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Un match interminable
Especial para LA NACION.- Angel Cabrera atravesó por una experiencia golfística poco habitual en el Volvo World Match Play, que se jugó en Finca Cortesín, Málaga: en las semifinales frente a Rosh Fisher jugó nada menos que 39 hoyos, lo que equivalió a casi diez horas de juego.
-¿Qué opina de esta situación?
-Cuando se disputa un torneo medal play, uno es consciente de cuánto dura la jornada, pero no sucede lo mismo con un match play, en el que los dos competidores se van acomodando según el rendimiento del otro. En este último formato, se especula un poco más y, al mismo tiempo, se presta para seguir jugando acorde con eventuales empates en el marcador.
-¿Qué tipo de cansancio siente un golfista cuando juega semejante cantidad de hoyos?
-Como el golf no es un deporte agresivo, ni tampoco existe riesgo de fricciones o contusiones, el cansancio pasa más por lo mental. Las consecuencias se sufren interiormente y tienen que ver con la concentración. Llega un momento, tal vez a partir del hoyo 30, en el que cuesta focalizarse y definir una estrategia. Lógicamente que todo depende de los factores de presión, de cómo vas en el score y de las condiciones climáticas. Pero la mentalización en el juego se va diluyendo, eso es claro.
-¿Cuál fue su récord de hoyos jugados en un día?
-He jugado unos 40, pero durante una práctica. Así que esa marca no cuenta porque durante un ensayo estás liberado de compromisos, excepto la exigencia que vos mismo te imponés para mejorar.
-Durante el desempate frente a Fisher, el búnker del hoyo 18 tuvo a mal traer al Pato, ya que cayó allí las tres veces. ¿Por qué sucede eso?
-No quisiera aventurar qué quiso hacer Cabrera, porque la estrategia es algo muy personal. Pero por lo que advertí en televisión, se la jugó con el driver por la izquierda para después superar ese búnker y llegar con dos golpes al green de aquel par 5. Evidentemente, no quería caer en esa trampa de arena, pero su otro yo lo llevó hasta allí. A veces, las intenciones de juego de uno hacen suponer que no vas a hundirte en tal sitio, pero pasa.
-En el duelo por el tercer puesto ante Cabrera, Robert Allenby consiguió un hoyo en uno. ¿Cuál es la sensación en esos casos?
-El primer sorprendido es el jugador que lo logra. Es como meter un gol de media cancha. Y no sólo lo festeja el jugador que concreta esa proeza, sino también el caddie y hasta el público que sigue al otro competidor. Es una manifestación general de alegría. El único que no celebra es el jugador que lo sufre, ya que su única preocupación en ese momento es apuntar directamente a la bandera para ver, si en una de esas, consigue el milagro de empatar el hoyo.
-El sistema de juego del Volvo World Match Play fue novedoso en la primera rueda porque no se realizaron matches convencionales, sino que los jugadores debían completar los 18 hoyos obligatoriamente.
-Es un invento que quizás haya surgido de parte de los patrocinadores, tal vez para tener a sus golfistas-modelos más tiempo en pantalla. Pero no me convence, se hace muy largo. Si a veces te aburrís viendo un partido de fútbol de 90 minutos, imaginate en este caso. Tampoco me gustó el sistema de definición de la primera rueda, con 16 jugadores distribuidos en cuatro grupos de cuatro. Para la resolución de cada una de las zonas, se consideraban los puntos obtenidos y la cantidad de hoyos ganados, pero es un esquema confuso. Toda la gente con la que hablé acerca de este torneo no entendió del todo el sistema. Para el año que viene deberían revisarlo y, eventualmente, cambiarlo.
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