Racing, siempre encuentra motivos para soñar

"Se está formando un equipo", se sinceró Diego Cocca para esquivar con la misma elegancia que Facundo Castillón definió el partido ante San Lorenzo . Así, el técnico intentó poner un manto de mesura, fiel a su discurso, a las loas que, desde el vestuario visitante, le prodigó Edgardo Bauza . El DT campeón de América, minutos después de la derrota en el Cilindro, manifestó que la Academia se reforzó mejor que ningún otro equipo y que eso lo imponía, a priori, como el candidato al título.

Semejante afirmación simboliza un hierro caliente en las manos de cualquier racinguista. Hasta el más pesimista de los corazones académicos suele subirse al tobogán de ilusiones que despierta Racing en el amanecer de cada torneo. De utopías vive el hombre, y la Academia, ¿por qué no? Es lógico. Abundan los fundamentos. También la historia que indica, demoledora y contundente, que la Academia no acumulaba dos triunfos en fila en el inicio de un campeonato desde 2010, cuando bajo la batuta de Miguel Russo venció a All Boys (1-0) y a Boca (2-1).

El contexto que ofreció el Cilindro de Avellaneda no resulta extraño ni ajeno. El público (más de 40.000 almas) sufrió por el trámite parejo del partido, pero, sobre todo, se regodeó con la tercera victoria en fila (dos por el torneo doméstico y una por la Copa Argentina) de este nuevo ciclo que tiene al entrenador y a su representante Cristian Bragarnik (maneja a Nelson Acevedo, Facundo Castillón, Nicolás Sánchez, Leandro Grimi, Marcos Acuña y Gustavo Bou) en el ojo de la tormenta. Los resultados, se sabe, tapan todo. O, cuanto menos, lo expulsan hacia más adelante. Si los números no acompañan, cierto oportunismo en las contrataciones que aprobó Racing podría saltar a la luz.

Al margen de este ítem, que desde todos los enfoques resulta negativo, el ímpetu con el que la Academia se impuso ante el Ciclón marca una tendencia y agiganta el sueño.

"Tuvimos paciencia y no tuvimos fisuras ante un equipo que jugó a que nos equivoquemos", precisó Cocca, con una oratoria pensada y edificada a conciencia. Sabe el técnico que el peso de la historia vincula a Racing con la necesidad de ganar un torneo. Reconoce que el camino es largo. Admite que falta mucho y busca, con cada declaración, bajar el nivel de ansiedad que crece a medida que su equipo suma de a tres puntos.

Las miradas de los hinchas se focalizan, es obvio, en Diego Milito . El hijo pródigo que regresó para cerrar su carrera en Avellaneda se fue vitoreado del campo de juego como hacía tiempo no se observaba con otro ídolo. De pie, en su mayoría, saludaron y aplaudieron a su nuevo líder futbolístico, casi espiritual.

Pero no deben dejar de lado a Ezequiel Videla ni a Luciano Lollo (los mejores para la nacion). Uno, el volante, desde el momento en que se calzó las pilchas en celeste y blanco no desentonó. Se transformó en el termómetro y el eje de esta nueva Academia. "Videla es el equilibrio. Es muy pensante y ordenado, y hace que [Nelson] Acevedo pueda soltarse. Jugó para el equipo", lo ponderó Cocca. Y Lollo no fue tan solo el gol que abrió el camino al triunfo. El central, desde su trabajo silencioso, representa un escollo macizo y rocoso para traspasar.

Resulta casi inevitable anteponer la palabra cam.... Sí, esa de siete letras que Racing saboreó en diciembre de 2001 cuando el país eclosionaba. Hasta eso le sucede a Racing. En la peor crisis de los últimos 20 años, mientras el país tomaba las calles, la Academia festejaba un título local después de 33 años. El mundo Racing es tan único que hasta puede parecer inverosímil.

Cocca, predecible, para lo único que subió la apuesta discursiva fue para referirse a los hinchas. "La verdad es que la gente de Racing es increíble. Si bien ya lo veía de afuera, desde adentro todo es diferente. En un momento, cuando todo el estadio alentaba, era aturdidor. Impresionante. Centurión no nos escuchaba las indicaciones que le dábamos", admitió. Un mimo al alma para los miles de incondicionales que se retiraron con el pecho henchido.

El análisis, es natural, no les corresponde a ellos. Pero sí al técnico y a los jugadores. Los triunfos permiten trabajar con mayor tranquilidad desde una zona de confort. Desde ese lugar, los errores no se maximizan. El punto es que no deben quedar en el olvido. Hoy mismo urge trabajar para corregir los desacoples. Y ahí, en el día a día, Cocca "trabaja tanto o más que en las épocas de Zubeldía", confió alguien que transita la intimidad.

La manera de encarar los partidos y también los resultados invitan a pensar en grande. No es tiempo para anticiparse. Esto apenas recién comienza. Los hinchas, un concepto universal, se apresuran más de lo debido. Viven del hoy y está bien. Pero omiten, desde su posición, que antes de Independiente, el calendario enfrentará a Racing con Tigre y Arsenal.

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