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Qué le falta a Tiger Woods para ser considerado el mejor golfista de la historia
Hasta se decía livianamente, sin pestañear: "No hay dudas de que Tiger Woods superará los 18 majors de Jack Nicklaus" . Sin embargo, nadie imaginó que después de la conquista del US Open 2008, a sus 32 años, el astro debería atravesar innumerables obstáculos de toda índole, desde problemas familiares hasta lesiones que lo dejaron mucho tiempo inactivo, sumado a los sinsabores propios del golf. Aquella imagen inmaculada del deportista intratable, que acababa de conseguir su 14º título de Grand Slam, mutó en un golfista en completa retirada, casi dando pena y arrastrándose. Las opiniones fueron lapidarias, al punto que Brandel Chamblee, ex jugador y comentarista de Golf Channel, llegó a decir: "Veo a Tiger y no puedo dejar de pensar que parece un anciano". Fue después de retirarse del Desert Classic de Dubai, en febrero de 2017.
Desde su triunfo en Torrey Pines el 16 de junio de 2008 hasta este domingo de ensueño en Augusta pasaron 10 años, nueve meses y 27 días; nada menos que 3954 jornadas sin la caricia de un gran campeonato. Un collar de frustraciones para quien ocupó la cima del ranking mundial durante 683 semanas, más que los cinco siguientes juntos (Greg Norman, Nick Faldo, Rory McIlroy , Dustin Johnson y Severiano Ballesteros). La última vez que Woods vio a todos desde lo más alto fue el 11 de mayo de 2014: llegó a este Masters en el 12º lugar del listado y ahora quedará 6º.
Pero más allá de lo que indica el ranking, la grandeza en el golf se mide en títulos de Grand Slam. En un principio, Tiger tomó la delantera respecto de Jack Nicklaus, una pulseada imaginaria con diferencia en el tiempo y atendiendo que se trata de un deporte mucho más competitivo hoy que cuando el Oso Dorado brilló, entre las décadas del ’60 y ’80. A saber: Woods ya se había llevado su primer Major a los 21 años (Masters ’97), mientras que Nicklaus tuvo que esperar hasta los 22 (el US Open de 1962). Cuando ambos tenían 26 años empezó a expandirse la brecha: Tiger ya acumulaba 8 certámenes grandes y duplicaba los cuatro del oriundo de Ohio. A los 31 años de las dos estrellas, el ritmo ganador de Woods no se detenía, aunque la diferencia entre uno y otro ya se había reducido: 13 contra 9. Y ya los dos con 36 años, quedaron empatados en 14 Majors.
Lo que vino después fue el estancamiento del californiano, que se plantó en aquellos catorce hasta 2008. En cambio, Nicklaus siguió disfrutando de años de muy alto rendimiento en plena madurez. Aprovechando la competencia ante menos adversarios de nivel con chances de opacarlo en el PGA Tour, supo recolectar 17 hasta los 43 años, la misma edad que tiene Tiger hoy, que este domingo agregó una nueva joya. Sin embargo, el Oso Dorado se dio un enorme gusto al consagrarse a los 46 en el Masters de Augusta de 1986, ya cuando un golfista empieza a pensar en la gira de veteranos. Así, disfrutó de los máximos trofeos durante 24 años y llegó hasta la imbatible cifra de 18 majors, que le proponen todo un desafío al último campeón de Augusta.
15 Green Jackets between them. pic.twitter.com/Nl0taZRc1h&— Masters Tournament (@TheMasters) April 14, 2019
"Me tiene temblando en mis botas", bromeó ayer Nicklaus, y reconoce que Tiger está jugando hoy mejor que cualquier otro golfista. ¿Qué puede pasar en los próximos años? Lógicamente, la salud física será la base fundamental para que Woods finalmente pueda igualar o superar ese mojón. Resultará clave que, temporada tras temporada, elija qué torneos jugar del calendario, una selección que ya viene haciendo para no recargar su castigada espalda con la acumulación de swings, además de esa tensión competitiva generadora de estrés. En el descanso, la recuperación y la oxigenación de la cabeza estará la llave.
Si su organismo no le juega una mala pasada, Tiger puede apoyarse en dos pilares con total confianza que ya atesora: su perseverancia a la hora del mantenimiento físico –es un fanático del entrenamiento, al estilo Cristiano Ronaldo– y su motivación, que está en el punto más alto después de semejante gesta en Augusta National. Pero no es solo un incentivo personal, sino que también abarca a sus hijos: quiere que Charlie y Sam vean a un padre rozagante deportivamente y apto para levantar trofeos por muchos años más. Desea que las imágenes que se sucedieron ayer, esos abrazos con los chicos luego del green del 18, se repitan con frecuencia.
Tiger sabe lo que es triunfar en todos los Majors, y en muchos escenarios: suma 5 Masters, 3 US Open, 3 Abiertos Británicos y 4 PGA Championships. Cuenta con un margen de tres temporadas –hasta sus 46– para empardar a Nicklaus, aunque lógicamente los años pasan para todos y cada vez hay más figuras emergentes en el PGA Tour para dificultar esta búsqueda. Además, nombres como Rory McIroy, Dustin Johson, Brooks Koepka, Jason Day y Rickie Fowler, entre muchos otros, estarán al acecho para ponerle vallas a su último gran objetivo: ser el más ganador en títulos grandes. No dependerá solo de él, pero tiene con qué.
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