Cómo es el presente de Rubén Botta, aquel pibe que Boca echó, explotó en Tigre y llega a San Lorenzo con 27 años

Rubén Botta irrumpió en el fútbol argentino con la desfachatez propia de los futbolistas talentosos. De entrada, con apenas 19 años, mostró vértigo, técnica y potrero. Su debut en Tigre fue nada menos que frente a Boca, el club que lo dejó libre en el proceso de divisiones inferiores. Pero así como su ascenso fue vertiginoso -fue comprado por el Inter de Milán como un diamante en bruto- tuvo un paso fugaz por Italia y su último destino fue México, lugar en el que volvió a encontrar buenas sensaciones. Hoy, con 27 años, Botta regresó a la Argentina y es la apuesta de San Lorenzo para reemplazar a Sebastián Blanco, uno de los mejores jugadores del Ciclón en el último semestre.

¿Qué fue de la vida de un futbolista que asomaba como una gran promesa hasta arribar a su presente actual, un tanto desconocido? Para entenderlo vale remarcar el recorrido. Ante los xeneizes, el 22 de marzo de 2009, Botta hizo su presentación en Primera División, al ingresar por Martín Morel en el último cuarto de hora de un empate 0 a 0. Con el correr de los partidos empezó a mostrar sus credenciales pero su explosión se dio en el segundo semestre de 2012, de la mano de Pipo Gorosito como DT de Tigre. En la edición de la Copa Sudamericana de ese año el Matador llegó a la final y Botta, bastión del equipo, convirtió dos tantos. Además, fue uno de los pilares para que lograran la clasificación por primera vez en la historia de la institución del norte del Gran Buenos Aires para la Copa Libertadores de 2013. En los resúmenes televisivos de los domingos por la noche era común observarlo al volante tirando lujo tras lujo. No tardaron demasiado los clubes poderosos de Europa en posar su mirada en un futbolista que se convertía en figura en la mayoría de los encuentros que disputaba Tigre.

Cuando Botta atravesaba su mejor momento, una grave lesión frenó su escalada. En un encuentro de la Libertadores 2013 -en la que marcó cuatro goles- frente a Olimpia de Paraguay se rompió el ligamento cruzado anterior y los meniscos de la rodilla izquierda. Fue lo último que se le vio en Tigre, en el que consiguió 10 goles en 77 partidos. Pese a la gravedad, la lesión no obstaculizó su partida al Inter. Siete meses y medio después de aquel desafortunado partido, regresó a las canchas en el empate ante Chievo Verona, marcando su debut en el club neroazzurro.

"Para mí será un honor vestir la camiseta del Inter y poder jugar junto a Javier Zanetti, Esteban Cambiasso, Diego Milito y a otros campeones", había revelado Botta en una entrevista concedida al diario italiano Corriere dello Sport. En el mismo reportaje, el zurdo comparó su juego con el de Ángel Di María. Su paso por Italia dejó algunos sinsabores porque el Inter -en el que disputó apenas un puñado de partidos y no logró goles oficiales- finalmente lo prestó al Chievo Verona, en el que jugó 21 encuentros y tampoco pudo anotar.

Sin rodaje en Italia, país en el que no pudo exhibir sus lujos ni desparramar rivales como lo hacía en la Argentina, el destino lo trasladó al Pachuca de México, al que arribó en el torneo Clausura 2015. Allí volvió a mostrar algunos de sus destellos de buen fútbol. Su salida de los Tuzos se dio tras cuatro torneos mexicanos en los que disputó 51 partidos, anotó 10 goles, consiguió ocho asistencias y fue campeón en el Clausura 2016. "Aprendí mucho en el fútbol mexicano y en el de Italia. Incorporé muchas cosas desde que me fui de Buenos Aires”, expresó.

En 2013 y cuando era uno de los jugadores del momento en el fútbol argentino, Botta tuvo una confesión particular y realizó una autocrítica de su pasado en las inferiores de Boca: “Me echaron porque no hacía las cosas bien. Estaba como en un cumpleaños, en otra”, aseguró. "De novena a quinta me formé ahí y fui compañero de Nicolás Blandi”, agregó en relación a su nuevo socio de ataque.

De una u otra manera, el sanjuanino siempre estuvo en la mira de los considerados equipos grandes del país. River y Racing también lo tuvieron en carpeta y en la propia entidad de La Ribera pensaron con repatriarlo en algún momento. A mediados del año pasado, hubo sondeos de parte de Independiente pero la intención nunca prosperó. En aquéllos días, Botta le hizo un primer guiño de ojo a San Lorenzo, aunque la negociación tampoco avanzó. Hoy, el club azulgrana puso sobre la mesa 1.700.000 dólares y finalmente concretó su deseo de regresar.

"En los primeros entrenamientos en San Lorenzo jugué por izquierda, pero me puedo adaptar por derecha y también por el medio. Estoy en uno de mis mejores momentos”, aseguró hoy en su presentación oficial con la camiseta 19. "Es un gran desafío y lo quiero aprovechar al máximo. En el Ciclón peleás todos los campeonatos. En la Argentina hay una gran presión y cuando estás afuera extrañás esa especie de obligación por ganar todos los partidos”, agregó.

Pasaron algunos años desde esa irrupción desfachatada. El objetivo de San Lorenzo es recuperar a ese futbolista habilidoso, vertical y explosivo. El crédito está abierto.

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