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MIAMI (DPA).- El festejo en el cambio de mando del circuito femenino quedó en manos de quien dejaba el primer puesto. Con una facilidad sorprendente, la suiza Martina Hingis, máxima favorita y Nº 2 del mundo desde mañana, se impuso a la norteamericana LindsayDavenport, nueva líder del ranking y segunda preclasificada, por 6-3 y 6-2, en 58 minutos, en la final del Ericsson Open.
Esta vez no pesaron los antecedentes previos. Davenport llegó al match decisivo en condiciones inmejorables: acababa de adueñarse del primer puesto del ranking de la WTA y venía de ganarle a la suiza los últimos cinco encuentros que disputaron entre sí. Pero nada de eso le sirvió para quedarse con el trofeo principal en el CrandonPark de Key Biscayne.
Porque Hingis, dueña de un orgullo y de un temperamento especial, salió decidida a llevarse por delante a su rival para dejar en claro que puede volver a la cima en cualquier momento.
La suiza se quedó con el primer set mostrando un juego sólido desde la base que le permitió quebrar el poderoso saque de su rival en tres oportunidades. Hingis comenzó con todo, sacó una ventaja de 4-0 y Davenport sólo pudo inquietarla cuando se recuperó hasta quedar 3-4, amenazando con dar vuelta el resultado.
Pero nada de eso sucedió. Porque a partir de ese momento la norteamericana no encontró fórmulas para neutralizar el juego de su rival. Hingis mostró su espíritu de lucha incluso cuando le cantaron mal un pique en un set-point. Aceptó la enmienda sin protestar y liquidó el primer set en 30 minutos.
El segundo parcial fue parejo hasta que Hingis quebró en el quinto game para ponerse 3-2 y encaminarse hacia la victoria. En los anteriores encuentros, Davenport se había impuesto por potencia y precisión, pero esta vez, Hingis tomó el control de los puntos y esperó las fallas de su rival. La estrategia dio resultado: Davenport cayó en una sucesión fatal de errores no forzados (cometió 40, contra apenas 10 de la suiza).
De este modo, la suiza, de 19 años, conquistó por segunda vez en su carrera este torneo antes denominado Lipton de Key Biscayne (la primera fue en 1997). Por este triunfo, que significó el 28º título de su carrera y el segundo de esta temporada, se llevó un premio de 350.000 dólares, exactamente el doble que su rival.
Para Davenport, de 23 años, quedó el consuelo de haber recuperado la primacía del ranking que ostentó durante 22 semanas entre 1998 y 1999. También finalizó la racha favorable de la californiana, que había ganado 24 de los 25 partidos jugados este año (sólo perdió con la francesa Amelie Mauresmo, en la final del certamen de Sydney).
No obstante,Davenport aún mantiene una diferencia favorable en el historial personal contra Hingis (11-8). El de ayer fue el primer triunfo de Hingis sobre Davenport en casi un año y medio. La suiza no festejaba ante la californiana desde el Chase Championships de Nueva York (ex Masters) de 1998.
Más allá del resultado de la final, resulta evidente que, hoy por hoy, Hingis y Davenport son las caras más destacadas del tour femenino. Este fue el cuarto torneo consecutivo en el que ambas jugadoras se vieron las caras en las finales. Anteriormente se habían enfrentado en el Abierto de Australia, Scottsdale (no se jugó por la lluvia), y en Indian Wells. Esta vez fue el turno de Hingis, pero quedaron en encontrarse con un "hasta pronto"...
MIAMI (DPA).- No es usual que Martina Hingis elogie a sus rivales, por eso vale destacar el reconocimiento de la suiza, vencedora en el Ericsson Open, a la finalista, LindsayDavenport, que la desplazará desde mañana del primer puesto del ranking femenino.
"Quiero felicitar a Lindsay, porque creo que se merece ese lugar. Sólo perdió un partido al principio de esta temporada. Ojalá podamos jugar más finales entre nosotras", expresó la suiza tras recibir el 28º trofeo de su carrera, y agregó:"Perdí tantas finales con Lindsay en los últimos tiempos... Creí que no podría volver a vencerla. Estaba frustrada, pero ahora tengo mi segundo título aquí, y eso es grandioso".
Davenport, en cambio, no ocultó su decepción:"Martina metió un montón de primeros servicios, y es difícil jugar así. Además, no jugué bien. Quise ganar para estrenar el número 1, pero no pudo ser. Igual, tenerlo ya es un consuelo".
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