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River volvió a ganar, mostró destellos positivos y logró lo que buscaba: llegar en alza al inicio de los octavos de final de la Copa Libertadores
En la victoria ante Lanús por 2-1, en el Monumental, el equipo mostró durante pasajes el sello que pretende Gallardo
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Intensidad y actitud. Eso mostró River en el Monumental para derrotar 2-1 a Lanús, lograr su segundo triunfo en fila en la Liga Profesional y empezar a dejar atrás el peor arranque del ciclo de Marcelo Gallardo en torneos locales. La alarma sonó fuerte y el Millonario respondió a tiempo. Primero, en Santa Fe con la goleada 5-1 del domingo pasado ante Unión para destrabar la cabeza. Y luego, ayer, en su casa y ante su gente para crecer futbolísticamente en el momento justo. Con una gran actuación de José Paradela con gol y asistencia, sumó tres puntos y ganó lo más importante: confianza. Mucha confianza.
El triunfo se construyó de mayor a menor con un gran primer tiempo, pero vale doble para dos jugadores. Paradela, quien tuvo su mejor actuación en River. Hasta anoche, el volante de 23 años había jugado 1.399 minutos repartidos en 46 partidos (10 de titular) con cinco goles. Y nunca había participado dos veces seguidas en el once inicial. Así, tras un buen partido frente a Unión, el DT volvió a apostar por él y respondió con creces: marcó el 1-0 y construyó el 2-0. Junto a él, el otro jugador que ganó su duelo personal fue Braian Romero, quien selló el segundo tanto y volvió a los primeros planos de consideración del entrenador.
Ayer Gallardo dispuso solo dos cambios (Mammana por Herrera y Paulo Díaz por González Pirez) con respecto al duelo pasado, pero regresó al 4-1-3-2 con Enzo Pérez de eje, Enzo Fernández suelto, Paradela por derecha y De La Cruz por izquierda. Y el equipo volvió a las bases más rendidoras del ciclo del entrenador: dominio de pelota constante, línea defensiva adelantada para ser más corto, presión alta para asfixiar al rival y no dejarlo jugar ni moverse y velocidad y agresividad para acatar.
"Paradela puede jugar por los dos lados, te da esa variante; la otra vez con Unión lo hizo por la izquierda y esta vez por la derecha cuando salió De la Cruz; a veces a los zurdos o los derechos les cae bien jugar con el perfil invertido para encarar para adentro, pero me pone contento que haya aprovechado la oportunidad"
Marcelo Gallardo
Así y todo, curiosamente, la tempranera salida De La Cruz torció el partido. Porque tras un golpe que lo dejó muy dolorido en su pierna derecha, terminó siendo reemplazado a los 23 minutos para el ingreso de Esequiel Barco y el cambio fue clave: el ex Independiente se ubicó por la izquierda y Paradela se movió a la banda derecha para destrabar el desarrollo de la noche. A partir de ahí, después de un inicio prometedor, ambos fueron los líderes de la ofensiva y artífices de los dos goles.
A los 26′, tras un contragolpe que comandó Barco a toda velocidad, Paradela sacó un zurdazo espectacular al segundo palo para estampar el 1-0. Y luego el propio Paradela construyó una gran jugada colectiva de banda a banda que terminó en un gran pase de Barco para el centro de Elías Gómez, una asistencia de taco de Paradela y una gran definición de media vuelta de Romero.
Así, después de un sábado frenético para la dirigencia millonaria en el que llegó a un acuerdo económico con Colón para poder inscribir a Lucas Beltrán y Rodrigo Aliendro para los octavos de final de la Copa Libertadores, Romero volvió a decir presente. Mientras la danza de nombres para reforzar el ataque millonario continúa siendo encabezada por el colombiano Miguel Borja, el delantero de 31 años empieza a consolidarse en el equipo titular de cara al duelo de ida del próximo miércoles contra Vélez en Liniers.
Lo mejor del partido
Cuando era todo alegría tras el 2-0, apareció esa temida y habitual desatención defensiva. Y el golpe aislado de Lanús. En su primera aproximación peligrosa al área rival, el Granate lastimó: después de una gran maniobra en el área de Tomás Belmonte, apareció Lautaro Acosta para descontar en soledad en el segundo palo. Esa jugada expuso algunas falencias que se vienen repitiendo en River tanto con sus laterales como con sus centrales y que le permitieron al equipo de Almirón crecer en el segundo tiempo.
Los primeros 20 minutos de la segunda parte fueron muy parejos por el cambio de postura y de actitud del equipo visitante, más audaz e intenso, y por la poca precisión de River a la hora de aprovechar los espacios que empezaron a aparecer. Pero ninguno de los dos estuvo fino ni resolutivo a la hora de avanzar. Lanús intentó renovarse con los ingresos de Samuel Careaga, Franco Orozco y Brian Aguilar, mientras que River buscó cerrar el juego con las entradas de Agustín Palavecino y Juanfer Quintero. Pero el juego entró en una meseta, el cronómetro corrió sin ocasiones claras de peligro y el resultado ya no se movió. Solo las dos expulsiones del cierre en el Granate (Matías Pérez por un codazo y Aguilar por doble amarilla) le pusieron un condimento extra.
Así, con una primera parte muy interesante y un segundo tiempo en el que reguló esfuerzos, River volvió a ganar, mostró destellos positivos y logró lo que buscaba: llegar en alza al inicio de los octavos de final de la Copa Libertadores. El gran objetivo empieza el miércoles.
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