Racing - River (Uruguay), por la Copa Sudamericana: la Academia perdió goles, cayó 1-0 y se quedó afuera del torneo internacional

“No lo puedo creer”. Las palabras de Tomás Chancalay, no bien finalizó el encuentro, fue un reflejo de la noche que le tocó vivir a Racing. La Academia perdió ante River de Uruguay 1-0 y se quedó eliminado de la Copa Sudamericana. El equipo de Fernando Gago llegaba a esta instancia como líder del Grupo B y con una igualdad le alcanzaba para seguir hacia los octavos de final del certamen internacional, pero la derrota lo dejó golpeado, incrédulo, cuando el delantero preguntó cómo había salido Melgar.

Melgar venció a Cuiabá 3-1 en Perú y, de esta manera, se clasificó el conjunto peruano por diferencia de gol. Racing también finalizó con 12 puntos, pero tenía una diferencia de gol +2, mientras que Melgar logró el pasaje por tener +4.

Lo cierto es que un gol del defensor uruguayo Horacio Salaverry dejó a Racing sin nada después de un gran semestre. Como ya le había pasado ante Boca en la semifinal de la Copa de la Liga, el equipo de Fernando Gago no pudo plasmar en el resultado la superioridad y quedó eliminado de la Copa Sudamericana. Afuera del postergado sueño internacional. La Academia jugó 23 partidos en lo que va del año. Ganó 14, empató siete y perdió tan solo 2. Pero no pudo sellar esos buenos resultados para conseguir alguno de sus objetivos.

El partido para la Academia tenía la complejidad de parecer un asunto incómodo en el calendario pero a la vez una obligación necesaria para sacar pasaje a octavos. Precisaba tan solo un punto. Este duelo contra el ya eliminado River de Uruguay le llegaba a la Academia después de haber sentido que se había ganado la clasificación el miércoles pasado, ante Melgar, y justo el mismo día que la Liga Profesional de Fútbol dio a conocer el fixture del próximo campeonato argentino. Desatender este partido era un camino fácil de tomar. Y lo hizo.

Racing, encima, no contaba con pilares importantes de su columna vertebral, como el arquero Gastón Gómez, el capitán Leonardo Sigali, el mediocampista Aníbal Morneo y el goleador Enzo Copetti. Incluso el entrenador decidió cuidar a algunos futbolistas, como Aníbal Moreno, que sintió molestias en la semana y además tenía dos amarillas, por lo que una más lo dejaba fuera de los supuestos octavos de final. En el banco de suplentes, Gago tenía cuatro futbolistas que no habían sumado minutos en el semestre y muy pocas opciones de ataque en caso de necesitar ir a buscar un resultado.

Lo mejor del partido

Por momentos, el juego en Avellaneda tuvo el ritmo de un trámite. Aún con una marcha menos de intensidad, el local fue el equipo de siempre en este semestre: posesiones largas, triangulaciones, movimientos mecanizados para terminar de cara al gol. Y otra vez mostró falencias en ese aspecto: Javier Correa desaprovechó en el primer tiempo tres situaciones claras de gol, dos con definiciones apenas anchas por el segundo palo y una tercera con un cabezazo alto.

Para el segundo tiempo esa falta de agresividad se hizo más notoria. Hubo indicios de River de que estaba agazapado. Matías Tagliamonte tuvo que aparecer tres veces en los primeros diez minutos. Y a los 20, tras un tiro de esquina, los uruguayos consiguieron el tanto que le puso calor a una noche fría. Ni siquiera ese cachetazo de Salaverry logró poner a la Academia en la situación de que era un juego decisivo. Con el reloj y la calculadora apretando,

Racing empujó. Pero apenas fue una brisa. Iván Pillud pudo marcar el tanto agónico en dos oportunidades. También Javier Correa, que en el segundo tiempo volvió a tener dos situaciones claras. Es probable que este haya sido el último partido del cordobés en la Academia, ya que Santos no renovará su préstamo.

Racing ya tenía armado su calendario para la segunda mitad del año con la confianza de que continuaría en la Sudamericana, de que la derrota ante River de Uruguay no era una posibilidad. Pero sucedió. Para este viernes, incluso, la agenda marcaba seguir el sorteo de los octavos de final. Y luego un encuentro entre el entrenador Gago y el presidente Víctor Blanco, para cerrar el acuerdo de palabra que estira el contrato del técnico hasta diciembre de 2023. El plan, claro, sigue firme más allá de este golpazo. También la idea de que el técnico tenga más presencia en la toma de decisiones de la estructura futbolística del club. Pero la sensación térmica para el segundo semestre será otra muy distinta. Parecida al aire helado que corría en Avellaneda después de la inesperada eliminación.

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