Perú ganó, se clasificó a los cuartos de final de la Copa América y eliminó a Venezuela; buen arbitraje de Loustau

Jornada final. Último episodio del Grupo B, que tenía a Brasil y a Colombia clasificados a los cuartos de final, mientras que el resto de las selecciones todavía abrazan la esperanza de avanzar a la siguiente etapa de la Copa América. El estadio Mané Garrincha, de Brasilia, el escenario donde Perú extendió el sueño continental con la victoria 1-0 sobre Venezuela, que con la derrota vio frustrada la ilusión de continuar en el recorrido. De menor a mayor, Perú, que llegó rodeada entre algunas críticas por la tarea en las eliminatorias, logró clasificarse en el segundo puesto, por detrás de la verdeamarela.

Del juego entre Perú y Venezuela también podía salir el rival de la Argentina en los cuartos de final y el árbitro del encuentro fue Patricio Loustau, el único que tuvo actividad en el cierre de la etapa de grupos. La Conmebol no designó a Néstor Pitana, después del polémico desempeño en el cotejo que protagonizaron Brasil y Colombia; el misionero quedó al margen de la última fecha, a pesar de recibir respaldo del organismo sudamericano por la actuación en el partido que la verdeamarela se impuso 2-1, de modo agónico. La repercusión que provocó la jugada en la que la pelota lanzada por Neymar impacta en Pitana, que se llevó el silbato a la boca y amagó en pitar y cortar el juego para dar un bote a tierra con control para los brasileros, aunque se arrepintió y tras el pase de Lucas Paquetá a Renan Lodi, llegó el gol de Roberto Firmino, hizo que fuera corrido de la escena. Sin embargo, existen voces que aseguran que nos se trataría de un parate transitorio, si no que la decisión es que ya no vuelva a dirigir en lo que resta de la Copa América.

Lo mejor del partido

Un partido de rienda corta condujo Loustau, que a los 11 minutos le pidió con gestos -palma hacia abajo- tranquilidad al seleccionador José Peseiro, que protestó una falta de Edson Castillo sobre el peruano André Carrillo. Fue Carrillo el que con un pase hizo correr a Aldo Corzo; el lateral desbordó y lanzó un centro rasante que conectó Yoshimar Yotún por encima del travesaño. La respuesta de Venezuela fue inmediata: Jefferson Savarino remató desde fuera del área y Pedro Gallese desvió al córner. Volvió el árbitro a ordenar a los jugadores, porque los agarrones y empujones empezaban a replicarse en el área peruana.

Más comprometida porque no sumó triunfos en las anteriores presentaciones, Venezuela tomó el control. La situación no incomodó a Perú, un equipo acostumbrado a retrasarse para explotar de contraataque los espacios que se abren ante el adelantamiento del rival. Sergio Córdova, con el arco libre, desperdició la posibilidad de abrir el marcador para la Vinotinto: tras un rechazó de Gallese a un remate de Savarino, el atacante falló sin oposición cuando ensayó una palomita.

Se apagó Venezuela, perdió intensidad y concentración. Aplaudía desde el banco de los suplentes Peseiro y Ricardo Gareca, con calma, ordenaba a los peruanos. La lesión de Alexander Callens obligó al Tigre a mover las piezas y mandó al campo a Luis Abram -Christian Ramos, habitual titular en la zaga central, no integró el banco de los suplentes-. Llegó la noticia del gol de Brasil, obra de Eder Militao, y la tensión del juego bajó: el empate y la caída de los ecuatorianos ofrecía pasaje para los dos a los cuartos de final.

El cuadro se modificó en el comienzo del segundo tiempo. Carrillo tomó una pelota suelta, después de un tiro de esquina y las dudas de la zaga venezolana por despejar, y abrió el marcador para Perú. Las novedades no podían ser peores para la Vinotinto, porque Ecuador le empataba a Brasil y dinamitaba sus oportunidades de clasificarse. Con la diferencia, Perú ganó en confianza y se enseñó superior; la contracara era Venezuela, que no descubría el camino hacia el arco rival.

Con José Martínez y Rómulo Otero, Peseiro intentó reacomodar la estructura y recuperar aquella peligrosidad que demostró en el comienzo del partido. Un cabezazo de Nahuel Ferraresi desviado y un tiro libre que lanzó Otero, animaron. El ingreso de Yeferson Soteldo -debutó en la presente Copa América, ya que fue uno de los 15 futbolistas afectados por el Covid-19 en la Vinotinto- hizo crecer el alicaído juego venezolano. Córdova lo tuvo, más incómodo que en el primer tiempo, pero volvió a fallar. Fue la última chance, Jan Hurtado tomó su lugar.

El adelantamiento del rival provocó que Gareca tomara nota y refrescara a su formación. Raziel García y Wilder Cartagena fueron los elegidos para recuperar la dinámica y patrullar la zona de volantes. Siguió renovándose Perú y Alex Valera y Santiago Ormeño fueron los elegidos para mantener esa frescura que le posibilitara mantener el resultado y asegurarse la clasificación como segundo del Grupo B. Para la Vinotinto todo era desesperación, una carrera frenética por convertir dos goles o anotar uno y que Brasil le diera una mano con Ecuador. No se produjo ninguna de las dos situaciones y el silbatazo final de Loustau, de correcto desempeño, determinó la eliminación.

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