El joven de 21 años, de muy buen presente en Atlanta United, llegó en reemplazo de Nicolás González; también arribó a Qatar Ángel Correa
DOHA.- Para una selección argentina que había alcanzado una inmejorable comunión entre cuerpo técnico y jugadores, hay que hacer muchos méritos para que la conducción acepte romper ese vínculo de fidelidad. Lesiones, ausencias, algún enojo, cambiaron algunas formas de pensar de Lionel Scaloni. Y convocó para el Mundial a un jugador que debutó hace apenas 54 días en la selección. Lo de Thiago Almada es, sin duda, la convocatoria más sorpresiva dentro de un equipo que, de tan sólido y armado, da muy poco lugar para el asombro.
El técnico envió un mensaje claro al desafectar a Joaquín Correa y Nicolás González. Recuperó un lugar Ángel Correa, que siempre estuvo en el grupo, pero lo del joven surgido en Vélez Sarsfield no estaba en los planes de muchos.
Tras un breve paso por el pandemónium en el que se convirtió el aeropuerto Hamad, ambos llegaron por la mañana de Doha (la madrugada argentina), al predio de la Universidad de Qatar, donde lo recibieron los empleados de la AFA y se sumó de inmediato a las prácticas con el equipo.
El joven de 21 años, recién en 2022 se sumó a las convocatorias de Lionel Scaloni. Y tuvo su debut oficial el 24 de septiembre último, en el triunfo por 3 a 0 ante Honduras. Pocas intervenciones, un par de gambetas (casi siempre para adelante) y pases prolijos fueron su carta de presentación, por la que Lionel Messi dejó una breve reflexión. “Thiago tiene mucha frescura. Es un jugador muy rápido que tiene mucho uno contra uno, que es muy pícaro, que no le tiene miedo a nada, que encara”, fue su “bendición”.
Recorridos serpenteantes, incisivos. Thiago Almada hace lo que más difícil es conseguir en el fútbol de hoy. Desairar a un marcador, dejarlo atrás. Conseguir un pequeño espacio y comenzar así que las piezas del ajedrez rival se vean obligadas a redireccionarse. Su talento es suficiente como para sobrevivir, con 1,71 metro, en sectores donde los rivales suelen ubicar gente de físicos ásperos y corpulentos.
Como Carlos Tevez, se crió en Fuerte Apache. Su mundo se centraba alrededor del Monoblock 2 y en la cancha de tierra de Santa Clara le encontró el gusto a patear el balón. Su relación con Tevez es muy buena. “Nos juntamos a comer asados con él y sus amigos”, contó alguna vez.
Tras mudarse a El Palomar, lo llevaron a probarse en Vélez Sarsfield y ganó lugares y subió de categorías muy rápido. Llegó a los seleccionados juveniles y fue sparring de la selección en Rusia 2018.
Gabriel Heinze lo hizo debutar en agosto de 2018, en un partido contra Newell’s. Su fulgurante aparición en Vélez lo puso en la consideración internacional muy rápido y en los principales equipos de Europa comenzaron a mencionarlo como una promesa de interés para el mercado.
Se hablaba, por entonces, de cifras superiores a los 25 millones de euros, hasta que su exposición mediática dejó de concentrarse en el fútbol y se volcó a una causa judicial. Lo denunciaron en una causa por abuso sexual.
El hecho ocurrió en diciembre de 2020. Una mujer 28 años presentó una denuncia tras una fiesta organizada por jugadores de Vélez, entre los que estaban Almada, Miguel Brizuela y Ricardo Centurión, además del entrenador Juan José Delebene.
En un primer momento Centurión quedó desvinculado de la causa, pero los otros tres participantes quedaron imputados por la Unidad Funcional de Instrucción especializada en violencia de género del departamento Judicial de San Isidro.
Mariano Cúneo Libarona fue su defensor. “Thiago niega el hecho, pero lo que venden son los futbolistas. Los dichos de la víctima no alcanzan, se requieren pruebas”, dijo con frialdad el letrado.
En medio del proceso de investigación, se aceleraron las negociaciones para transferir a Almada a Atlanta United, de la Major League Soccer, su actual equipo. El pase se concretó por 14,5 millones de euros en febrero de este año, unos días después de que la causa fuera archivada. “No había elementos de prueba para indagarlo”, le contó una fuente judicial a LA NACION. El único que quedó imputado y será juzgado por abuso sexual fue Delebene, que fue detenido en julio de 2021.
Aunque la justicia se expidió al respecto y deslindó de responsabilidades al futbolista, fueron varias las voces que protestaron por las convocatorias al seleccionado.
Almada probó su inocencia ante una jueza y ahora busca que la atención se concentre sólo en lo que hace en una cancha de fútbol. Con la selección argentina, y nada menos que en un Mundial.