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River-Boca. Los gestos de Carlos Tevez: las conjeturas que generó en el Monumental y lo que dijo Alfaro
Si algo caracterizó a Carlos Tevez durante toda su carrera fue su sonrisa. Mezcla de picardía y frescura, siempre fue su marca registrada. Sin embargo, el ‘Apache’ la tuvo bien escondida antes, durante y después del partido con River, en el Monumental.
La decisión del entrenador Gustavo Alfaro de quitarlo del equipo titular, y sumarlo al grupo de los suplentes, no estaba en los planes de nadie, más que del entrenador. Sorprendió ver a un Boca con ocho debutantes en superclásicos (las excepciones fueron Andrada, Izquierdoz y Fabra), y con el ídolo como quinta opción entre los delantero, por detrás de Ramón Ábila y Mauro Zárate (lesionados), y de Franco Soldano y Jan Hurtado, desde el inicio ayer.
Pero esas son las reglas del juego, aunque llame la atención. El mismo entrenador que, al asumir en enero pasado, destacó una y otra vez que Tevez era el emblema y la bandera para la reconstrucción de un plantel golpeado, ocho meses después no lo consideró para aprovechar su experiencia y ponerlo desde el inicio frente a River.
Alfaro explicó su decisión luego del discreto 0 a 0. "Son decisiones tácticas. Carlos es un muy buen jugador, que está en un muy buen momento. Pero él, o De Rossi, no son veloces y en una transición nos hubiese costado más el partido. Además, venía de jugar los 90 minutos ante Liga de Quito por la Copa. Yo había visto que iba a ser un partido con mucha intensidad y, cuando bajara la presión, la idea era poner a jugadores con buen pie y con velocidad. Puse a Villa, a ‘Bebelo’ (Reynoso) y a Tevez para poder sorprender a River", detalló ante los medios. Y amplió: "Dentro de mi ideario de estrategia estaba eso. Contra Paranense no lo puse a Tevez y no me dijeron nada; contra Liga de Quito en la ida, tampoco. Son decisiones que uno toma en función del partido. Todos estamos por Boca Juniors y todos deben estar dispuestos para saltar a la cancha."
Fue más que evidente que al ‘Apache’ no le gustó la decisión de su director técnico. Su ilusión era decir presente en el Monumental. Con su experiencia, absorber desde adentro la presión que significó volver a jugar frente a River después de la derrota en Madrid, por la final de la Libertadores 2018. No pudo ser.
Tevez ingresó a la zona de vestuarios del estadio de River con un rostro extremadamente serio, que incluso generó diferentes conjeturas. Incluso Rodolfo D’Onofrio, presidente de la institución de Núñez, deslizó: "No sé si es cara de enojado o cara de posesionado o muy concentrado por el partido. Me sorprende que no juegue", asumió.
#SuperclásicoTNTSports | ¡Apareció Armani! Gran remate de Carlitos Tevez para que se luzca el arquero del Millonario en el Superclásico.#River [R] #Bocapic.twitter.com/FzK9F9f7eE&— TNT Sports LA (@TNTSportsLA) September 1, 2019
Recién cuando se jugaban 30 minutos del complemento, Alfaro decidió su ingreso. Entró –caminando– por Alexis Mac Allister y trató de involucrarse rápidamente en las acciones. Dio un par de indicaciones, se ubicó sobre la izquierda y en una de sus primeras intervenciones le reclamó al colombiano Villa por un pase que no le llegó.
Durante esos 15 minutos que disputó, Carlitos participó de una serie de buenas jugadas, pero algo aisladas. Tocó nueve pelotas y dio cuatro pases correctos. Incluso, una pudo haber terminado en gol. Fue producto de un tiro libre sobre el costado izquierdo del área (falta de Casco sobre Villa). El remate, fuerte, pero demasiado al medio del arco, fue desviado por arriba del travesaño por Franco Armani. La presencia de Tevez en el campo de juego coincidió con el mejor momento de Boca en el partido, dentro de una actuación global apenas discreta.
La salida del ‘Apache’ fue exactamente idéntica a su ingreso. Extremadamente serio y sin hacer declaraciones, ya que el designado por el club para hablar con los medios fue, además del entrenador, el zaguero Lisandro López.
También se produjo una situación que sin dudas influye sobre la cabeza de Tevez. Con 35 años y medio, y un contrato que concluirá a finales de 2019, cada superclásico que pasa es uno menos que le queda en su carrera. En ese contexto, sentirse un espectador de lujo durante 75 minutos, seguramente lo incomodó. No se lo esperaba. Quizás el ídolo dispute sus últimos superclásicos con River, en octubre, durante la lleva por las semifinales de la Copa Libertadores.
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