Copa Sudamericana: Rosario Central perdió en un partidazo con Bragantino y deberá buscar una epopeya en Brasil

ROSARIO.- Fue un partidazo. Un mano a mano de lo mejor, siete goles, transiciones de arco a arco y la intensidad como estandarte. Rosario Central puso el corazón, y Bragantino ofreció el fútbol.

Tras noventa minutos vibrantes, termina siendo una victoria extraordinariamente valiosa para los brasileños, teniendo en cuenta la cantidad de goles que anotó en condición de visitante. Central deberá ganar en Brasil, primero, y luego por dos goles al menos. Nada que la garra que mostró en el Gigante no pueda lograr. Claro, deberá defender mucho mejor para no sufrir y quedar lejos de la definición rápidamente.

Fue la gran noche de Artur. Un delantero temible. Zurdo, recostado por la derecha, mostró el repertorio de los grandes jugadores brasileños. Tres  goles y una asistencia lo califican como el mejor del partido. Un 10 redondito, en entendimiento y eficacia.  Cuando Bragantino se despliega en ataque mete miedo. Todos la piden y se muestran como salida. Allí residió el fundamento de la derrota rosarina.

Como todo equipo brasileño, también demuestra lagunas, distracciones y cierta liviandad en algunos pasajes. Defectos que Central aprovechó para alcanzar un empate parcial. También es cierto que Bragantino amagó con una goleada por momentos, y bien pudo lograrlo. Tuvo a merced a los canallas y la diferencia pudo haber sido amplia.

Central vino desde muy abajo y por poco se lleva un empate que pudo merecer, si vale ese parámetro, desde la actitud. Marco Ruben fue el estandarte, porque en el peor momento desplegó su magia goleadora y no solo lo mantuvo en el partido, sino en la serie. Descontó para el 1-2 y el 2-3 en los peores pasajes de su equipo. Un capitán sin cinta, un líder notable.

Bragantino jugó un gran primer tiempo. Pasado el tiempo de estudio, se fue imponiendo desde el buen pie de sus volantes y la movilidad de sus delanteros. Cumplido el cuarto de hora, el semblante del partido estaba claro. Los gritos de Cristian González para ordenar evidenciaban las dudas de su equipo.

Por eso no extraño que Bragantino se pusiera en ventaja Una buena incursión por derecha de Artur, sin dudas el mejor de la primera parte, terminó con una asistencia perfecta para que Bruno Praxedes de cabeza anotara el primer gol.

El pasaje siguió favorable a los visitantes, que pudieron aumentar por el propio Praxedes un minuto después, pero su remate se perdió por centímetros. Central no se recuperaba del sacudón ofensivo que continuó cuando Facundo Almada le cometió penal a Lucas Evangelista. A los 20, Artur con maestría, ejecutó la falta y venció a Broun para estirar la ventaja.

La noche en el Gigante de Arroyito estaba a oscuras para los canallas, pero apareció el gran goleador para encender una ilusión. En la primera llegada con cierto peligro, Marco Ruben desvió un centro de Damián Martínez y puso el descuento a los 23, su primer gol en la Sudamericana tras 823 minutos. Reacciono el local y se sintió a pleno en el partido por primera vez. Central atacó y rondó el empate, pero volvió a pagar caro un mal retroceso. En el mejor momento del local, llegó Artur y metió el tercero en el último minuto. Un golpe fuerte.

Los del Kily emparejaron con garra, aunque corrían serios riesgos en cada ataque rival. A puro centros lo acorraló, dentro de un desarrollo vibrante. De esa manera llegó al empate, remontando dos goles. Primero Ruben, con una pirueta en una jugada desprolija, de zurda puso el 2-3. Después, Milton Caraglio se adelantó a todos y consiguió el empate de cabeza en el área chica. Lo que parecía lejos estaba en propiedad canalla.

Pero la noche tenía un final cantado. Se equivocó la defensa – mal parada, peor retroceso– y Artur definió ante Broun para el 4 a 3 final. Después se tiraron algunos golpes más, como en una pelea callejera, en medio del cansancio. Pudo ser el quinto, pudo ser empate. Ganó el que hizo mejor las cosas.

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