Vélez vivía una noche inspirada de Vargas, pero lo condicionó un error de Cufré: 1-1 con Colón

Gabriel Heinze le dio un estilo de juego definido a Vélez y también fortaleció el sentido de pertenencia de sus dirigidos con El Fortín. Más allá de que la mayoría de los futbolistas son surgidos de las divisiones inferiores, el juego protagonista, intenso y tenaz los hizo más unidos. Creen en la idea que además potencia las individualidades. Hoy la mayoría de los jugadores de Vélez son mejores que antes de la llegada de Heinze. Y dentro de ese rubro se encuentra Matías Vargas, autor del primer gol en el empate 1-1 con Colón en Liniers, en uno de los adelantos de la 19° fecha de la Superliga. El local se fue con bronca porque se le escapó el éxito a diez minutos del final con el tanto que anotó la Pulga Rodríguez de penal, aunque estuvo condicionado, ya que jugó más de un tiempo con un futbolista menos por la expulsión de Braian Cufré a los 33 minutos del primer tiempo. Un error infantil que Vélez pagaría caro.

Matías Vargas mostró ser desequilibrante desde el mismo momento que debutó en primera, el 22 de agosto de 2015, justamente ante Colón, aunque en un empate 0-0, por la 21° fecha del torneo de Primera División. Enganche por naturaleza, la evolución del fútbol lo fue recostando hacia las bandas, sobre todo ubicado sobre la izquierda, para hacer diagonales hacia adentro y quedar perfilado para asistir a un compañero o rematar desde afuera del área, dos de sus principales virtudes.

Por eso no fue casualidad ese slalom característico con el que desequilibró al minuto de juego y el pase-gol que le dio a Hernán De la Fuente, lateral/carrilero derecho, para que defina cruzado en el 1-0. A Heinze le gusta que sus wines jueguen con perfil cambiado. Así como Vargas (siendo diestro) juega por la izquierda; el que se ubica por la derecha siendo zurdo es Agustín Bouzat. En el centro, un Leandro Fernández que le ganó el puesto de centrodelantero a Salinas.

Vargas es el jugador más "realista" de Vélez en la Superliga. Así denominaba Carlos Bianchi a los futbolistas que más eficacia le ofrecían en tantos y asistencias. Vargas anotó cinco goles y aportó, además, cuatro pases-gol. De esta forma, participó de manera directa en 9 de los 24 tantos que suma el conjunto de Liniers.

El 1-0 de De la Fuente

Pero el juego de Vélez se vio condicionado por la roja directa que vio Braian Cufré a los 33 minutos del primer tiempo, tras una violenta plancha sobre Heredia, un error no forzado del lateral izquierdo que luego el local sufriría desde el desarrollo, sobre todo en el segundo tiempo. De arranque, el sistema táctico 4-3-3 que se desdobla en un 3-4-3 con Giménez metiéndose como líbero entre los centrales Gianetti y Laso, se transformó en un 4-2-3 tras la expulsión de Cufré: ingresó Abram (defensor central) por Galdames (mediocampista) y Vélez corrió riesgos incluso defendiendo mano a mano atrás. Y allí apareció la figura del arquero Hoyos para salvar un gol casi hecho de Vigo.

El 1-1 de Rodríguez, de penal

Hasta que Heinze metió el primer cambio: adentro Cubero y afuera Vargas, la figura de la cancha. Y a partir de ahí, también leyendo el crecimiento en el juego de Colón, el local terminó aguantando defensivamente con una línea de 5: De la Fuente, Cubero, Gianetti, Abram y Laso. El equipo santafesino empujó y pudo llegar al empate a diez minutos del final con el penal que Cubero le cometió a Esparza y que convirtió el Pulga Rodríguez. Eso sí: el arquero Hoyos estuvo muy cerca de desviarle el remate, pero el balón se le escurrió por debajo del cuerpo. Como la victoria a Vélez, en una noche que parecía propicia para el local.

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