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Roberto Ayala rompe el silencio y cuenta por qué dejó de ser el manager de la selección
"Pusieron en duda mi palabra y eso no lo podía tolerar", dijo el ex defensor, desencantado de la elección de Úbeda en el Sub 20; “Quedé en medio de un gran manoseo y me fui”, revela
Cuando en Milanello se escuchaba el ronronear de las aspas del helicóptero, todos sabían quién llegaba. El patrón, Silvio Berlusconi estaba a punto de aterrizar. Muchas veces era cerca del mediodía porque le encantaba disfrutar de la sobremesa. Entonces, Maldini, Costacurta, Donadoni, Boban, Weah, Gattuso, Shevchenko y Bierhoff hacían lugar. En ese plantel estaba Roberto Ayala , que conserva el trato con la mayoría de ellos. Especialmente con el alemán Bierhoff, secretario técnico de la Mannschaft campeona del mundo. “Siempre me cuenta que ellos vinieron a principios de la década pasada a la Argentina a ver cómo trabajaban las selecciones juveniles, querían tomar ideas para la refundación que planeaban del fútbol alemán… Dábamos ejemplo al mundo en la época de Pekerman”, cuenta Ayala, que se quedó con las ganas de reunirse con Bierhoff como pares… “Ya teníamos un encuentro acordado, pero él lleva más de una década como manager y lo mío apenas duró unos días...”.
Ayala rompe el silencio. El 10 de octubre del año pasado, Armando Pérez hizo el anuncio. “Lo estamos incorporando a Ayala. Es una persona que está por encima de un montón de cosas y reúne las características que le queremos dar al seleccionado”, explicaba el presidente del Comité de Regularización. Manager, era el cargo. “Me llamaron porque necesitaban gente para profesionalizar las áreas. Gente del fútbol, con experiencia e identidad con la AFA. Me entusiasmé muchísimo porque la dirección deportiva me atrae. Me ofrecieron ser un nexo, incluido el vínculo con la selección mayor. Porque también había una necesidad de parte de los jugadores de contar con alguien del palo para poder hablar el mismo idioma”, relata el ex zaguero que jugó 115 partidos en la selección y tres Copas del Mundo.
Pero duró un suspiro y el desencadenante fue la elección del cuerpo técnico para la Sub 20. “Ya no me había gustado que partieran los proyectos que habían llegado. El Sub 17 con tal gente, el Sub 20 con otra… esa elección no fue correcta. Lo lógico era elegir una cabeza y esa cabeza debía tener sus entrenadores. Ahora esa gente tendrá que convivir con sus diferencias… Pero bueno, las decisiones las tomaron así. Y después, específicamente con el Sub 20 se me había encargado buscar un entrenador para la categoría. Cuando empecé a tomar contacto con algunos técnicos, de repente apareció la elección de Úbeda con el profesor Salorio y Batista. Entonces ahí vi que yo no tenía posibilidades ni más nada que hacer, de entrada nomás estábamos mal, el arranque ya era muy malo”.
–¿Cómo te enterás de la elección de Úbeda?
–Por lo medios. Nadie me llamó ni me avisó nada. Me sorprendió que apareciera alguien que ni había presentado un proyecto.
–¿Creés que hubo alguna sugerencia gubernamental? Salorio y Batista trabajan para Mac Allister en la secretaría de Deporte, Úbeda está vinculado con Marín por sus años en Racing…
–No lo sé…, pero bueno, son decisiones que tomaron y solo ellos sabrán por qué lo hicieron.
–¿No pediste explicaciones?
–No, no pedí explicaciones. No me gustó lo que sucedió, claro. Si me encargan algo…, de repente pusieron mi palabra en duda y eso no lo podía tolerar. Tomé contacto con entrenadores de nombre y recorrido, le propuse una función… y de golpe pasó lo que pasó. Quedé en el medio de un gran manoseo y me fui. Tuve que pedirles disculpas a esos entrenadores porque yo estaba hablando con ellos en nombre de la AFA.
–Luis Zubeldía era uno…
–Sí, con Luis hablé, y también con otros dos entrenadores que ya no viene al caso dar sus nombres.
–Entonces, renunciaste.
–Sí, al día siguiente me fui… no tenía sentido. Pero me quedó pendiente una charla con Armando, él después tuvo sus complicaciones de salud… Si hablé con Carolina [por Cristinziano], ella ya me conoce y sabe cómo pienso. Ella seguramente habrá hablado con Armando y le habrá explicado la situación. Ahí di por cerrado el tema. Estaba entusiasmado, es verdad, me entusiasmaba estar adentro y poder aportar algo para un cambio.
–¿Qué evaluación hacés del paso de la Argentina por el Sudamericano y su angustiosa clasificación?
–Esperaba más de una selección juvenil argentina, pero sin una organización, un trabajo previo y un plan es muy difícil. Y también es complicado juzgar a Úbeda, que ahora está en el centro del debate, pero para cualquiera hubiese sido dificultoso darle una identidad al equipo. Esto lleva horas y horas de entrenamientos, de seguimiento en sus clubes, en sus familias… Un gran trabajo invisible, por eso los tipos que trabajan de esto se van de sus casas a la mañana y vuelven tarde a la noche…, y a veces ni les alcanza el día. La Argentina se clasificó al Mundial por mucha suerte y no por capacidad de trabajo o por el potencial de futbolistas que se presume. Ahora espero que haya un plan común, que se unifiquen ideas y que se trabaje en una dirección, si es que pretendemos que algunos de estos jugadores lleguen el día de mañana a la mayor. Hay que trabajar ya..., aunque en realidad ya es tarde. Que todos sepan que estamos muy retrasados.
–¿Llegaste a hablar con Messi y con Mascherano para explicarles qué función ibas a desempeñar? ¿Sabés qué opinaban ellos?
–No llegué a hablar directamente con ellos, pero supe que habían hecho fuerza para instalar mi nombre. Sé que mi nombre partió de ellos. Por eso, mi agradecimiento, los conozco, se qué tipo de personas son.
–¿Qué ideas tenías? ¿Qué puede hacer un manager de selección?
–Darle más orden y profesionalización a las áreas. No dejar nada librado al hacer. Que el jugador se sienta en todo momento respaldado. Que el jugador de selección entendiera que él es diferente, es cierto, y eso encierra otras responsabilidades. Que no terminan en el campo, que incluyen hasta su manera de relacionarse con los medios y cómo representar a tu país. Nuestra imagen en el mundo no está bien… por mil ejemplos, como los de estas escuchas que ahora se conocieron. Estaban… pero no había pruebas, pero ahora que aparecieron pega mucho y pega fuerte. De esto ahora está hablando el mundo. Y es la AFA, en definitiva. Si queremos refundarla, sentar bases sólidas, tener un fútbol mejor para vender un fútbol mejor, los dirigente tienen que hacerse cargo de que son parte de la AFA. Pero si en una elección no se ponen de acuerdo para elegir un presidente es difícil… Necesitamos orden y vocación, y dejo de lado la honestidad porque la tengo que descontar. No puedo andar celebrando que un dirigente sea honesto, debe ser la norma no la excepción. Quiero sentir que si me junto a hablar con un dirigente, me está diciendo la verdad, y no por detrás anda diciendo otras cosas. Hay valores en el pasado, el respeto, el sacrificio y la profesionalidad, que no se deben perder. No hay que inventar nada, simplemente volver a las fuentes. Y esto vale para reconstruir el país también.
–¿Sentís que la vieja dirigencia no le hace lugar a los ex jugadores?
–Hay gente que no entiende que el tiempo pasó. Hay mucha gente que ha vivido de lo que ha aprendido y no entiende que el fútbol es dinámico. El fútbol cambió muchísimo y vos tenés que adaptarte a las nuevas necesidades, no sólo del futbolista sino también del marketing, de la imagen.
–¿Qué explicación le encontrás a la crisis del fútbol argentino?
–Hay una desorganización total y los clubes no han sabido gestionar. Ni desde lo económico ni desde lo futbolístico. La idea del manager o del director deportivo acá no termina de entrar. Acá el dirigente es el que quiere decidir siempre y todo. El director deportivo maneja los presupuestos, conoce al detalle que se puede y que no se puede… los dirigentes se tienen que animar a dejarse aconsejar. Y después es consensuar, y a fin de año ese director deportivo tendrá que rendir cuentas y explicaciones. Con otra organización podríamos conseguir que nuestros jugadores se vayan después de 150 partidos en primera, y eso le daría mucha calidad al torneo interno. Pero ahora se te van sin debutar en primera y se saltean etapas… Para el club es un desahogo, claro, pero hay que crear más recursos para que esos chicos se queden, estén cómodo y cuando lleguen a su madurez deportiva se vayan mejor formados y vos incluso los puedas vender mucho mejor. Más caros.
–A más de dos años de su muerte, ¿qué legado le dejó Julio Grondona al fútbol argentino?
–Al fútbol argentino le cuesta salir del grondonismo, fueron muchísimos años y pegó muy duro. Un tipo decidía y los demás acompañaban. El solucionaba cosas que hoy, a todos los demás juntos, les cuesta. A su manera, reprochable o irreprochable, pero se movía. Nosotros pedíamos siempre hablar con Julio… Él probó de mandar a otras personas, pero no tuvo éxito. Tenía que estar él, que con dos palabras destrababa todo. Y si discutíamos por premios, sabía que tenía las de ganar porque a nosotros sólo nos desvelaba ganar algo.
–¿La AFA necesita recuperar su institucionalidad? ¿Son imprescindibles las elecciones?
–Sí, sin dudas. Deben hacerse. Y a partir de ahí ser conscientes de todo lo que hay que mejorar. Y alinearse con quien esté a la cabeza.
–¿Vos tenés tu candidato?
–Me gusta la gente joven, emprendedora… Aspiro a una gestión moderna, renovadora... pero Rodolfo D’Onofrio no está haciendo un mal trabajo en River. ¿Por qué ha tenido éxito? El ha sabido delegar, sumó a Enzo [Francescoli], y él habla lo que tiene que hablar, no más. La imagen del presidente debe ser limpia, sólida, de despertar autoridad. En mis días como manager de Racing, a Cogorno le decía: ‘No te desgastes con el equipo y cosas así, delegá, dejame a mí pelearme, vos estás para bajar la línea del club. Si querés abarcar mucho tu imagen se deteriora y te encuentran las debilidades. Vos nos decís adónde querés llegar con tu gestión y el recorrido lo tenemos que hacer nosotros. Vos sólo debés aparecer para cortar la cinta’. Es lo que yo viví y aprendí afuera.
–¿Qué opinión tenés de Tinelli? ¿Sería una opción?
–Es un tipo que ha tenido éxito en lo suyo. De su tarea en San Lorenzo no conozco mucho, pero ha tenido resultados… También tiene a un ex jugador en la secretaría técnica, Romeo, y a un presidente [Matías Lammens] que a la hora de hablar me gusta lo que cuenta… Ha n sabido gestionar. Y la gente de San Lorenzo parece contenta según las últimas elecciones. Desde afuera me gusta, es un tipo exitoso. ¿Por qué no? Puede pegar.ß
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