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Ser hincha y dirigir un superclásico: cuando los árbitros se enfrentaron a sus sentimientos
canchallena.com recolectó anécdotas de referís que participaron de la cita máxima del fútbol argentino, con Bava y Sánchez como pilares; además, el primer Boca-River y los recuerdos de Baldassi y Martín
Cuenta la leyenda -y lo confirma esta crónica del diario LA NACIÓN, publicada el 25 de agosto de 1913- que el árbitro designado para el primer superclásico oficial de la historia nunca llegó a la cancha de Racing, sede de aquel encuentro. Pese a la ansiedad del público, que había llegado "con mucha expectativa por contar ambos cuadros con elementos de cierta valía en sus filas, por sus posiciones casi iguales en el campeonato y, más que todo, por el conocido antagonismo que media entre ambos clubes", los organizadores decidieron esperar al colegiado hasta la hora pactada: 14.30. Pero, finalmente, debieron conformarse con elegir a otro referí, que, 40 minutos más tarde, dio inicio a un Boca vs. River que quedaría en la historia.
Desde aquel partido, y con el paso de los años, los árbitros se convirtieron en protagonistas fundamentales de los superclásicos. Incluso, en el último tiempo, sus designaciones tomaron tanta relevancia como la del anuncio de las formaciones de cada equipo. A cuatro días del primero de los tres Boca-River que se jugarán en 11 días, canchallena.com recolectó historias, confesiones y curiosidades del cruce más importante del fútbol argentino, según la mirada de los hombres que negros.
-Ángel, me emocionó tu arbitraje.
-Te emocionó porque ganó Boca, si no…
-No, en serio, me emocionó.
El diálogo, marcado por la ironía y la confianza de dos personas que se conocen desde hace mucho tiempo, lo protagonizaron Juan Bava -reconocido hincha de Boca- y Ángel Sánchez -quien, en una entrevista con este medio, confesó su simpatía por Lanús y River-. Se dio la madrugada del 25 de mayo de 2000, algunas horas después del recordado triunfo xeneize ante los millonarios por 3-0, en la vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores. Las bromas entre ellos eran comunes, aunque el árbitro argentino en el Mundial 2002 aclaró: "Hay más mito que realidad".
Además del arbitraje y de la amistad, otra punto en común los cruza: ambos fueron actores (¿de reparto?) de diversos superclásicos. Bava dirigió 11. ¡Sí, once! Aunque, sin dudas, el primero es el más recordado. Sucedió el 5 de febrero de 1989, en la Bombonera, el día que le anuló un gol legítimo a Daniel Passarella -cobró offside, pese a que el línea no lo había marcado, tras un remate de tiro libre que se metió en el ángulo-.
"Se me fue el pito", explicó el referí, algunos años después, en una entrevista con la revista Un Caño. "Passarella todavía me lo echa en cara. Le pedí diez mil veces disculpas y cada tanto vuelve sobre el tema. ¡Basta! Vamos a ser abuelos, no puede ser que siga con eso", agregó. Ante las acusaciones del Káiser -"me lo anuló porque era de Boca"-, se defendió en la misma publicación: "Desde los cuatro años soy de Boca. Me llevaron a la cancha de Boca y me hice hincha de ese club. ¿Qué tiene que ver? Passarella es hincha de Boca y, sin embargo, es presidente de River (NdR: la nota fue publicada durante su mandato). ¡Y me parece muy bien!".
El árbitro deja de ser hincha y empieza a fijarse en uno mismo
Para Ángel Sánchez, ser hincha de River nunca lo "afectó" en los superclásicos. Los números lo respaldan: en sus tres partidos oficiales, los millonarios nunca pudieron ganar. Además, recuerda el gol del "muletazo" de Palermo como uno de los momentos más emocionantes de su carrera y confiesa, con orgullo, que guarda en su museo la camiseta con la que Riquelme le hizo el famoso caño a Yepes.
"Seguramente, los hinchas de River cuestionan las actuaciones que tuve en los superclásicos, pero el árbitro deja de ser hincha y empieza a fijarse en uno mismo. Los familiares, que también son hinchas, te reclamaban si habías cobrado algo en contra . Pero, como los periodistas, tratamos de ser objetivos", sostuvo Sánchez en una charla con canchallena.com.
A la hora de recordar su experiencia en los Boca - River (Aperturas 1998 y 2000, Libertadores 2000 y tres amistosos de verano), no pudo dejar de repasar los famosos "diálogos futboleros" que mantenía con los protagonistas. Su top tres:
- Con Ariel Ortega, en el clásico que lo terminó expulsado.
-Me están pegando mucho, eh-, le reclamó el Burrito.
-Tocá de primera y así no te van a pegar-, respondió Sánchez.
-¿Qué? ¿Vos me vas a decir cómo tengo que jugar?
-¿Y vos me vas a decir a mí cómo tengo que dirigir?
- "En un Boca River, al minuto de juego, amonesté al Chicho Serna, que era un tipo muy especial. Claro, por sus características era un jugador muy rústico, de cortar el juego, de cometer infracciones. «¿Ya me sacás amarilla? Estoy terminado», me dijo. «Vas a terminar siendo la figura», le contesté. Y así fue, porque no golpeó y quitó como tenía que quitar".
- Con Trotta, después de sancionar un penal para Boca en la Bombonera.
-No fue penal, no fue penal...
-Escuchame, vas al suelo en el área, con Battaglia perfilado para la zurda, ¿de ahí te va a hacer un gol? Fijate en lo que hacés vos, no yo.
Baldassi y Claudio Martín, más experiencias
En la previa de las semifinales de la Copa Sudamericana, Héctor Baldassi y Claudio Martín recordaron con este medio sus actuaciones en el cruce copero de 2004. Allí, el cordobés contó que, tras el partido, su hija -fanática de River- le dejó una carta en la que lo felicitaba, pero le expresaba su bronca por el resultado final. El rosarino, por su parte, reconoció el error en la última jugada del partido en la Bombonera, donde Coudet detuvo un disparo con la mano y él no sancionó penal, y narró en primera persona los instantes que terminaron en una "batalla" entre los jugadores: "No se escuchaba nada en particular. «¿A quién te comiste?», «ya vas a ver». Esas cosas que suelen decirse en el fútbol argentino, pero que terminan ahí, en la cancha",
Pero entre tantos recuerdos, había quedado afuera la experiencia de Martín en el superclásico por la Libertadores de 2000, cuando dirigió la ida, en el estadio Monumental. Allí, la polémica también llegó sobre el final, cuando tuvo que anular un gol a Guillermo Barros Schelotto.
"Ahí pasó algo. Gustavo usaba la 17 y Guillermo la 7. Yo me acordaba que había amonestado a uno de ellos, pero no me acordaba a cuál (era a Gustavo). Entonces, cuando Guillermo sale corriendo a protestarle al línea, yo me acerco, tratando de pensar a quién tenía amonestado, y le preguntó: «¿Lo tengo que echar». Me responde: «No, no me insultó, sólo protestó; amonestalo». Eso hice. Después hablaron mucho, dijeron que el línea me dijo que lo echara y que yo no lo hice. El off side estuvo bien cobrado, muy bien el línea, porque era una jugada muy fina", narró el confeso hincha de Rosario Central.
Todos estos ex árbitros argentinos coinciden en un punto: "Cualquier árbitro del exterior sueña con dirigir un superclásico". Claro, ya nadie faltaría sin aviso a la cita más importante del fútbol argentino. Tampoco lo esperarían.
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