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SAN PABLO (Especial).- El coraje en los momentos adversos, la convicción defensiva, la garra de un conjunto que jamás bajó los brazos no tuvo su premio. Rosario Central recibió un cachetazo en la definición por penales por 5 a 4 ante San Pablo, luego de caer por 2 a 1 en los 90 minutos, y quedó eliminado en los octavos de final de la Copa Toyota Libertadores. Ahora, el conjunto brasileño se medirá en los cuartos de final con el ganador de la serie entre Nacional, de Montevideo y Táchira, que jugarán hoy.
Fue un duro golpe para Central, que dejó una imagen digna en el estadio Morumbí, ante 60.000 almas. No tuvo fortuna en los penales. Y se quedó con las manos vacías, después de luchar con la frente alta en todo momento. El arquero Gaona, que contuvo el remate de Cicinho, luego no pudo doblegar a Rogerio, en el penal que le hubiera dado la clasificación. Después, el guardavallas local le desvió el tiro a Irace y desató el festejo de San Pablo.
Apenas comenzó el encuentro, Central ya estaba arriba en el marcador. Luego de soportar un par de avances sin peligro de San Pablo, el equipo rosarino se adueñó de la pelota y fabricó un contraataque perfecto, que definió con un zurdazo Germán Herrera.
Tras el festejo, el conjunto argentino le cedió la pelota y el terreno a San Pablo, que atacó con insistencia, buscó con desesperación, pero no tuvo inventiva en los metros finales. La última línea rosarina, convencida de su poderío y las flaquezas rivales, se hizo fuerte. Raldes y Papa le sacaron una luz de ventaja al resto.
Y cuando los avances eran más peligrosos, apareció la figura del arquero Gaona, que tuvo un destacado primer tiempo. Le contuvo un tiro a Danilo, en la primera llegada clara del equipo brasileño. Marquinhos y Danilo manejaban el juego creativo del conjunto local, que se desesperaba con su falta de potencia ofensiva.
Al rato, Raldes le cometió una infracción a Velber, fuera del área, pero el juez Jorge Larrionda cobró penal. Y apareció otra vez la figura de Gaona, que contuvo la acción y el posterior rebote, ambos malogrados por Luis Fabiano, que tuvo una inusual errática noche.
El penal atajado agigantó a Gaona, que minutos después le tapó un disparo con destino de gol de Luis Fabiano. San Pablo insistía con más fuerza. Ya estaba en el campo Grafite, que reemplazó a Alexandre, intrascendente por el sector derecho. Por allí, Grafite fue determinante. Un tiro suyo, desde lejos, pasó muy cerca.
Cada vez más cerca de su arco, Central se defendía con convicción, pero fueron peligrosos los metros que retrocedió el conjunto argentino. Y San Pablo lo aprovechó: luego de un preciso centro de Cicinho, el cebezazo goleador de Grafite puso el 1 a 1.
En el segundo capítulo, el desarrollo fue más claro. Cada uno se aferró a su libreto. San Pablo, con la pelota, buscó el ataque, sin ideas, con confusión. Y Central, sin el balón, muy inteligente, apostó por el ataque, con algo de ingenio.
El desarrollo ganó en intensidad. Fabao, con un tiro libre que pasó cerca, generó otra clara posibilidad. El Yerbatero González, que ingresó por Belloso, desperdició un mano a mano accesible, frente al seguro Rogerio.
Había más ocasiones. Grafite, otra vez, tuvo una clara situación que fue neutralizada por Gaona.
Creció el juego de Gustavo Barros Schelotto, acompañó, con intermitencias, Messera, Central corría con la ilusión de un contraataque como estandarte, pero no tuvo precisión en los metros finales. Y San Pablo, sin demostrar una superioridad abrumadora, dio vuelta el score, con un avance de Grafite, que marcó otro gol, después de un error de Gaona.
El final fue a pura emoción. Gaona, otra vez, le detuvo un remate a Luis Fabiano. La pelota volaba. Viajaba de aquí para allá. Pero no hubo más goles en los 90 minutos. Hasta que llegaron los penales. Y allí, San Pablo infló el pecho y se aferró a los cuartos de final.
El uruguayo Jorge Larrionda tuvo una floja tarea. Se equivocó muchas veces, pero lo peor fue el penal que cobró para San Pablo, a los 23 minutos del primer tiempo. Raldes le cometió una infracción a Velber, fuera del área, pero el juez, desde lejos, cobró la pena máxima.
Rosario Central disputó nueve encuentros en Brasil, por las copas Libertadores, Mercosur y Conmebol; ganó uno y perdió ocho.
Desde que llegó a Central (enero de 2003), Gaona atajó tres penales, incluidos los dos de anoche. El primero fue ante Cavenaghi (River), el 30 del mes último.
Central no pudo repetir la historia de 2001, cuando River, Boca y los rosarinos se clasificaron para los cuartos de final de la Copa Libertadores.
Por torneos internacionales, San Pablo no pierde en el Morumbí desde 1987 (Colo Colo lo venció 2-1). Desde entonces, jugó 20 cotejos y ganó 18.
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