Mascherano tuvo un correcto debut y se llevó la ovación de todos en el 1 a 1 entre Estudiantes y San Lorenzo

Pasaron 15 años desde que se sacó la camiseta de River y dejó la Argentina para jugar en las mejores competencias del mundo. Una vuelta que, entre otras cuestiones, lo llevó a ser el futbolista que más veces se puso la camiseta de la selección argentina, con 147 partidos. Hasta que Javier Mascherano cerró su círculo y volvió a jugar en su país. Ayer, en el Nuevo Gasómetro, uno de los focos principales estuvo en el regreso del jugador de 35 años. Hubo emoción, ovación de los simpatizantes de San Lorenzo y un extenso abrazo con Marcelo Tinelli.

Apenas un puñado de minutos habían pasado de las 19 cuando Estudiantes salió a hacer la entrada en calor. Allí, Mascherano volvió a sentir nuevamente el contacto con los estadios argentinos. Un rato después, cuando la voz del estadio anunció a los titulares, buena parte del público aplaudió de pie cuando nombraron al santafesino. Tras eso, abrazó a Tinelli, quien lo esperaba para saludarlo en la puerta del túnel. Y del mismo modo fue ovacionado cuando el Ciclón le entregó una plaqueta en reconocimiento a su trayectoria. El futbolista levantó una mano y devolvió el gesto con una enorme sonrisa.

Con la camiseta número 27 (la vestimenta que luce Estudiantes es en homenaje a los 50 años del tricampeonato de América), Mascherano salió a la cancha. En los primeros minutos de juego, gritos, ademanes e indicaciones a sus compañeros formaron parte del repertorio del volante central, la posición que ocupó ayer. Su presencia, desde ya, provocó una minirrevolución en el Bajo Flores. Fue siempre el que se acercó al banco de suplentes para hablar con el DT Diego Milito cuando el partido se interrumpía. Y a los 21 minutos fue amonestado tras una dura infracción sobre Diego Rodríguez. "¿Pablo, era para amarilla?", le dijo al árbitro Dóvalo. Jugó bien y asistió a Retegui en el gol pincha.

En su libro "Jefe" (una biografía del ex símbolo del seleccionado), los periodistas Alfredo Ves Losada y Andrés Eliceche describieron a Mascherano de una manera específica: "un producto de su trabajo disciplinado, y el empleado del mes de su jefe más letal: él mismo". Se hace hincapié en algo que ayer se vio reflejado en el césped del Nuevo Gasómetro: ese ímpetu constante, esa energía para siempre ir por más. Por eso otro de los focos del partido estaba puesto en ver cómo respondería la estrella que llega de afuera, más allá de su calidad individual. Sin lucirse, en su primer compromiso estuvo a la altura.

Como lo marca la misma definición, el sentido de pertenencia es la satisfacción de una persona al sentirse parte integrante de un grupo. Un camino que Estudiantes transita históricamente desde sus inicios. Fue la forma con la que intentaron arropar a Mascherano desde el primer día. "Aporta sacrificio, concentración, compañerismo, humildad. Para nosotros representa un plus para todos porque es un profesional de elite", consideró el DT Milito. "Javier es de los jugadores más representativos de nuestro fútbol. Y es un orgullo que haya elegido la de Estudiantes", sostiene Gastón Fernández, un ídolo pincharrata.

Lo de Mascherano bien podría ser una pintura de lo que es la institución de La Plata en la actualidad. Comandado por Juan Sebastián Verón, el club también trabaja en pos del regreso de Marcos Rojo. En la insistencia mediante llamados telefónicos o mensajes también colaboraron Mariano Andújar y el propio Mascherano, todos subcampeones del mundo en Brasil 2014. "Me siento identificado con Estudiantes" había sentenciado el ex jugador de Barcelona en la previa.

"Hace un año no pensaba volver a la Argentina. Pero terminó pesando la familia", le dijo a la nacion alguien cercano a quien había jugado su último partido en el fútbol de este país el 3 de julio de 2005 con la camiseta de River. Hubo ofertas para desempeñarse en Inter de Miami y así vivir en Estados Unidos, pero con su entorno privilegiaron el hecho de estar cerca de los suyos. Y claro, unidos nuevamente con su esposa Fernanda y sus hijos Lola, Alma y Bruno, porque en China el futbolista vivió solo. Con buenas sensaciones y aplaudido, la vuelta de Mascherano a la Argentina ya tuvo su primer capítulo oficial.

San Lorenzo careció de ideas, jugó apagado y el empate no dejó conforme a ninguno

Se esperaba mucho más de lo que dieron ambos equipos. De San Lorenzo, porque representaba una gran oportunidad para acercarse a la cima de la Superliga. De Estudiantes, porque una serie de buenos refuerzos lo colocan como un equipo a tener en cuenta. El empate 1-1 en el Nuevo Gasómetro no dejó conforme a ninguno.

Sin cambio de ritmo y con muchas imprecisiones el primer tiempo, en San Lorenzo apenas sobre el cierre se vieron algunas asociaciones entre los hermanos Romero y Ramírez. Lento en las transiciones, sin velocidad para romper líneas, el equipo de Monarriz lució muy monótono. Sólo incomodó a Andújar con un cabezazo de Donatti. Arriba, Nicolás Fernández batalló en soledad. Estudiantes, por su parte, marcó con decisión y contó con una situación de riesgo en los pies de Cauteruccio, pero su tiro se fue desviado.

En el segundo tiempo se vio mucha lucha y poca luminosidad. La tónica no se modificó demasiado. Estudiantes fue más por instinto que por fluidez. Un juego voluntarioso que no suplió la falta de claridad de ambos. Apenas por momentos el Ciclón se mostró algo más incisivo. A los 18 minutos, Pittón apareció en el área chica y marcó su 6° gol en la Superliga. Pero cinco minutos más tarde, una desatención entre Coloccini y Torrico le sirvió el empate a Retegui.

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