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River y las manos en la Copa Libertadores: ¿hay diferencias entre aquélla de Boca que lo salvó en 2019 y ésta de Matías Suárez que lo condenó en 2022?
Hace casi tres años, un involuntario contacto de Emmanuel Mas con la pelota lo alivió en el desquite de la semifinal; ahora, el toque del delantero cordobés lo dejó sin definición por penales
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La eliminación de River a manos de Vélez en la Copa Libertadores excedió la desazón lógica de un equipo que queda al margen de semejante torneo siendo favorito. Los jugadores, el director técnico Marcelo Gallardo y los hinchas se enfurecieron por una acción puntual: la controvertida anulación de un gol de Matías Suárez a los 33 minutos de la segunda mitad, que le habría permitido al conjunto millonario desembocar en una definición por penales. Finalmente, el 0-0 en el Monumental clasificó cuartofinalista al Fortín, que había ganado (1-0) en Liniers.
¿Qué sucedió? El delantero cordobés cabeceó muy cerca del arco, la pelota ingresó y, después de varios minutos de dudas y de consultas del referí chileno Roberto Tobar al VAR y hasta al árbitro asistente más cercano, el juez principal marcó tiro libre para Vélez por mano de Suárez. A River, al que le costaba mucho generar peligro, se le acabarían los pocos minutos restantes y el empate lo condenaría a incumplir su máximo objetivo del año: ser campeón de Sudamérica. Los futbolistas en el campo, Gallardo en la conferencia de prensa (”dejo de injusticia total”) y los simpatizantes en las redes protestaron largamente, pero la eliminación, que no era lo más factible antes de la serie con Vélez, estaba decretada.
Las imágenes en video, por definición insuficiente en movimiento y por planos lejanos de las cámaras, son confusas, pero una foto no da lugar a dudas: el balón tocó el brazo izquierdo de Suárez. Esta vez, ese roce le jugó una pésima pasada a River, pero en octubre de 2019 uno similar le había hecho un guiño de alivio. Contra un rival más grande y en una etapa más importante: Boca en el desquite de una semifinal de la Libertadores.
El no gol de Matías Suárez en 2022
Aquella vez el cuadro millonario se presentó en La Bombonera con una ventaja de 2-0 en el cruce. A los 20 minutos del primer tiempo, un tiro libre de Boca derivó en un gol... invalidado. Alexis Mac Allister ejecutó un centro, la pelota fue cabeceada defectuosamente por Emmanuel Mas, dio en la cabeza de su compañero Agustín Almendra, rebotó en el brazo derecho de Mas y desembocó en Eduardo Salvio, que remató y venció a Franco Armani. Inmediatamente, sin acudir al VAR (estaba en vigencia ya en 2018), el juez brasileño Wilton Sampaio anuló la conversión, y los simpatizantes xeneizes en seguida insultaron a Conmebol. En las repeticiones de la jugada se nota claramente que Mas no quiso de ningún modo tocar el balón con el brazo, y en medio de la rapidez de la acción de hecho ni siquiera sabía dónde estaba la pelota cuando ésta dio en él.
El no gol de Eduardo Salvio en 2019
Habría sido un temprano 1-0 para Boca, que necesitaba dos tantos, sin recibir ninguno, para conseguir una definición por penales. Pero el 1-0 real llegó recién a los 35 minutos de la parte final, cuando el venezolano Jan Hurtado tocó el balón casi sobre la línea del arco, y el conjunto xeneize se quedó sin tiempo. River fue finalista de la Libertadores por segundo año seguido y le ganó a su archirrival un segundo mano a mano consecutivo por la Libertadores, tras la definición de 2018 en España.
Ahora bien: ¿fueron correctas esas sanciones tan polémicas de los jueces?
Sobre la de este miércoles, River se queja de que la mano de su delantero no fue nítida y de que el equipo arbitral, a su entender, quiso encontrar algo sin saber qué era. Gallardo dio a entender que se le buscó el pelo al huevo, casi como sugiriendo que de alguna manera se quería dañar al cuadro millonario. “Fuimos perjudicados por ese fallo”, criticó el entrenador. Pero FIFA avala lo actuado por el chileno Tobar. “Se considerará infracción por mano si el jugador: [...] marque gol en la portería adversaria [...] directamente con la mano o el brazo [...] —incluso si la acción se produce de forma accidental— [...]; inmediatamente después de que el balón le toque en la mano o el brazo, incluso de manera accidental”, aclaró la entidad el 5 de marzo de este año, acerca de los criterios de cobro de manos (regla número 12 del juego). La situación de Suárez fue exactamente ésa: mano inintencional y gol directo. No válido.
Hubo protestas también sobre si se debía apelar al VAR en ese contexto, y acerca de si estaba bien evaluada en la pantalla la acción del atacante cordobés. La asistencia de video debe intervenir “en caso de que se produzca un «error claro, obvio y manifiesto»”, y eso queda a criterio del responsable de VAR. Por las múltiples y largas consultas de Tobar, no pareció tan clara, obvia ni manifiesta la omisión del chileno en primera instancia, pero a la luz de que realmente existió la mano, la intervención del VAR fue correcta. Y también se objetó que la repetición del gol hubiera sido en cámara lenta, pero el protocolo indica que “las reproducciones a cámara lenta deberían limitarse a los hechos, como [...] el punto de contacto en el caso de las infracciones de carácter físico y de mano [...]; se utilizará la velocidad normal para [...] decidir si se ha cometido una infracción por mano”. Como esto último refiere a la intención, y el reglamento no contempla esta última en caso de gol tras mano, la proyección en cámara lenta se ajustó a lo prescripto: sirvió para discernir si había habido contacto del balón con el brazo. Lo hubo.
En tanto, la anulación de aquel tanto de Salvio en el superclásico de 2019 fue también correcta según la letra del reglamento. En el caso de los goles inmediatamente posteriores a una mano de un futbolista atacante, el comunicado que hizo FIFA al respecto en marzo último, cuyos cambios entraron en vigor el 1 de julio (este viernes pasado), dice lo siguiente: “Se deja de considerar infracción por mano la acción en la que se toque el balón con la mano o el brazo de manera accidental y, acto seguido, un compañero de equipo marque gol o disponga de una ocasión para ello”. Exactamente lo que sucedió aquella noche: mano totalmente fortuita de Mas, rebote para Salvio y conversión. Pero claro: el texto dice que “se deja de considerar infracción”, por lo tanto, hasta el reciente 30 de junio esa jugada debía ser cancelada. Si ocurriera hoy, el tanto de Salvio sería lícito y el destino de ese superclásico quedaría abierto...
En definitiva, los jueces actuaron de acuerdo a derecho en ambas ocasiones: Sampaio en 2019 y Tobar en 2022. Una vez resultó favorecido River, al zafar de un gol de Boca y clasificarse, y en la otra quedó condenado, al quedar sin efecto el tanto de Matías Suárez que le habría dado la oportunidad de definir por penales. Ya si el criterio de la regla es correcto o equivocado, sería toda otra discusión.
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