Banfield y Mauricio Cuero son la revelación de la Copa Liga Profesional: triunfazo en Rosario contra Central

ROSARIO.– Es cosa seria Banfield. Es un equipo con ideas y las expone con franqueza. Ni siquiera hay que hablar de experimentados y jóvenes. No. Es un equipo con roles, con nombres propios y, hasta ahora, la clara mano del entrenador. Puntaje ideal en un grupo fuerte. Banfield es explosivo.

No es fácil ganar en el Gigante de Arroyito. De hecho, Rosario Central llevaba siete triunfos consecutivos en su estadio, pegado al río Paraná. Es cierto que este equipo de Kily González está en formación. Que muestra ideas de ataque, pero también que aún el equilibrio defensivo es una materia no aprobada. No lo tuvo en el debut, mas allá de la victoria ante Godoy Cruz; la carencia fue más marcada frente a River y este viernes el conjunto auriazul recibió cuatro goles y cayó por 4-2 a manos de Banfield, por la zona 3 de la Copa Liga Profesional.

El inicio fue parejo, previsible en cuanto a sus posturas. Ninguno renunciaba a tener la pelota y progresar. Fue el visitante el que llamó la atención primero, con un remate en el travesaño en el que Marcelo Miño no tenía mucho por hacer. La respuesta de Central llegó de la mano de Lucas Gamba y Emiliano Vecchio, sobre quienes recae la totalidad de las esperanzas ofensivas del cuadro canalla. Si ellos se conectan, Central progresa. En todo el partido, sólo el enganche mostró pinceladas.

Aunque el visitante mejoraba lentamente, fue el local el que se puso en ventaja: intervención exacta de Gamba, corrida de Fernando Torrent por la derecha, un centro "premier" y una aparición acertada de Vecchio, entrando como 9. Golazo.

Banfield, que era levemente superior, siguió en su plan. Y contestó rápido. Una enorme corrida de Mauricio Cuero –la revelación del torneo, claro está– por la derecha, pared con Martín Payero y dos gambetas incluidas, terminó en un centro preciso para que Agustín Fontana acertara un cabezazo con el arco ya sin defensa. Apenas tres minutos después, el partido estaba empatado. Pero siguió el equipo dirigido por Javier Sanguinetti con esa dinámica. No paró. Y antes del cierre, Fabián Bordagaray se anticipó a Jonathan Bottinelli y Torrent y punteó la pelota ante el arquero. Rapidez para leer la jugada, definición certera para dar vuelta el marcador.

En el segundo tiempo Banfield desplegó todos los argumentos para justificar la victoria. Porque dominó y forzó a Central a ser un equipo desdibujado. Pudo anotar a los 10 minutos, pero Fontana, sin marca y de manera inexplicable, remató por arriba del travesaño cuando Miño, otra vez (y en su primer partido como titular después de casi dos años), miraba. A los 20, un córner encontró solo, inexplicablemente solo, a Giuliano Galoppo, que no se equivocó: de cabeza marcó el tercero tanto, como en la gran victoria sobre River.

Mas allá de una reacción lógica de Central, con más ganas que fútbol, Banfield se defendió con enjundia. A los 32, Cuero cerró una gran noche con una corrida descomunal que terminó en otro golazo, de emboquillada, con maestría, por sobre Miño. El golazo de Fabián Rinaudo desde fuera del área, quedó sólo para la estadística.

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