River. El debate entre los protagonistas sobre qué ciclo fue el mejor: ¿Veira, Ramón Díaz o Gallardo?

Miércoles 29 de octubre de 1986. Miércoles 26 de junio de 1996. Miércoles 5 de agosto de 2015. Domingo 9 de diciembre de 2018. La historia de River tiene cuatro fechas memorables que generan un hilo conductor indeleble entre los tres técnicos que lograron conquistar la máxima gloria continental. Las carreras de Héctor Veira, Ramón Díaz y Marcelo Gallardo están unidas por la Copa Libertadores. Y sus equipos marcaron una huella tan determinante que siempre los ubicará como un punto de referencia en la memoria colectiva millonaria.

Con fuertes liderazgos y vastas figuras, cada uno construyó su camino con una idea de juego que lo identificaba. Hoy, en tiempos sin fútbol por la pandemia de coronavirus, una frase de Nery Pumpido encendió la discusión: "Creo que el River del 86 fue mejor que el de Gallardo. Ese fue el mejor equipo de la historia", dijo el exarquero en Planeta 947 y la polémica quedó instalada. ¿Quién se destacó más en la historia contemporánea?

El equipo del Bambino: los integrantes coinciden en que fue el mejor

Veira llegó a River a mediados de 1984 y revolucionó el estilo de juego. Detallista al máximo, hizo cambios tácticos y de posiciones significativos. Con un estilo contragolpeador y el resultado como principal objetivo, consiguió un logro que todavía no se repitió: ganó el Campeonato 1985/1986, dio la vuelta en la Bombonera, conquistó la Libertadores y venció a Steaua Bucarest de Rumania para ganar la Copa Europea-Sudamericana. Aquel equipo inolvidable salía de memoria: Pumpido; Gordillo, Gutiérrez, Ruggeri, Montenegro; Enrique, Gallego, Alonso, Alfaro; Alzamendi y Funes.

"Nuestro equipo no tenía nada que ver con los otros. Nosotros éramos muy diferentes: contundencia, contragolpe, juego más luchado, mirando el área todo el tiempo. Teníamos a Enrique y a Alonso que manejaban bien la pelota, pero no era nuestro estilo. Además, era otra época: jugábamos en la selección y durábamos 3 o 4 años. Fuimos muy fuertes. En la cancha que fuera nos imponíamos", recordó Alzamendi en diálogo con LA NACION.

Ruggeri y Alonso, dos de los líderes de aquel plantel, tienen en claro su opinión: no hubo nada como el del 86. "El ciclo de Veira fue más que el de Gallardo. Yo mido calidad y no hay nada comparado con ser campeón del mundo. Nosotros a este equipo de Gallardo lo hacíamos mierda", disparó el Cabezón en Fox Sports. Y el Beto se sumó: "Era un equipo de guapos y fue merecedor de lo que ganaba. Iba al frente como loco y a cualquier River le gana por dos goles de diferencia. Al de Gallardo y a cualquiera".

El equipo de Ramón: pese a la historia grande, se rinde ante el de Gallardo

Diez años después llegó el pico absoluto de los tres ciclos de Ramón Díaz. Entre 1996 y 1997, festejó otro hecho único: conquistó la Libertadores, la Supercopa y el último tricampeonato local, pero no pudo con Juventus en la Intercontinental. Aquel equipo encastró a la perfección figuras como Burgos, Hernán Díaz, Celso Ayala, Berizzo, Sorín, Astrada, Almeyda, Berti, Ortega, Gallardo, Francescoli, Cruz y Salas, entre otros, para lograr superioridad colectiva. Con un sólido equilibrio y potencia ofensiva, complementó la riqueza técnica con una fuerte personalidad para mantener siempre los ojos puestos en el rival.

"El equipo del 96 estaba plagado de variantes y calidad, tenía dos jugadores por puesto y jugaba muy bien al fútbol. Nuestro rasgo distintivo era ser un equipo ganador que de local se hacía muy fuerte", explicó Juan Gómez, defensor que pasó por River entre 1995 y 1996, ante la consulta de LA NACION. "Tanto el del 86 como los de Gallardo no jugaban tan bien como el del 96, pero tenían y tienen una contundencia tremenda. Yo considero que el ciclo actual está fuera de comparación: marcó una historia grande en River que es inimitable".

Por su parte, Marcelo Escudero, mediocampista de aquel histórico elenco, analizó: "El equipo del 96 era muy agresivo. Había líderes positivos y teníamos muy en claro qué queríamos. Estábamos bien compensados entre experiencia y juventud. Nuestro bloque defensivo era fuerte y contábamos con jugadores de jerarquía arriba que te iban a hacer ganar el partido".

Con ocho títulos en River entre 1996 y 2002, Escudero fue contundente a la hora de comparar: "El del 96 tiene rasgos similares al del 86, que era un equipo duro, de hombres, con metas muy claras y jugadores mundialistas. Pero no se pueden comprar con el juego actual de River que ha roto todos los moldes. Es muy vertical, los jugadores toman riesgos, hacen duelos personales y los ganan… esa mentalidad es fundamental en el fútbol actual. Lo digo con todo respeto y humildad: el equipo actual de Gallardo es el más superior en todo sentido. Llena todos los casilleros de juego y resultados".

A sus palabras se suman las de Ramón Díaz, quien ya declaró varias veces que "Gallardo es el mejor técnico de la historia de River" y las de Hernán Díaz, quien recientemente dejó en claro que "el River de Gallardo es el mejor de la historia y no habrá nada igual a Madrid" en el Instagram del periodista Federico Muiños.

El ciclo de Gallardo que rompió todos los moldes

El Muñeco rompió el paradigma. En seis años, logró siete títulos continentales y cuatro locales, le ganó dos finales a Boca y lo eliminó en otras tres instancias decisivas con un equipo vistoso, veloz, asfixiante y goleador. Con infinitas variantes tácticas y un liderazgo intachable, generó una fuerte mentalidad competitiva, un marcado sentido de pertenencia y un espíritu de unión grupal. Pese a los golpes, River se sostuvo en el tiempo, no sufrió los cambios de nombres y esquemas y siempre entendió el momento para reinventarse. Cuando tuvo que batallar, batalló. Cuando apostó a jugar, jugó. Y cuando pudo brillar, lo hizo al máximo.

"A pesar de la rica historia del club, no teníamos el mote de copero. Hubo momentos donde se pudo haber logrado más a nivel internacional. Yo lo viví como jugador. Esa década del 90 en la que a nosotros nos tocó ser un equipo muy representativo, nos quedamos cortos con los logros, podríamos haber ganado algo más. Había cualidades y capacidades. Hoy se generó un equipo que sabe jugar instancias definitorias, estar a la altura y salir a flote", explicó Gallardo con LA NACION hace unos años. Como DT, consiguió ese plus que faltó como jugador.

Difícilmente algún futbolista del plantel actual o que haya pasado recientemente por el club suelte alguna declaración rimbombante que pueda dividir aguas en Núñez. Ese perfil bajo es otro aspecto trabajado en la intimidad del equipo del Muñeco para evitar conflictos. Son otros tiempos y quizás haya que esperar varios años para visibilizar a la distancia lo que generó el actual River. Pero hace rato la historia ya le tiene reservado un lugar de privilegio entre los equipos que marcaron una época.

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