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Rodrigo De Paul y los festejos de la selección en el vestuario tras el bicampeonato en la Copa América: “Respeten los rangos”
El volante le habló a la cámara en tono irónico e hizo valer sus logros ante las críticas que cree recibir
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Tómelo o déjelo. Esa parece ser la lógica que plantea Rodrigo De Paul, una de las piezas fundamentales de la selección argentina, campeón de todo con Lionel Scaloni. “Otra más, otra más, respeten los rangos ¿eh?”, señalaba con el dedo anoche el Motorcito, durante los festejos en el vestuario tras la consagración en la Copa América 2024. El volante surgido en Racing mostraba a la cámara la medalla de oro que acababan de darle en la entrega de premios y al lado tenía a otro de los símbolos de este equipo, Nicolás Otamendi. “Durante ocho años los dueños de América”, siguió De Paul, al tiempo que el zaguero central lo aprobaba diciendo “Corta”.
En tono siempre irónico, De Paul siguió: “Si me tiño, si tengo el pelo largo...”, mientras que Otamendi, con un cerveza en mano, lo secundaba y también aludía a los críticos: “Que pun, que pan... Atroden”. La escena fue una de las tantas de ese vestuario que se transformó en una locura y continuó festejando durante altas horas en el Hard Rock Stadium.
Para quienes no sienten y viven en modo argentino, Rodrigo De Paul es irritante. Basta con chequear la temperatura de las redes sociales, llenas de cuestionamientos a su personalidad dentro del terreno de juego. El Rodrigo De Paul insoportable es ése que exagera las infracciones, el que reclama hasta el hartazgo ante los árbitros, el que se mete en cuanto tumulto se genere. Incluso suele generarlos él.
“RESPETEN LOS RANGOS, OCHO AÑOS DUEÑOS DE AMÉRICA”, Rodrigo De Paul. 🇦🇷🚬pic.twitter.com/SpAauA5ilA
— Sudanalytics (@sudanalytics_) July 15, 2024
Pero está la otra óptica para medir al 7 bravo de Lionel Scaloni. Es el de la sonrisa tatuada. El escudero de Messi. El que hizo de la selección una causa innegociable. Ese Rodrigo De Paul, el que admira toda la Argentina, se ganó con el correr de los años -con justicia- el rol de indispensable del equipo nacional. De Paul ya es indiscutido, no saldrá jamás del equipo si no es por razones de fuerza mayor.
Ante Colombia tuvo una actuación correcta. No había tenido buenos 90 minutos. No encontraba la pelota, era superado en su sector, cometía imprecisiones. La selección extrañaba su contribución. Aun en un flojo partido, por personalidad no decae ni se entrega. Apareció a la hora de la verdad, cuando la pelota más quemaba. Buenos pases y llegadas al fondo. En cualquier caso, volvió a ser titular en todos los partidos, una de las piezas que no se toca en el mediocampo.
A los 30 años, De Paul encontró cierta estabilidad en Atlético de Madrid a las órdenes de Cholo Simeone. Sin embargo, costó bastante entrar en la confianza del DT. Pese a ello, para Scaloni fue siempre un indispensable. Desde que debutó en la selección, el 11 de octubre de 2018, ante Irak, De Paul solo faltó tres veces a las convocatorias, una de ellas por una suspensión.
En cada aparición pública colectiva de la selección, Rodrigo De Paul está al lado de Messi. Es casi un guardián del capitán, que desde que en 2019 se empezó a consolidar el grupo, lo eligió como gran aliado. De Paul, junto con otros de los más cercanos que tiene en el plantel -Lo Celso, Paredes- se juramentaron apuntalar al gran ídolo de los argentinos para hacerlo ganar títulos. Y vaya si lo refrendaron este domingo-lunes ante Colombia.
Indica el folklore del fútbol que todo equipo que pretende ser campeón tiene que tener -de alguna manera- a su insoportable. El que le habla al árbitro y el que exaspera a sus rivales hasta sacarlos de quicio, en busca de extraer una ventaja. De Paul lo hizo a lo largo de este último certamen, y sobre todo se notó en el contrapunto con el DT de Canadá Jesse Marsch, durante las semifinales: “Justo quedé en el piso y no sé qué me dijo el entrenador, pero es normal que quiera que gane su selección, y yo dejo todo por la selección. Sé que muchas veces genero y busco reacción en el rival, a veces termina siendo un combustible para mí, pero siempre desde el respeto y que todo quede ahí, cuando termina el partido no hay rencor”.
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