Salma Paralluelo: la futbolista de España con pasado en el atletismo y que sueña con ganar el Mundial

“Cómo empezó / cómo le está yendo. Felicidades por escribir la historia”. El posteo de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) apareció en las redes en forma de mensaje desdoblado, con un combo de dos fotos: a la izquierda, Salma Paralluelo mientras competía en los 400 metros con vallas. A la derecha, el furioso presente: el grito de gol de la delantera española ante Suecia, por las semifinales del Mundial femenino. Ese tuit orgulloso es el resumen perfecto de la vida de esta mujer de 19 años con pergaminos de velocista y que hoy desata el delirio en los amantes de La Roja. Una gacela con genética africana, de padre catalán y madre oriunda de Guinea Ecuatorial; una futbolista de primera clase que ya palpita la final del domingo ante Inglaterra, en la cita de Australia-Nueva Zelanda 2023.

“Soy una jugadora polivalente. Puedo estar en cualquiera de las tres posiciones de arriba y creo que puedo rendir en todas. También es verdad que soy joven y todavía no tengo fijada una posición. Me gusta cambiar, ser capaz de sacar todas mis cualidades en todas las posiciones de ataque”, se presenta Paralluelo, que hace cuatro años se preparaba para competir como atleta en el Europeo de Verano de la Juventud, en Bakú. Si en ese certamen terminó siendo campeona en los 400 metros con vallas y en relevo, ahora le imprime dinámica a la ofensiva del equipo de Jorge Vilda. Un rotundo cambio deportivo, pero la misma versatilidad.

Salma cuenta con todas las fichas para ser titular en la definición ante las inglesas. Apareció en las alineaciones iniciales durante la etapa de grupos y en los octavos de final, en tanto que ingresó desde el banco contra Países Bajos, en cuartos de final; allí, ante las naranjas, resultó clave por anotar el gol en el alargue que le dio la clasificación a La Roja para las semifinales. Decidida a arremeter en el instante necesario, este martes arrancó de suplente frente a Suecia, pero saltó a la cancha en el segundo tiempo para destrabar el encuentro y convirtió el 2-1 de España, que se zambulló en la gran final de la Copa del Mundo por primera vez en su historia.

Ni siquiera llega a ser una veinteañera, pero Paralluelo exhibe el temple de una veterana. En el campo parece no sentir la presión ni las asperezas de una etapa decisiva del torneo más importante. Tampoco se amilana lejos de la cancha; acaso se deba a que ya naturalizó la alta competencia. Un rasgo que responde a su trayectoria, porque en 2018 fue campeona con la selección de España en el Campeonato Europeo Sub 17, en Lituania, y en el Mundial Sub 17 de Uruguay –primera coronación en la historia en esa categoría–. Además, en 2022 levantó el trofeo del Mundial Sub 20 en Costa Rica. Su cierre allí no pudo ser mejor: logró un doblete en el triunfo final por 3 a 1 ante Japón. “Son experiencias importantes aunque sean en categorías inferiores. Te preparas. Vives competiciones, así que son parecidas a las que vives en mayores. Haber participado en dos mundiales y llegado lejos, según vas pasando de rondas, te hace sentir mucha más presión y significa una enseñanza”, comenta Paralluelo, que exhibe una carrera ascendente también en el nivel de clubes: se inició a los 15 años –la edad mínima- en la segunda división de Zaragoza ; en 2019 fue fichada por Villarreal y a mediados del año pasado dio el gran salto de su carrera al ser transferida a Barcelona.

Lo más curioso de Salma es cómo combinó el atletismo y el fútbol en plena adolescencia. Demasiadas conquistas en un lapso de tiempo comprimido, porque mientras conducía la pelota con sus pies, batía records nacionales como atleta en el club Alcampo-Scorpio 71. Fueron nada menos que ocho marcas: en el Sub 16 rompió los registros en los 300 metros con vallas (42.56) y en los 300 en pista cubierta (39.27); en el Sub 18 brilló en 400 metros con vallas (57.36), 400 pista cubierta (53.83), relevos medley (2:08.53), 300 metros (38.60) y en los 300 con vallas (41.97), récord también válido para la categoría Sub 20.

En aquella época se entregó a un esfuerzo físico descomunal, porque los lunes, miércoles y viernes se entrenaba en fútbol y los martes y jueves se dedicaba al atletismo. A los 15 años, cuando llegaba a su casa cerca de las nueve de la noche, cansada de los ensayos en el césped o en el tartán, no se ponía a estudiar ni a hacer los deberes. “¿Para qué voy a intentarlo si estoy tan cansada?”, suspiraba. Entonces, cenaba y se acostaba. Luego, se levantaba a las cuatro y media de la mañana y, mucho más fresca de la cabeza, se disponía a estudiar. Y le iba bien, como confirmaba en su momento su entrenador de atletismo, Félix Laguna, del club Alcampo-Scorpio 71. “En los Juegos Escolares vi a una niña negra que corría mal, bastante inclinada y que aun así siempre ganaba. Su padre me dijo que no podían pagar la cuota del club en el que estaban y me preguntó si podía entrenarse en el mío sin pagar nada”, relataba. Esa mudanza implicó ejercitarse en una entidad de más nivel y con jóvenes de sus pruebas y edad, porque se sentía sola en su anterior grupo de entrenamiento. Pero además, Salma logró que a su familia no le embargaran la casa, gracias a algunos ingresos económicos que llegaron con las carreras y debido a su creciente popularidad, con numerosas cadenas de televisión que empezaron a perseguirla, tanto en los lugares de entrenamiento como en su casa.

No todo fue un camino de rosas; también convivió con el drama. Selma tiene dos hermanos que también son futbolistas. Sin embargo, con solo ocho años padeció la pérdida de su hermanastro. En su momento, su madre se había mudado a España desde Guinea Ecuatorial para que un hijo de una relación anterior recibiera un mejor tratamiento médico, como consecuencia de una grave deficiencia congénita de visión. Pero en diciembre de 2012, cuando el joven tenía 21 años, desapareció en Zaragoza tras salir por la noche con sus amigos. Florencio Eworo Ayingon fue visto por última vez aquella madrugada a las 4.30 cuando volvía a casa y su cadáver fue encontrado 30 días después en un embalse, sin signos de violencia y vistiendo la misma ropa que llevaba en el momento de su desaparición.

Aquella muerte la marcó, como también una cruda contingencia personal: en abril de 2021 sufrió la rotura del ligamento de la rodilla izquierda en un encuentro contra Granada, defendiendo la camiseta de Villarreal. Se perdió el Mundial de relevos, que se celebraría en Polonia a principios al mes siguiente, pero fundamentalmente, esa lesión supuso un antes y después, porque a los nueve meses regresó a los terrenos de juego y, al poco tiempo, decidió dedicarse exclusivamente al fútbol. Ya no más ese doble comando con el atletismo. Su furioso presente está en el Mundial, con un sueño que llega a toda velocidad: “Hemos dado el paso. Ahora solo queda hacer historia y levantar la copa. Este equipo está preparado para cosas grandes y eso es lo que vamos a buscar”.

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