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Garra y corazón: Cubas, un 5 hecho a la medida de Boca
El volante xeneize, ya recuperado de una lesión que lo alejó de las canchas durante dos meses y medio, confía en su equipo, que debe imponerse esta noche a Independiente del Valle para acceder a la final por la Copa Libertadores
La voz adolescente, el rostro casi sin sombras y los 60 kilos que reparte en el metro con sesenta y tres centímetros de estatura lo presentan, vestido de jeans y remera, como lo que es: un joven de 20 años. Pero cuando se pone la camiseta de Boca y se calza los botines, Adrián Andrés Cubas, a quien le gusta que lo llamen por su segundo nombre, parece incrementar su talla para transformarse en ese futbolista que se desdobla y se multiplica, que les quita la pelota a los rivales para entregársela a sus compañeros. Lejos de esa presunta figura endeble que se ve fuera de la cancha, desde el centro del campo se impone como un tractor de varios caballos de fuerza y buena capacidad de maniobra. Cuando la pelota empieza a rodar, su pecho se infla y su espalda se ensancha.
A mediados de abril, una muy inoportuna y grave lesión en el ligamento deltóideo del tobillo derecho le interrumpió lo que se proyectaba como un muy buen semestre, en el que a fuerza de buenos rendimientos había logrado recuperar su lugar en el mediocampo titular. Y si bien en las primeras horas después del percance sufrió un lógico decaimiento anímico, enseguida mutó esa tristeza por energía para afrontar los dos meses y medio que le demandaría la recuperación. A horas de definir la semifinal contra Independiente del Valle en la Bombonera, tras el 1-2 cosechado en Quito hace una semana, Cubas comparte sus sensaciones con LA NACION. rumbo a la posibilidad de clasificarse para la final por la Copa Libertadores.
–¿Te resultó muy difícil de asimilar la gravedad de la lesión?
–Cuando me dijeron cuánto tiempo iba a estar parado me agarró un bajón, porque venía en un momento bueno y estaba jugando con confianza. Las lesiones son así, vienen en el momento menos esperado. Pero después de esos primeros días me mentalicé en superarlo, entendí que tenía que focalizarme para volver lo antes posible.
–¿Cómo atravesaste la recuperación y cómo te sentiste en la vuelta a la actividad?
–Fue difícil el primer mes, al tener el pie inmovilizado con la bota. Pero cuando me la sacaron y empecé con la rehabilitación me sentí mucho mejor. Estar un mes parado te afloja, y tenés que fortalecer la zona. Costó, pero con empeño se superó el tema. Después, me sentí muy bien en el partido en San Juan [4-0 a Güemes, por Copa Argentina]; con algún dolor en el tobillo, pero normal después de una lesión como ésta.
–¿Qué te ayudó más a recuperarte?
–En su momento les propuse a los médicos y los kinesiólogos quedarme acá [el complejo Pedro Pompilio, donde Boca se entrena habitualmente] para acelerar la recuperación. Ellos coincidieron en que era lo mejor para mí y por eso no dudé de hacerlo. Entonces me dediqué a entrenarme en dos turnos durante las vacaciones, y creo que eso me ayudó mucho para después estar disponible desde el primer día de la pretemporada.
El destino parecía marcado desde el comienzo para Cubas. Nació en la ciudad misionera de Aristóbulo del Valle, que lleva el mismo nombre de una de las calles que desembocan en la Bombonera. Llegó al club a los 12 años y cuando cumplió los 18 tuvo un regalo soñado: el 11 de mayo de 2014, Carlos Bianchi lo hizo debutar en la primera. El pibe ingresó por Cristian Erbes y jugó los últimos siete minutos de un partido que Boca le ganó a All Boys por 3 a 1 en Floresta.
La relación con los hermanos Barros Schelotto no comenzó de la mejor manera. Al principio, los mellizos relegaron al volante al banco de suplentes, pero en silencio y con trabajo, Cubas se ganó otra oportunidad y no la desaprovechó. Conformó una gran sociedad con Fernando Gago y tomó aun más protagonismo después de la nueva lesión del Nº 5, el 24 de abril pasado.
Cubas corre, marca, presiona, recupera. Da igual si lo hace en una práctica o en el medio de la Bombonera, que ya le reconoce la entrega. No hay dudas: por las venas de Cubitas corre sangre azul y oro. Y la fórmula de su ADN está compuesta por el prototipo de los grandes Nº 5 de la historia xeneize: garra y corazón.
–Cuando eras chico, ¿tenías en tu casa el póster del Nº 7 que es tu actual director técnico?
–Soy de Boca. Sé lo que fue Guillermo, la carrera que hizo y lo ídolo que es. Lo admiré desde chiquito. Me moviliza mucho tenerlo como DT, como también me moviliza tener como compañeros a Carlitos [Tevez], Fer [Gago] y el Cata [Díaz]. Los veía jugar cuando era chico y ahora comparto el vestuario con ellos. Es una situación muy linda, que me motiva a mejorar cada día.
–¿Qué clase de entrenador es Guillermo?
–Muy profesional, tanto él como Gustavo y todo su cuerpo técnico. Futbolísticamente le gusta mucho presionar, atacar, que seamos un equipo muy intenso. Que no paremos de correr los 90 minutos, y eso es lo que tratamos de reflejar en la cancha.
–Y en esa idea, ¿cómo funciona tu juego de contención, por momentos en soledad?
–Me siento cómodo. Ya estoy acostumbrado a jugar de 5 porque siempre fue mi función respaldar la jugada desde el medio de la cancha y mantener el equilibrio.
–¿Influyó en la derrota en Quito que haya pasado tanto tiempo entre la victoria por penales ante Nacional y esta serie semifinal?
–Se generó una ansiedad que había que manejar. Sabíamos que iba a ser así desde que comenzó el torneo, entonces nos centramos en hacer una buena pretemporada y prepararnos bien para estos partidos.
–Hay una gran diferencia histórica entre los dos equipos que hace que Boca sea el gran favorito para acceder a la final. ¿Cómo manejan esa cuestión?
–La realidad es que ni lo pensamos. Tenemos que afrontar éste como todos los demás partidos. Sabemos que Independiente está en un gran momento y que por algo, como nosotros, llegó hasta esta instancia.
–¿Es un riesgo haber apostado todo a la Copa?
–Puede salir bien como puede salir mal. Nunca se sabe. Muchos decían que Boca la tenía fácil en el torneo local, pero los partidos siempre hay que jugarlos. Así que estamos contentos por seguir en la Copa, y estamos yendo partido tras partido. Y si salimos campeones, mucho mejor.
–¿Ves campeón al equipo?
–Estamos como para grandes cosas. Tenemos muy buenos jugadores y creemos que estamos bien, pero hay que ir paso por paso.
pl/pi/gs
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