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Selección argentina: la evolución del mediocampo es el legado
PARA LA NACION
DOHA.- Rusia 2018. Croacia 3 vs. Argentina 0. Fue una de las derrotas más amplias y más duras del seleccionado argentino en mundiales desde aquel 1-6 con Checoslovaquia en Suecia ‘58. Como sesenta años atrás, una selección europea nos dio un baño de realidad. Expusieron nuestra carencia de mediocampistas de área a área, con despliegue, llegada, quite, pase y remate. Nos pasaron por la cara a Modric, Brozovic, Rakitic y Kovacic, que entró sobre el final. Les sobraba uno porque necesitaban tres para Rebic, Mandzukic y Perisic convivieran en el frente de ataque.
El plantel de Sampaoli no tenía a ninguno con esas características. Aun con sus respectivos matices Mascherano, Biglia, Banega y Enzo Pérez pertenecían a otro patrón de juego: el volante posicional con poco cambio de ritmo. Argentina no tenía un mediocampista entre los mejores 30 del mundo. Ese deficit era la demostración más evidente de una necesidad de reconstrucción.
Para pensar en un nuevo modelo de juego, había que buscar otro tipo de futbolistas. Croacia expuso todas las carencias de Argentina, las coyunturales y las estructurales. La victoria contra Nigeria extendió la agonía de un Mundial traumático. En la montaña rusa de Kazan se fue la última esperanza ante Francia con ese 4-3. El ciclo terminó allí.
Lionel Scaloni tomó el cargo interinamente para los amistosos ya programados contra Guatemala y Colombia de septiembre. “Son dos partidos”, le dijo a Pablo Aimar mientras caminaban por las playas de Valencia durante el torneo de L’Alcudia. En una de esas caminatas armaron la primera lista. En la necesaria e inevitable renovación, sobresalía la elección de mediocampistas con un perfil diferente y un potencial de evolución muy interesante. Exequiel Palacios, Leandro Paredes y Giovanni Lo Celso armaron el primer triángulo de aquel cómodo 3 a 0 ante los guatemaltecos. A fin de noviembre, Claudio Tapia confirmó a Scaloni como seleccionador hasta la Copa América Brasil 2019. El DT ya había plantado la semilla de la renovación.
El equipo necesitaba intérpretes con presencia en ambas áreas e influencia en la recuperación, la elaboración y la finalización. La elección y combinación de ese perfil de mediocampistas se convirtió en política de Estado. El posicional Guido Rodríguez y el dinámico Rodrigo De Paul se mostraron en un importante triunfo ante Marruecos tras la derrota con Venezuela en la que todo había salido mal, regreso de Leo incluido.
El arranque de la Copa América ante Colombia pareció un deja vu de Croacia. Todos pases al pie y sin sentido, ninguna triangulación, futbolistas parados en la misma línea. Tiki taka bien tedioso.
El click llegó contra Qatar en la última fecha de la etapa de grupos. Justo Qatar. Argentina debía ganar para seguir en la competición. Se presentó el LPD: Lo Celso, Paredes, De Paul. Así se llaman ellos mismos. Me emocionó ver a Gio anoche compartiendo la celebración con sus dos amigos del power trío original. Costó muchísimo reemplazarlo y se lo extraña en algunos momentos de los partidos. Nadie como él para manejar tiempo, espacio y pelota en la mitad de la cancha.
Con el LPD como base de operaciones más Palacios, Guido y Acuña de alternativas, Scaloni siguió ampliando su búsqueda de distintos perfiles: Nico Domínguez, Matías Zaracho, Nico González, Lucas Ocampos, Angel y Joaquín Correa. Alexis Mac Allister se ganó su primera convocatoria en septiembre de 2019. Recién llegado a Boca prestado por Brighton, se mostró ante Chile y Mexico. Ya había exhibido sus recursos en Argentinos Juniors: simplicidad para jugar e inteligencia para moverse entre líneas. Mientras tanto Enzo Fernández atravesaba en River esa transición clave entre el juvenil y el profesional.
Viéndolo jugar este Mundial con esa personalidad y ese entendimiento del juego, quizás él ya sabía en esos días de 2019 lo que el destino le había preparado para diciembre de 2022. Prócer en Atalanta, Papu Gómez llegó post pandemia y se quedó para siempre. Angel Di María nunca se había ido. Nadie tiene la voluntad de Angelito.
El Mundial empezó con un mamporro ante Arabia Saudita. Se reencontró tras el golazo de Messi ante México. Volvió el futbol de los mediocampistas ante Polonia ya con Enzo y Alexis como titulares indiscutidos. La línea de cinco promovió el triangulo con RDP bien de ocho en los duelos ante Australia y Holanda. Contra el mejor mediocampo del Mundial jugaron cuatro puros: los históricos De Paul y Paredes más los novatos Alexis y Enzo. No le quitaron la pelota. Le quitaron algo más importante: el alma. Este viaje empezó desde las catacumbas de Niznhy Novgorod. El fútbol es una tómbola. El 3-0 arrancó en el 0-3. La evolución del mediocampo es el legado del ciclo: todos juntos, pases cortos, distintas alturas para recibir y perfilarse, triangulaciones, paredes, juego interior, cambios de ritmo, desmarques entre líneas. El medio es el mensaje. Qatar 2022. Este Argentina 3 vs. Croacia 0 también entra en la historia. Vamos a jugar la final del Mundial.
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