿Cómo creés que lo evalúan los hinchas de unos y otros?
-Yo creo que al hincha de la Juve no le debe gustar nada que haya conducido al título a Inter, nada menos. El hincha del Inter, al principio, seguro que lo tuvo un poco bajo estudio, pero creo que enseguida se dio cuenta, por la manera de trabajar de Antonio, que el tipo se iba a brindar por completo. Más allá de que Antonio haya jugado mucho en la Juventus, desde que llegó al Inter no paso un día sin pesar al 100% en cómo mejorar al equipo. Acá se dice ‘sposó la causa’…, se abrazó al reto, él tomo este desafío como un hombre 100% interista.
-¿Y tus recuerdos contra él, en la cancha?
-Imaginate…, con la rivalidad que hay entre Inter y Juventus, y los dos transitando por el mismo sector, por el mediocampo, nos cruzamos mil veces en mil partidos, pero nunca tuvimos problemas. Siempre nos manejamos con mucho respeto. Él era intenso, visceral, pero jugaba su partido, no le interesaba otra cosa. Tenía temperamento y personalidad, pero no buscaba el conflicto.
-¿Cuáles han sido las claves de la campaña y los méritos del plantel?
-La clave fue que el plantel nunca dejó de creer. Incluso, más allá del palazo que fue quedar afuera de la Champions porque terminamos últimos en nuestro grupo. Jugamos bien la Champions, pero en los dos partidos con Shajtar Donetsk nos faltó un gol, porque empatamos 0-0 las dos veces. Pero el grupo no se quedó en esos lamentos, se hizo más fuerte y dijo ‘ahora apuntamos todo al campeonato’. Y no era fácil en ese momento, estábamos segundos o terceros, Milan estaba muy fuerte…, pero el equipo se potenció, se rebeló lejos de rendirse.
-¿Qué aspectos futbolísticos destacarías, al margen de los goles de Lautaro y Lukaku?
-El crecimiento de la fase defensiva fue muy bueno. La dinámica del medio sumó equilibrio, y todo junto le dio seguridades al equipo, sabiendo que los de arriba eran desequilibrantes. Y no solo Lauti y Lukaku, porque Alexis, una vez que superó la lesión, fue clave también.
-¿Y tus méritos?
-Menores. Quizás, estar siempre, estar al servicio, pero especialmente en los momentos de dificultad, porque en las malas no están todos. Trabajar en silencio, alineado en una única idea y llevarla adelante. Ser un equipo dentro y afuera de la cancha. Cuando jugaba, para mí todo terminaba con el partido. Hace tiempo que aprendí que para que funcionen esos 11 que entran a la cancha, hay una organización que debe ajustar todos los detalles para que esos 11, precisamente, sólo tengan que jugar.
El Pupi Zanetti festejó el título del Inter como un hincha más 🤩 pic.twitter.com/H98eaOzP1Q
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) May 3, 2021
-¿Creés que la explosión de los hinchas el domingo en la plaza del Duomo fue un escape ante tantos meses sin poder ir a la cancha?
-Falta el público en los estadios. Imaginate la cantidad de gente que nos hubiese seguido por todos lados en una campaña como esta. Estamos haciendo gestiones para que en la última fecha, en casa contra Udinese, al menos algunos puedan entrar. De todos modos, y a su manera, el hincha del Inter se hizo sentir desde cualquier punto. Y esa también es una gran satisfacción, porque se gana el campeonato más allá de todas las dificultades que se han presentado. Hasta el 80% del plantel llegó a verse afectado por el virus. Por supuesto, también les sucedió a otros clubes, pero en Inter realmente lo padecimos. Fuimos el último equipo que terminó jugando la apretada temporada pasada por la participación en la final de la Europa League, y casi sin pretemporada, enseguida, el equipo comenzó la temporada 20/21. Y el equipo lo ves: va, va, va y va, y eso es gracias a un gran trabajo del staff de Antonio. Lo bueno de tener un entrenador como Antonio es que te obliga a elevarte, a ser mejor. Y no hablo solo de los jugadores, sino de todos los que estamos a su alrededor. Te obliga, te exige. Así te das cuenta para qué estás, así aprendés. Para mí, desde mi rol de dirigente, ha sido muy importante tener a un tipo que constantemente me obliga a estar atento hasta del mínimo detalle.
-Suman 44 goles entre Lukaku y Lautaro Martínez, hasta hoy, en la temporada. ¿Inter tiene la mejor delantera de Europa?
-Tenemos a una de las mejores parejas de ataque. Los dos se complementan muy bien. Lauti y Lukaku hace ya dos años que están jugando juntos y vos te das cuenta de que se sienten cómodos, se buscan, se ayudan, se asisten. Da gusto verlos jugar. Y el equipo también es importante para ellos, porque hay mucho trabajo detrás para que el equipo sepa encontraros durante los partidos. Parece que jugaran de memoria, y puede ser verdad, pero porque hay un enorme trabajo detrás.
-¿Cómo analizás la evolución de Lautaro?
-A mí me pone muy feliz la actualidad de Lautaro. Cuando vos comprás en la Argentina a un jugador joven, soñás con que tenga la evolución que ha experimentado Lautaro. Fuimos a buscar a un chico de 20 años y no nos equivocamos. El primer año fue adaptándose, jugando lo necesario; el segundo año fue afianzándose y confirmando sus virtudes, y este tercer año ha sido de total protagonismo. Y también acá hay un mérito del entrenador, porque lo desafió para potenciarse. ¿Te acordás cuando Conte dije que iba a depender de Lautaro ser un buen jugador o un jugador de elite? Bueno, y Lauti tomó inteligentemente esos consejos para crecer, para llegar a la elite. Y estamos hablando de un chico de 23 años, que todavía tiene muchísimo para mejorar y para dar. El techo de Lautaro Martínez ni siquiera está a la vista. Inter le dio el tiempo, lo acompañó, y él no lo desaprovechó. Cuando lo compramos, con 20 años, si alguien me preguntaba como lo imaginaba tres años más adelante, yo respondía que este iba a ser su presente. Si hacía las cosas como las tenía que hacer, claro. Por eso, también me pone muy feliz.
-¿Inter ya asimiló que en cada mercado de pases habrá mil rumores alrededor de Lautaro?
-Cuando vos tenés jugadores buenos, lo más probable es que te los quieran comprar. Es así. Lautaro, Lukaku, Barella…, acá hay muchos jugadores que crecieron en valor y hoy el Inter tiene un patrimonio económico importante. Hay muchos jóvenes: Alessandro Bastoni tiene 22 años; Hakimi, también 22; Nicolo Barella, de 24; Skriniar, de 26; Lukaku tiene 27, Lautaro 23… Son seis o siete jugadores que hoy, me pregunto, quién no los querría en su equipo.
-Si Inter sale campeón, hay un argentino en el plantel. Lautaro garantizó esa costumbre. Como vos, como referencia de los cinco títulos entre 2006 y 2010, y Ramón Díaz en el scudetto anterior, en la temporada 88/89…
-Quizás ya no se trata de una casualidad. Una tradición que nos llena de orgullo.
-¿Quién es Lukaku afuera de la cancha?
-Un pibe muy dispuesto con todos, generoso. Tranquilo, familiero, es de esos jugadores que hacen grupo y son líderes silenciosos.
Zanetti ha quedado como la imagen italiana de Inter. Sí, un argentino es el escudo más italiano de la institución de Milán. Todo comenzó en 2013 cuando Massimo Moratti le vendió el 70% del club al empresario indonesio Erik Thohir. En 2016 aparece el grupo chino Suning Holdings, que de a poco fue creciendo hasta atrapar la mayoría accionista. Y en 2019 entra LionRock Capital como el socio minorista. Hoy preside el club Steven Zhang, de 29 años, el hijo de Zhang Jindong, el multimillonario fundador de Suning, un gigante de electrodomésticos con más de 1300 locales en China. “Para Inter fueron años muy complicados. Fijate que desde que yo me retiré, en 2014, cambiamos tres veces de propietarios. Es muy difícil, así, encontrar una estabilidad y afirmar un proyecto. Todo el tiempo te vas adaptando a una nueva propiedad que llega, con ideas diferentes, horizontes distintos. Con otra visión”, analiza Zanetti sin escaparse de la realidad.
-¿Creés que esta coyuntura influyó para que Inter tardara 11 años en volver a salir campeón?
-Y…, te tenés que ir adaptando a todo eso, y en el medio competir. Y bueno…, por algún lado perdés. Creo que este título, también, llega para confirmar que si le das continuidad a un trabajo, por eso subrayo lo de los dos años del ciclo, los dividendos llegan. Por eso el gran mérito..., no, todo el mérito, es de Conte y de los jugadores.
-¿Fueron muy perturbadores durante la campaña los rumores que sostenían que el grupo chino Suning estaba buscando compradores para el club?
-Es verdad que en medio de la campaña el club pudo ser vendido. Atravesó y atraviesa grandes problemas económicos. No somos los únicos con problemas, claro, porque la pandemia ha generado muchos déficits. Pero es cierto: como club, todavía tenemos que mejorar. El trabajo del entrenador y de los jugadores fue muy bueno, y está a la vista: finalistas de la Europa League y campeones de la Serie A en dos años, pero a la vez, el club debe aspirar a más. El club tiene que mejorar un montón de mecanismos, esa es la realidad. Inocultable.
-¿Los números siguen en rojo?
-Los problemas económicos siguen. Y tal vez lleve un par de años recuperar el equilibrio. Será necesario que la gente vuelva a los estadios, que vos como institución puedas satisfacer a los sponsors… Solo cuando recuperemos la normalidad volveremos a crecer. Leí por ahí que las pérdidas del Inter habían sido de 102 millones de euros…, y diría que un poquito más también. Hoy la situación es complicada, no hay por qué esconderlo, pero al menos, con la felicidad de haber ganado el campeonato. Aunque este tiene que ser el punto de partida para dar el siguiente paso. Solo debe ser la base si realmente querés construir un proyecto que dure en el tiempo. Pero dependerá mucho de nosotros como sociedad deportiva; habrá que ser muy claros con respecto al rumbo.
-¿De qué depende la rentabilidad de un gran club?
-Va en la gestión. Ser eficientes, ordenados, prolijos y creativos. Los ingresos de la TV son importantes, pero no podés depender sólo de eso. Hay que tener una estrategia que te permita el crecimiento a nivel global, valorizar la marca y siempre incluir proyectos sociales. Todo esto te tiene que llevar a ser sostenible en el tiempo, que es el desafío más difícil para todos los clubes.
-¿Y la construcción del nuevo estadio?
-Es un tema del que se viene hablando hace dos o tres años y todavía estamos esperando definiciones. Parece el cuento de la buena pipa. Es un proyecto conjunto con el Milan, pero los permisos dependen de la comuna y de una comisión que nunca termina con sus análisis. Cuando parece que sí, ok, y arrancamos, siempre pasa algo. La pandemia, probablemente, no ha ayudado por todos los parates que trajo.
-¿Cómo asumió el hincha la conducción del club por parte de diferentes capitales extranjeros? Especialmente en un club que durante décadas fue sinónimo de la familia Moratti, con Ángelo, Massimo…
-El hincha espera, observa, analiza y cuando ve muchas cosas que no le gustan, se hace escuchar. Y está bien.
-¿Como sucedió con la Superliga europea? Inter era uno de los 12 clubes fundadores…
-Duró tan poco…, es algo que no fue. La respuesta la dio el hincha del fútbol. Y no solo los hinchas de los 12 clubes fundadores, sino todos los hinchas del fútbol. Era un error, y de los errores se debe aprender. Este fue un error, sin dudas, pero seguramente va a servir para que la FIFA, la UEFA y todos los principales organismos del fútbol, junto con los clubes, se junten y traten de buscar vías para mejorar el fútbol. Sus competencias, sus ingresos…
-Cuando cambió el logo, muchos hinchas se asustaron. Temieron la despersonalización del club.
-Se dijeron muchas cosas, pero el nombre no cambió. Vos podés innovar porque no debés desconocer que el mundo está cambiando. Pero de donde no te podés apartar es de la tradición, de lo que nunca te podés olvidar es de tu historia. Vos no podés permitir que desaparezca el pasado. Se acepta todo, menos eso. Tu identidad y tus valores no los podés perder jamás.
-¿El tifoso se puede quedar tranquilo? ¿No hay planes de cambios en el horizonte…?
-Por el momento no, y espero que no. Y si ocurriese algo así, seguramente nos sentaremos a discutirlo.
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