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"Trabajamos más que los técnicos de primera"
Una mirada distinta del ascenso por tres hombres que hasta hace poco se destacaron en el fútbol grande: Fabián Carrizo, DT de Acassuso; José Basualdo, coordinador general en Villa Dalmine, y Flavio Zandoná, gerenciador en Defensores Unidos de Zárate
La cancha de Acassuso es humilde. Tiene apenas una tribunita en uno de sus laterales, capaz de albergar en un día de partido a unos cientos de hinchas. Fabián Carrizo, José Basualdo y Flavio Zandoná, todos protagonistas del fútbol vernáculo en las últimas dos décadas, caminan por el terreno de juego, mitad césped, mitad tierra, con mucha calma. Por propia elección, sus vidas han dado un vuelco de 180 grados: para ellos las canchas llenas son un grato recuerdo; hoy viven, gozan y sufren en el mundo del ascenso. Si se quiere graficar, del cielo del fútbol al sótano.
Carrizo es director técnico en Acassuso, en primera C. Basualdo está dando sus últimos pasos como jugador, y es ayudante de campo, DT alterno y coordinador en Villa Dalmine, en la misma categoría. Zandoná es ayudante de campo, futuro entrenador y uno de los gerenciados de Defensores Unidos de Zárate, en primera D. Ellos, que supieron jugar en casi todos los clubes grandes (entre los tres les faltó sólo River) y hasta tienen una colección de títulos en sus vitrinas (desde ascensos hasta copas Europea-Sudamericana), viven otra realidad. Sin mediar pregunta, se ponen a hablar de todas las vicisitudes que enfrentan en sus nuevos lugares. Y, aseguran, que están aprendiendo mucho de fútbol y de la vida.
-¿Les costó dejar el fútbol y empezar de nuevo de tan abajo?
Flavio Zandoná: -Siempre supe que el final como jugador iba a llegar. Por eso no me dolió el retiro. Y sabía que cuando dejara el fútbol, iría a Zárate.
Fabián Carrizo: -Lo mío fue una elección, porque hubo otros equipos, como Huracán e Independiente, que me vinieron a buscar, pero me interesó este proyecto. En ningún momento tuve prurito de venir a Acassuso. Como jugador siempre tuve sacrificio y como técnico quería que nadie me regalase nada. Me lo quiero ganar de abajo. Unos amigos me decían que en la C arriesgaba mi prestigio. ¿Qué prestigio? Yo soy un ex jugador y eso lo asimilé bien. Hoy soy DT y no tengo prestigio. Me estoy haciendo camino al andar.
José Basualdo: -Yo le dije que no a Quilmes, a Huracán de Tres Arroyos y a Ferro. Me retiré profesionalmente. Mi único compromiso es con Villa Dalmine. Ya estoy afuera hace rato, pese a que todavía juego. Soy, sobre todo un DT, más adentro de la cancha. Y, además, creo que por nuestra experiencia y por cómo nos toman cumplimos muchos otras funciones más importantes.
-¿Cómo es eso?
J. B.: -Yo llegué al club ocho meses atrás y hace poco me enteré de que, desde entonces, hay chicos de la pensión del club que no comen carne y que tampoco toman leche. Hay que hacer más de lo que corresponde. Se ocupa más tiempo en cosas que no son del trabajo de uno que en la función específica.
F. Z.: -Yo tengo que salir a buscar publicidades por canje para que algunos coman. Mi arquero suplente es repartidor en Zárate, que es muy grande. Un día se le rompió la moto y tuvo que ir de una punta de la ciudad a la otra en bicicleta. Llegó al entrenamiento; le dije que hiciera tres saltos, hizo uno y estaba cansado... ¿Qué le voy a decir? Otra: el día de un partido, un jugador me avisó que no podía venir porque tenía que cuidar al nene. Le dije que lo trajera que se lo cuidábamos en el banco de suplentes, y lo tuvo el aguatero todo el partido.
F. C.: -No es tan sencillo manejar un grupo así. Porque sea un club chico uno no va a hacer cualquier cosa. Acá pasan un montón de cosas que en primera no suceden.
J. B.: -Claro, y hay que saber todo; las historias personales de cada uno, de los que tienen hijos enfermos o familiares presos. Uno debe darles educación, alimentos, todo. Es padre, amigo, hermano...
F. Z.: ...doctor, psicólogo. °Un jugador hace poco me pidió pañales para el pibe! ¿Te imaginás a uno de Boca pidiéndole pañales a Bianchi?
F. C.: -Se debe tener un diálogo constante con los jugadores. Mostrarles que no somos intocables, generar diálogo y confianza. No tenemos la solución para todos los problemas, pero hay que ayudar.
-Y con todos estos inconvenientes, ¿les gusta lo que hacen o preferirían estar dirigiendo más cómodos en primera división?
J. B.: -Más allá de la humildad, nos gusta. No tenemos problemas en venir a trabajar en divisiones menores y empezar de cero. Otros no tienen esta personalidad. A veces uno hace muchas cosas y no puede tapar tantos agujeros, pero nos gusta y cada vez estamos más metidos.
F. C.: -Yo estoy muy contento, disfruto mucho. Esto te marca, en el fútbol y en la vida. El día de mañana, cuando podamos crecer en la actividad, no tendremos tantos problemas.
F. Z.: -Para mí, trabajamos más que los técnicos de primera.
J. B.: -Seguro. Hace poco me vinieron a buscar de Universitario de Perú para ser entrenador, pero me dijeron que me faltaba experiencia. Les dije que tenían que venir a ver una práctica y que después me digan. Yo, en la C, enseño a jugar. En Perú sólo tenía que acomodar a los jugadores. Lo que hacemos acá, en primera lo hacemos de taquito.
F. Z.: -Nosotros corremos con ventaja. En primera sólo tenés problemas futbolísticos.
F. C.: -Esta es una muy buena base. A nosotros nos falta, porque igual los técnicos triunfan más grandes, como Bianchi, a los 45 o 46...
F. Z.: -Entonces yo estoy camino a ser como Bianchi..., por el pelo.
Las risas cierran la charla. Prometen encontrarse de acá a algunos años para la misma nota. Entonces como entrenadores de primera, recordando las anécdotas y el aprendizaje que les dejó el mundo del ascenso.
Carrizo
Los primeros pasos en Acassuso
Fabián Carrizo tiene 36 años. Comenzó su carrera de jugador en las infantiles de Tigre. Luego jugó, entre 1983 y 1990, en Boca; entre 1990 y 1994, en San Lorenzo; en 1994 volvió al club xeneize: entre 1996 y 1999 jugó en Independiente y del 99 al 2001 en Huracán. Ganó con Boca la Supercopa, en 1989, y la Recopa, en 1990; con San Lorenzo la liguilla Prelibertadores, en 1991, y logró el ascenso con Huracán, en 2001.
Desde hace tres semanas es el DT de Acassuso, equipo de la primera C que marcha undécimo en el torneo Clausura 2003. ”Me llamó para trabajar Claudio Marangoni, con quien tengo una muy buena relación desde cuando jugamos en Boca, entre 1988 y 1990, y compartíamos la habitación en la concentración. Es la cara visible de un grupo que hace los aportes y gerencia el club. Es como el administrador. Para lo que es la realidad de la divisional, tenemos mejores condiciones de trabajo que la mayoría de los otros equipos.”
Basualdo
El polifuncional de Villa Dalmine
José Basualdo tiene 39 años. Comenzó en Villa Dalmine, en 1981, y en 1987 pasó a Deportivo Mandiyú. De 1989 a 1992 estuvo en Stuttgart, de Alemania, tuvo un breve paso por Racing y luego jugó, entre 1993 y 1996, en Vélez; entre 1996 y 2000, en Boca (tuvo en 1997 un breve paso por Extremadura y Jaén, de España). En 2001 regresó a Vélez, y desde mediados de 2002 está en Dalmine, a donde llegó como jugador y seguirá hasta fin de la actual temporada. Ahora también es DT alterno y desempeña otras actividades. El equipo comparte la quinta colocación en el Clausura de primera C, tras lograr el Apertura.
Ganó 13 títulos: un ascenso con Dalmine de la C a la B (1983), otro con Mandiyú de la B a la A (1988), dos locales, una Copa Libertadores, una Europeo–Sudamericana y una Interamericana, con Vélez; tres locales, una Libertadores y una Intercontinental, con Boca, y la Copa América de 1993 con la selección, en Ecuador. Además, fue subcampeón del mundo en Italia 1990. “Soy el coordinador general de Villa Dalmine. Traje a cuatro jugadores reconocidos (Mario Pobersnik, Raúl Cardozo, Pedro Troglio y Roberto Monserrat), con la colaboración de dos empresas: Mista y Rhasa. Mi trabajo es ad honórem. Por lo que me muevo, me vinieron a buscar Aldo Rico y Luis Patti para ser intendente de Campana. Me negué.”
Zandoná
Un gerenciador en Zárate
Flavio Zandoná tiene 35 años. Sus primeros pasos fueron en San Lorenzo, en 1983, donde jugó hasta 1994. Entonces pasó a Vélez hasta 2000; en ese club en toda la serie exitosa, con ocho títulos: Libertadores y Europea–Sudmericana en 1994; Apertura e Interamericana, en 1995; Clausura, en 1996; Supercopa, en 1997, y Recopa y Clausura, en 1998. En 2000 tuvo un breve paso por Cerro Porteño, de Paraguay, y por Avispa Fukuoka, de Japón.
Como todavía no se recibió de DT, acompaña a Osvaldo Diez en la conducción de Defensores Unidos de Zárate, que está segundo en la Zona A de la primera D, a dos unidades del líder, Juventud Unida. Es uno de los gerenciadores de la entidad junto con Hernán Bochini, el hermano del ex crack de Independiente. “El Bocha (por Ricardo Enrique Bochini) está entusiasmado con nuestra campaña. Hace poco me llamó y me dijo que, si ascendemos a la C, quiere volver a jugar.”
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