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Walter Erviti y su presente rojo: "El fútbol no depende de un solo jugador"
Llegó a Independiente tras un alejamiento conflictivo de Banfield; suf futuro como entrenador
La declaración terminó por ser un adelanto de lo que finalmente sucedería; y el ámbito donde la expresaba, toda una premonición. “Tengo que pensar qué haré de mi futuro”, anticipaba Walter Erviti el 17 de diciembre en las entrañas del estadio de Independiente. En la antesala del vestuario visitante y con la indumentaria de Banfield, después de que el conjunto de Julio Falcioni cerrase 2016 con su 5° triunfo consecutivo, lanzaba la advertencia ante una incomodidad que crecía. Menos de dos meses después, ahora al zurdo lo espera el lado local del Libertadores de América, porque a los 36 años se pondrá la camiseta del Rojo.
Erviti recibió a LA NACION en su casa de Palermo para puntualizar los motivos de su alejamiento de Banfield, lo que le espera en Independiente, el tercer equipo grande de su carrera después de haber jugado en San Lorenzo y Boca, y su futuro como DT.
–¿Imaginabas que en el tramo final de tu carrera ibas a estar otra vez en un equipo grande?
–Estoy feliz con esta posibilidad, muy agradecido a Independiente por confiar en mí y muy orgulloso por el paso en este momento de mi carrera. Pero hace un mes no me imaginaba esto porque mi cabeza estaba puesta en Banfield.
–¿Qué pasó para que te hayas ido del club en el que proyectabas retirarte?
–Dentro de una situación económica difícil, en Banfield fueron dándose una serie de promesas incumplidas por (Eduardo) Spinosa y por eso en un momento decidimos dejar de entrenarnos. Después, cuando estuvo la plata, cobraron mis compañeros y yo no, por lo que recurrí a una vía legal para reclamar una parte de lo que me correspondía. Entonces, el presidente –en lugar de sentarse a hablar conmigo– se puso a negociar con Independiente. Aprovechó la oportunidad para sacarme del club.
–¿Cuándo se quebró tu relación con Spinosa?
–Cuando volví de México me trató de una manera especial, a partir del cariño de la gente de Banfield por mí. Pero después cada vez se fue haciendo más distante, con actitudes que a mí realmente me dolieron. En los últimos dos años tuvimos un vínculo raro. Traté muchas veces de acercarme con la mejor predisposición, pero nunca tuve respuesta. Yo mantuve un trato respetuoso, propio de un jugador con el presidente de un club, pero él se manejó dentro de una relación por conveniencia.
–¿Y cómo era tu relación con Julio Falcioni?
–No sé por qué se instaló en los medios que era mala, tal vez para desviar la situación real de lo que sucedía. Mi relación deportiva con él ha sido excelente y disfruté tenerlo como entrenador, fue uno de los mejores que tuve. Siempre nos manejamos con libertad para hablar; yo lo escuchaba y también le decía lo que a mí me parecía mejor. Fue el técnico que más me dirigió en mi carrera y le estoy agradecido.
–¿Te afectó cómo se dieron las cosas?
–No quería irme de Banfield, no lo espera y me dolió. Es mi casa. Soñaba con ganar un título internacional. No me fui por la plata. Estoy seguro que en el futuro voy a volver a ser parte del club. No quería irme de Banfield, pero estoy ilusionado muy ilusionado con mi nueva etapa en Independiente.
–¿Cómo definirías la idea de juego de Ariel Holan?
–Lo que pretende para sus equipos está claro y lo hemos visto todos. Lleva un tiempo desarrollar una manera especial de jugar, pero sabemos que el fútbol argentino exige las cosas rápido. Lo admiro como entrenador por su visión del juego, por su seriedad y profesionalismo en el trabajo que desarrolla.
–¿Por qué se puso el foco en la cantidad de integrantes de su cuerpo técnico y el uso de la tecnología?
–Porque en el fútbol tendemos a mirar de reojo lo que es diferente. Hay que cambiar ideas y mentalidades instaladas, y nos es fácil. Hay que entender que detrás de un equipo hay mucho trabajo y no se trata de un grupo de tipos que corren con una pelota.
–¿La mejor posición para tu juego es detrás del centrodelantero?
–Sí, porque a espaldas de los mediocampistas rivales y con mis delanteros más cerca siento que por mi experiencia puedo encontrar espacios para recibir la pelota y dar el último pase o terminar la jugada. Siempre estuve predispuesto a cambiar de posición según las necesidades, pero creo que en ese momento de mi carrera ese es el mejor para mí. Igual el fútbol no depende de un solo jugador.
–¿Seguís disfrutando del fútbol?
–Muchísimo, es mi gran pasión. De ninguna otra manera me siento tan libre y tan en lo mío como cuando estoy en una cancha de fútbol.
–Tu papá te había dicho que te quedes en Banfield cuando te fuiste a Boca, ¿esta decisión la tomaste con tu familia?
–La tomé solo. Si hubiese sido por los consejos de mi familia debería haberme ido antes, porque saben bien lo que viví. No pude quedarme en Banfield pero se surgió el gran desafío que es jugar en Independiente.
–Debutaste en San Lorenzo en 1999. ¿Qué cambió en el juego desde entonces?
–Lo físico. Hoy se corre más y, en muchas ocasiones, se corre de más. La dificultad está dada porque a partir de esos desplazamientos los sectores del campo sin cobertura son menores. La impaciencia que se ejerce desde afuera de la cancha también aumentó y eso es un elemento determinante.
–¿Se perdió jerarquía?
–No lo sé, pero lo que sí hay es más paridad entre los jugadores de los equipos grandes y el resto. Antes era más difícil llegar a un equipo grande y hoy alcanza un buen semestre para que te contraten. Cuando debuté en San Lorenzo yo sentía que teníamos tres o cuatro partidos muy difíciles y el resto eran 80 por ciento ganables. Eso ya no pasa.
–¿Y qué cambio en los jugadores?
–Me parece que hoy los jugadores son menos futboleros. En general el jugador joven se queda muchas veces más con el color del fútbol que con la tarea en sí, cuando hay una enorme cantidad de elementos a mano, que antes no había, para estar más metidos en el fútbol. Si hoy querés hacer bien las cosas como profesional, tenés muchas más herramientas que antes.
–Hiciste el curso de DT. ¿Esa característica que marcas es una dificultad a futuro?
–Te obliga en enfocarte más allá de la circunstancias del juego, de trabajar los momentos que se pueden dar en un partido. Por eso hice cursos de coaching, de liderazgo y de neurociencia. Hace mucho tiempo que me preparo para ser entrenador, que estudio y hablo con diferentes técnicos, porque sé que es una carrera muy distinta a la del jugador.
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