Justin Thomas, el astro que nació con un palo de golf bajo el brazo

Las imágenes recuerdan a la película The Truman Show. Pero en lugar de Jim Carrey, el protagonista en pantalla desde el mismo nacimiento es Justin Thomas , el campeón del último domingo en el PGA Championship . Su padre Mike muestra un bolso con más de cien cassettes de 8 milímetros, con el pequeño Justin filmado a todas las edades y siempre jugando al golf. El registro de un ser humano desde la cuna hasta convertirse en un formidable campeón a los 24 años, a lo largo de una infancia, pubertad, adolescencia y juventud cruzadas por el golf.

A los dos años ya se lo observa en un video alcanzándole un pequeño drive a su madre. Y todo lo que viene después son swings garabateados, sonrisas, simpáticos acarreos de bolsas de palos y putts al hoyo. Nada de imposiciones paternales para transformar a un chico en un triunfador obsesivo. Más bien, el fluir natural de un pequeño que se divertía interesado por este juego, y que a los 24 meses de vida ya era capaz de decir: “Bolsa de pelotitas”. Hasta hace un tiempo, quizás hubiese sido apresurado decir que su destino era transformarse en una estrella del PGA Tour , pero las condiciones estaban creadas para ser un muy buen jugador, dada su focalización natural, su dedicación y su amor por este deporte. Y también por su sangre: su abuelo y su padre fueron jugadores profesionales; su papá como cabeza visible desde 1990 en el Harmony Landing Golf Club en Goshen, Kentucky, justo tres años antes de que Justin naciera.

Aquel club fue el entorno de crianza del pequeño, porque su madre, Jani, trabajaba en el Pro Shop –el lugar de venta de artículos de golf-, mientras que Mike solía llevarlo en el carrito mientras jugaba algunos hoyos en el campo. Entonces por momentos, el chico saltaba del asiento de acompañante, impactaba una pelota desde el fairway y enseguida salía disparado a pegar su siguiente tiro. Todo en un ambiente lúdico, mientras que sus padres se ganaban la vida por sus tareas en la cancha o detrás de un mostrador, como su madre, rodeada de estantes de pelotitas y tees empaquetados, hierros, maderas y chombas multicolores para la venta.

Las Navidades de los Thomas eran especiales cuando llegaba el momento de los regalos. Justin les quitaba el envoltorio e invariablemente se encontraba con sets de palos. Los primeros eran de plástico; con el paso del almanaque, el material de fábrica fue cada vez más parecido a los hierros de verdad. Lo que no se modificaba era el caluroso abrazo para sus padres, en agradecimiento por el nuevo equipo. Ya como amateur se convirtió en un fiero competidor y así fue como transcendió en ese ámbito con muchas victorias. Su motivación final para dedicarse al golf se dio al contemplar en vivo a Tiger Woods en su triunfo en el PGA Championship 2000, en Valhalla.

“Me siento un afortunado, no sé si hoy ocuparía un lugar en el golf si no hubiera tenido el acceso al golf tal como lo disfruté desde chico”, comenta Thomas, un íntimo amigo de Emiliano Grillo que ingresó en una lista selecta: es el quinto jugador que desde 1960 gana cuatro torneos, incluido un major, en una sola temporada y con 24 años de edad o menos. Los otros son nombres para quitarse el sombrero: Jack Nicklaus (1963), Tiger Woods (1999 y 2000), Rory McIlroy (2012) y Jordan Spieth (2015).

El domingo en Quail Hollow, Thomas ratificó el brillante año que estaba moldeando con paciencia y pasión de artesano: anotó una primera vuelta récord de 59 golpes para luego adjudicarse el Sony Open de Hawaii y rompió una marca en el US Open al emplear 63 golpes (-9) en la tercera ronda en Erin Hills. El golf quita rápido, pero recompensa generoso cuando la campaña es sólida: gracias a su primer torneo grande se colocó segundo en la FedEx Cup, se trepó al 6º lugar del ranking mundial y jugará por primera vez la Presidents Cup.

Su foja de servicios indica que se llevó ya cinco títulos desde que es profesional (2013) y acumula una ganancia de 13.669.907 dólares. Si no fuera por la rutilante irrupción de Jordan Spieth, que en la última semana buscó el Major que le faltaba, Thomas sería el mejor golfista de la denominada “Clase de 2011”, aquellos jugadores del PGA Tour que se graduaron aquel año de la escuela secundaria. Pero fiel a su instinto competitivo, buscará cada vez mayores objetivos. “Desde chico, probablemente odiaba más perder que lo que me gustaba ganar”, recuerda. Una frase que resume su impronta.

Cuestión genética: el abuelo Paul y el padre Mike, dos libros abiertos

El abuelo de Justin, Paul Thomas, representaba al Country Club de Zanesville y compitió en el US Open de 1962 en Oakmont; una vez jugó junto a Arnold Palmer en un certamen del PGA Tour Champions. Había empezado como caddie a los 10 años en un campo público de Cincinatti. “Ni su padre ni yo lo empujamos” dijo de su nieto en una entrevista en 2015. “Lo único que hicimos fue responder sus preguntas; creo que lo ayudé jugando con él y hablando”. Su padre, Mike Thomas, estuvo en el directorio del PGA of America entre 2007 y 2010, lo que le permitió jugar el PGA Championship y la Ryder Cup. “Le enseñé muy poco” confió. “Le decía que podía encontrarme si necesitaba ayuda”.

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