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Wanchope Ábila y Gustavo Alfaro, sin autocrítica, demasiadas quejas sobre el árbitro y también con el VAR
Boca estuvo superado durante toda la noche en el primer desquite de semifinales de la Copa Libertadores. River tuvo una de esas noches ya tradicionales llenas de intensidad. El conjunto xeneize pudo hacer poco y nada. Y en ese escenario, algunos actores del equipo de la Ribera entendieron que debían aferrarse a argumentos poco sólidos para explicar el por qué de tanta diferencia entre ambos. Y la frustración e impotencia que generó esa jornada para el olvido, también se advirtió ante los micrófonos.
Porque la autocrítica fue mínima, apenas desprendida de la boca de Gustavo Alfaro. Pero el mayor análisis hecho en la conferencia de prensa pasó por las decisiones y revisiones a través del VAR que protagonizó el juez brasileño Raphael Claus. En ese sentido, el que más pegó fue Ramón Ábila, que desde el penal sancionado a favor del conjunto millonario –por la infracción de Emmanuel Mas a Rafael Santos Borré– se la pasó protestando y gesticulando. Esa bronca que acumuló, la trasladó al momento de enfrentarse con la prensa con unas frases que sorprendieron.
"Fue un partido raro. Sabíamos que Borré, Palacios y De la Cruz se entrenan para simular faltas. Siempre, en cada fase, hay un penal para River", inició el cordobés, con una opinión sin sentido. Pero fue por más y agregó: "El árbitro, obvio, influyó en el resultado. Arrancar así un partido, con un penal a los 4 minutos, ya te predispone de otra manera", dijo el delantero de Boca.
Nadie reclamó nada, pero siempre llaman desde el VAR. Parece que tienen mucho crédito en el teléfono. Es difícil así, pero nosotros sabíamos a lo que nos enfrentábamos
Fue evidente cómo el equipo de la Ribera sufrió el trámite del partido, especialmente en el complemento, en el que quiso hacer un encuentro "golpe por golpe" para intentar encontrar el gol de visitante que tanto anhelaba Alfaro, pero no forzó demasiado a Franco Armani. Se esperaba un análisis más profundo que el que se hizo. Sobre todo, porque las imágenes fueron claras y el VAR actuó correctamente: la infracción inicial dentro del área existió y la expulsión a Nicolás Capaldo, sobre el epílogo, fue justa a partir del planchazo lleno de impotencia que le pegó a Enzo Pérez. Y, además, el enojo por esa tarjeta roja era en vano: con la amonestación que recibió antes de acceder a la tecnología, el pampeano de 21 años ya se perdía la revancha por acumulación de tarjetas.
Incluso, Lisandro López debió irse expulsado un rato antes por una patada meritoria de una segunda amarilla e Izquierdoz podía haberse ido echado en la primera etapa por una fuerte plancha a destiempo sobre el tobillo de Borré. "Se mide todo con distinta vara. ¿Por qué la de Capaldo se revisa y la patada de Pinola no?", se preguntó Wanchope en referencia a una durísima entrada del zaguero, desde atrás, sobre el propio delantero, acaso la jugada más polémica del lado riverplatense que podía haberse juzgado con más severidad.
Alfaro, por su parte, aseguró que no quería excusarse y justificar la derrota desde las decisiones del brasileño que en Boca consideraron tan injustas. Aunque en sus declaraciones hizo notar que no se fue nada conforme con las decisiones arbitrales y hasta pareció estar fastidioso con los supuestos métodos pícaros de Marcelo Gallardo: "Wanchope dice lo que dice porque hoy (por ayer) le mostré a mis jugadores un video con la cantidad de faltas que buscan los de River. Siempre intentan generar un contacto para el penal, poniendo rápido el cuerpo delante del defensor, y se tiran permanentemente", inició el entrenador. Y remató: "Hay jugadas que no se revisan y la de Capaldo sí. Al árbitro le dije que De la Cruz se tiró 4 veces, simuló en todas y no amonestó en ninguna. No quiero justificar algo que no es. Pero River trabaja muchos detalles y nosotros teníamos que estar alertas, por ejemplo, evitando lo del penal".
Si el técnico de Boca tuvo algo de razón fue, sin dudas, cuando posó su visión sobre los segundos previos a la jugada del penal que abre el partido. Esa, acaso, fue una de las pequeñas autocríticas que expuso, aunque casi que cargó todo a espaldas de sus futbolistas. "Lo que lamento del penal es que viene de un lateral, en una jugada dentro de un partido que se define por detalles. Lo mismo pasa con el gol que perdimos en el primer tiempo: por la forma de defender de River y la de atacar que tiene Wanchope, fue una jugada a favor que no cristalizamos con el gol. En esas dos acciones, la pelota fue al lugar que tenía que ir. La de ellos terminó en penal y la nuestra no fue gol", se lamentó Alfaro.
Boca dejó el Monumental entre rostros serios y cabizbajos. Y con una confusión que desvía el verdadero análisis: hizo las cosas mal en los primeros 90 minutos y debe trabajar muchísimo si quiere remontar una serie compleja.
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