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Takahara: el japonés que quiere ser ídolo en Boca
El jugador de 22 años es la flamante incorporación de Boca y el primer nipón en el fútbol grande de la Argentina
Nueve camarógrafos de distintos medios televisivos, una docena de fotógrafos y un pelotón de periodistas esperan atrincherados en una de las puertas de desembarque del playón B del aeropuerto Ministro Pistarini, en Ezeiza. "¿Qué pasa? ¿Por qué tanta revolución?", comienzan a interrogar los curiosos. La escenografía invita a los chismosos. "Che..., ¿viene Maradona?", pregunta uno. "Debe venir Crespo o Batistuta por el seleccionado", menciona otro. Y siguen... Surgen mil argumentos sin advertir, obviamente, que toda la atención la acapara un japonés de 22 años llamado Naohiro Takahara , de Jubilo Iwata, flamante incorporación de Boca y el primer nipón en el fútbol grande de la Argentina.
La gente prepara sus papelitos y lapiceras. Se pone en puntas de pie, mira la puerta ansiosa para ver a alguien que nunca observó en un campo de juego. Pero así es Boca. Taka -como le dicen en su país- pasa la aduana y desata la locura. Azorado, con una sonrisa tímida, observa el espectáculo de cómo los reporteros se desesperan por una imagen suya. La vorágine lo desborda, está rodeado. Sin más remedio, estupefacto, apela a un amigo traductor porque su desconocimiento del inglés impide un diálogo directo. "Disculpen. Sólo habla japonés, francés y un poco de español", cuenta Daisuke Tanaka, traduciendo las palabras del delantero.
"Me hace muy feliz llegar a Boca. Es como un sueño hecho realidad. Espero no defraudar a nadie y llegar a ser ídolo", dice Takahara, mientras los chicos no paran de tocarlo y saludarlo.
Desde los seis años Naohiro soñaba con este presente en su lugar de nacimiento, Shizuoka, ubicado a 200 kilómetros de Tokio. Por eso le pidió a sus padres asistir a la escuela Shimizu-Higashi, donde el fútbol era palabra santa, y más destacado que el beisbol, el otro deporte que desvela a los nipones.
Su 1,81 metro y su destacado currículum sedujeron a Jubilo Iwata, equipo en el que debutó el 21 de marzo de 1998 y, como buen goleador, se presentó con un tanto al Kyoto Purple Sanga. Ese sería el primero de los 32 tantos que marcaría en sus 76 partidos, la mayoría de ellos de cabeza, su mayor virtud.
Al año siguiente ganó su único título de la liga japonesa y sus goles le abrieron paso a los seleccionados juveniles. Primero fue subcampeón en el Mundial Sub 20 de Nigeria, en 1999, donde marcó tres tantos en siete cotejos. Su ascendente carrera continuaría, primero en los Juegos Olímpicos de Sydney, competencia en la cual Japón finalizó 6° y Takahara celebró tres veces en sus cuatro partidos; y luego en la Copa de Naciones de Asia 2000, ya con el seleccionado mayor, que conquistó el título gracias a aquel pibe de 21 años que señaló cinco goles en seis cotejos. Y hay más. El japonés marcó este año ocho goles en trece encuentros y llega entonado. "Ojalá sea el goleador de Boca. Es un desafío difícil , pero muy lindo", admite.
Dicen sus compatriotas que Takahara tiene fama de loquito , la misma que posee su ídolo, el Maradona japonés, Nakata, y que su personalidad puede erigirlo en ídolo. Por lo menos sus números invitan a creer en esta patriada del titular xeneize, Mauricio Macri, que tras ver un video con sus goles y consultar al DT Carlos Bianchi, no vaciló en incorporarlo a préstamo por un año por US$ 300.000 para explorar un nuevo y muy rico mercado.
Boca le escapó a los prejuicios, se animó y trajo a Takahara -anoche estuvo en uno de los palcos de la Bombonera y ya supo de la calidez de los hinchas de su nuevo club- con la esperanza de hallar un Palermo japonés. En las tierras del sol naciente es ídolo y en La Boca ya se comienza a hablar de él...
La puerta hacia un nuevo mercado
¿Por qué Boca incorpora un japonés? Porque, en búsqueda del efecto que encontró Perugia, de Italia, cuando contrató a Hidetoshi Nakata, el club de la Ribera puede ingresar con Naohiro Takahara en el mercado nipón para vender camisetas y productos de merchandising que puedan explotarse con la imagen del futbolista.
El presidente Mauricio Macri pensó bien esta jugada. Con la Copa Europeo-Sudamericana ganada el año último ante Real Madrid, en Tokyo, Boca causó furor. Y la contratación de Takahara puede ser el lanzamiento hacia un negocio redondo, sumando a empresas japonesas como nuevos sponsors y así abrir un nuevo mercado de jugadores.
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