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Cameron Smith se consagró en The Players y ganó un premio récord de 3,6 millones de dólares
El australiano concretó una vuelta final de 66 (-6), para un total de 275 (-13) , a uno del indio Anirban Lahiri
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Aspecto de surfer, mirada sorprendida y putts teledirigidos para un triunfo inolvidable. Cameron Smith ganó un torneo loco desde todo punto de vista, por los increíbles montos de dinero que repartió y por lo accidentado de su organización. Al consagrarse en The Players, el australiano se llevó un premio individual récord de 3,6 millones de dólares -más que cualquier major-, con una bolsa total nunca vista para una escala de la gira regular del PGA Tour: US$ 20 millones.
Pero además del desafío de los 72 hoyos del TPC Sawgrass, la victoria del rubio de Brisbane se dio bajo un contexto anormal: el clima con tormentas trasladó la definición hasta el lunes, en una cita que tuvo una amplitud térmica que viajó de los 30 grados del primer día de práctica hasta los apenas 2 grados del sábado. Finalmente, a Smith nada lo detuvo y se sobrepuso al calor, al frío, a la lluvia, al viento y a una mala decisión en el último hoyo.
Valió la pena: su enorme conquista con diez birdies en la vuelta definitiva lo colocan ahora como un candidato natural en cualquier major, aunque tiene como importante antecedente el 2º puesto en el Masters otoñal y sin público de 2020, detrás de Dustin Johnson. Ayer, cuando grabaron su nombre en el trofeo dorado, Smith (28 años) venía de consumar una vuelta final de 66 (-6), para un total de 275 (-13) y a uno del indio Anirban Lahiri.
Fue un lunes extenuante para todos los golfistas, con las últimas dos vueltas por recuperarse. Promediando la jornada, el golf latino se había entusiasmado con la posición de escolta del colombiano Sebastián Muñoz a 18 hoyos del final. El bogotano había concretado la mejor ronda del torneo (65, -7), pero colapsó al momento de la verdad con un score de 77 (+5) que lo hundieron hasta el 33º escalón.
Pronto, toda la atención se focalizó en Smith, que aceleró en la última ronda con cinco birdies en los primeros seis hoyos. Como si fuera una montaña rusa, enseguida entró en un bajón pronunciado (tres bogeys en el 7,8 y 9) y volvió a levantarse con otra racha de birdies en el 10, 11, 12 y 13. Se estabilizó. Y ya en la cima, las cámaras siguieron su caminata durante los cien metros que separan el green del hoyo 16 de la salida del 17, la temible isla par 3 que tanto castigó en la semana. Le faltaba afrontar la prueba de temperamento final. Y no le tembló el pulso para dejar la pelota a poco más de un metro de la bandera, coqueteando también con el agua.
El australiano consiguió el birdie, sacó tres golpes de ventaja y parecía que ya tenía el The Players en el bolsillo. Sin embargo, todavía le faltaba un último examen que lo dejó tambaleando: salió desviado a los árboles de la derecha y sacó a buena… pero su pelota rodó directo al agua. Smith entendió rápido que debía poner la mente de nuevo en frío, lo que caracteriza a los campeones. Su tiro a la bandera tras el golpe de multa fue impecable y se aferró a un bogey que significó el triunfo y un cheque exorbitante. Todo pese al intento de Lahiri, que lo perseguía a un golpe y probó infructuosamente un birdie desde la puerta del green.
“Es increíble haber ganado este título ante los mejores jugadores del mundo; me va a llevar un tiempo caer. Hice muchos birdies y emboqué un montón de buenos putts para salvar el par. El juego en el green es mi fuerte, aunque a veces dependo demasiado de él”, contó Smith, quien disfrutó de la presencia de su madre, después de dos años de no poder verla debido a los protocolos del covid. El largo vuelo desde Australia de ella y otros seres queridos terminó siendo una gran decisión: vieron ganar en vivo al golfista de la familia, que ya había triunfado en otras cuatro veces en el PGA Tour y ahora subió al segundo lugar de la FedEx Cup. Además, pegará un salto del 10º al 6º puesto del ranking mundial. Una suma de beneficios deportivos y económicos que impulsan a este lobo hambriento a pensar más en grande.
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