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Razones para entender el divorcio dirigencial de Racing
La interna política paraliza a la Academia con renuncias y desplantes; en plena crisis, acusan de "golpista" a Molina
El spot se titula "Racing Sigue, con vos". Es de diciembre de 2011. Dura poco más de siete minutos. La voz en off narra el devenir de un club en el que los héroes como Juan José Pizzuti quedaron en las vitrinas para que algunos villanos ocupen el lugar, mientras se suceden imágenes con los goles de del Chango Cárdenas al Celtic y de Catalán al Cruzeiro. Dos momentos sublimes que distan de este pálido presente futbolístico del equipo que conduce Carlos Ischia. Transcurren los minutos y el clip ahonda en los años más oscuros. Eran tiempos de la quiebra y el gerenciamiento. Resalta, acaso, el instante más hiriente cuando la síndico Liliana Ripoll formula su frase más célebre: "Ha dejado de existir Racing asociación civil". Dice "al final de aquel túnel siniestro volvió a brillar la luz" y, elípticamente, aparece Rodolfo Molina, en 1999, y, en 2008, año en el que impone en las elecciones con el 43% de los votos. "El esfuerzo vale la pena. Racing ya está de pie y el futuro promete cada vez más", relata el locutor para dar paso a una presentación del trinomio oficialista que integraban Gastón Cogorno, Rodolfo Molina y Víctor Blanco. Su objetivo, dicen los protagonistas, era, entre otros, transformar al club en una fábrica de jugadores.
De aquel corto, el almanaque señala certero que pasaron tan sólo 21 meses. La feroz interna que enfrenta al presidente Cogorno con el vicepresidente primero Molina grafica que la capacidad autodestructiva de Racing no se detiene. No para. El sismo de anteayer que no finalizó con el despido "para descomprimir" de Fabián Ayala como manager del club. También derivó en la renuncia del secretario Leandro Rodríguez Hevia, quien ayer aprovechó todos y cada uno de los micrófonos que tuvo cerca para acusar a Molina de golpista. Un calificativo que se escuchó durante las últimas horas en el ala cogornista que aún continúa en la CD de la Academia. "Rodolfo [Molina] es el único y máximo responsable de este momento. Lo que hizo fue un golpe de estado", dijo Hevia a radio La Red. La ex mano derecha del Cogorno y que ganó reconocimiento por ser demorado en junio pasado al encontrarse en su vehículo elementos de pirotecnia y cotillón, entre los que había disfraces de fantasmas por el inminente descenso de Independiente, describió esta batalla por el poder como "una lucha de egos". Un allegado a Cogorno confió a La Nacion que el presidente pretende resistir en su cargo por más que se sienta debilitado a 13 meses de las elecciones y definió a Molina como "la máquina de impedir".
En cambio, desde el grupo más duro del molinismo derriban cualquier acusación desestabilizadora. Su argumento se fundamenta en una supuesta deslealtad de Cogorno desde que fue ungido como mandamás de la institución, en 2011. "Confiamos en él. Le dimos notoriedad cuando era tesorero de la sede de Villa del Parque y, en principio, aceptaba las condiciones que teníamos: continuar con el proyecto enfocado en los chicos, sin olvidar la esencia de Racing", explicó un alto dirigente. Y agregó: "Cambió radicalmente desde el primer día que asumió. ¿Se la creyó? No lo sé. Pero sus manejos fueron arbitrarios y lejos estuvieron del consenso que necesita una CD. Por ejemplo, fue solo a negociar la venta de [Luis] Fariña a Portugal. Regaló a Matías Martínez a Lanús. La salida de [Patricio] Toranzo la hizo él solo con el representante y el jugador".
¿Manejó a su antojo la caja del club?, consultó este diario. La respuesta fue un abismo, pero salpicó al presidente. "No tenemos pruebas concretas, pero sí indicios de su desmanejo. Fue como darle un auto renovado (por Racing) para que lo choque a la vuelta de la esquina", indicó otro directivo.
Del cónclave en el hotel Continental se vislumbran dos escenarios posibles. Con un presidente con escaso margen de maniobra, los caminos conducen a una posible renuncia o a un adelantamiento de las elecciones pautadas para diciembre de 2014. Lo concreto es que de esta marea de intereses que se aferraron a la vida interna del club, la convivencia se tornó insostenible. Tanto Cogorno como Molina perdieron caudal político. O es uno o es el otro. Juntos, imposible. Por caso, mientras el vice primero ayer almorzó con el plantel, el presidente prefirió ausentarse. Hoy el Cilindro, que promete ser un hervidero, tal vez lo junte durante 90 minutos en el palco presidencial. O no. Quizá prefieran mirar el partido ante Newell's en otro sector.ß
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