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Qué hacían los jugadores de Boca y River 10 años atrás, en el último superclásico internacional
La mayoría ni había debutado en Primera, otros no sabían que serían futbolistas; Cata Díaz y Ponzio, los dos más experimentados; Cavenaghi, el único que repite tras aquella histórica serie
"En el 2004 en el partido de local frente a River estuve en la cancha de Boca, fui a verlo pero como hincha", la frase la dijo Emmanuel Gigliotti, quien hoy sería el nueve titular en Boca en lugar de Andrés Chávez, y en aquella serie de Copa Libertadores aún no había decidido si sería o no futbolista. Gigliotti aún ni siquiera había debutado en General Lamadrid, su primer equipo, una historia que se repite en la mayoría de los 22 que hoy saldrán a la cancha en busca de la final de la Copa Sudamericana.
Apenas cuatro jugadores de los 22 habían debutado en Primera en aquella semifinal de Copa Libertadores, uno de Boca, tres de River. El Cata Díaz jugaba en Cruz Azul en México, en su destino aún no aparecía el club xeneize. Leo Ponzio pasaba sus primeros meses en Zaragoza de España, tras debutar con Newell´s, Carlos Sánchez había debutado un año antes en Liverpool de Uruguay y Pisculichi, con Argentinos, que en ese momento luchaba por volver a Primera.
El resto, algunos más o menos chicos, ya hacían inferiores pero todavía estaban lejos, excepto Agustín Orion, quien integraba el plantel de San Lorenzo y debutaría un tiempo después del pase de Boca a la final de aquella Copa Libertadores.
Los de Boca, en su mayoría, deambulaban por las inferiores del club. El Chino Benítez era el entrenador de Fernando Gago en la quinta xeneize, los dos tendrían luego su lugar en Primera. Juan Forlín jugaba en la séptima, mientras que Cristian Erbes y Nicolás Colazo compartían plantel en la novena. Leandro Marín, con apenas 12 años, daba sus primeros pasos en las divisiones inferiores.
Apenas cuatro de los 22 de hoy habían debutado en Primera: el Cata Díaz, Leo Ponzio, Carlos Sánchez y Pisculichi
En River, los jugadores estaban dispersos en varios clubes. Marcelo Barovero formaba parte de Atlético de Rafaela, aún sin debutar. Gabriel Mercado en las inferiores de Racing, sin un lugar en Primera. Leonel Vangioni y Ariel Rojas jugaban en Newell´s y Vélez, respectivamente, todavía sin integrar los planteles de Primera.
Distinto era el presente, en aquel entonces, de los dos centrales. Germán Pezzella todavía era, junto a su hermano Bruno, "los hermanos Roberto Carlos", en Monte Hermoso, su ciudad natal. Tenía 13 años, unos meses después, llegó a River para comenzar su camino en inferiores y terminar siendo una de las grandes promesas, autor incluso de un gol contra Boca en el Monumental, en el último superclásico allí.
Con apenas 13 años Ramiro Funes Mori, junto a su hermano Rogelio y al resto de su familia, viajaban a Dallas, Estados Unidos, y aún no decidía si elegir el fútbol o el básquetbol. Los dos tomaron el mismo camino e ingresaron a un reality que, Rogelio, terminó ganando. Soñaban jugar en River y lo cumplieron.
Muy lejos de ponerse la banda roja estaban, en aquel entonces, los tres atacantes. Pisculichi jugaba en Argentinos Juniors, donde debutó en febrero de 2002. Aquellos tiempos eran buenos para el Bicho que, semanas después de la semifinal entre River y Boca, le ganaba la promoción a Talleres y ascendía a Primera. Teo Gutiérrez estaba en su Barranquilla natal, en Barranquilla FC, que jugaba en segunda división. Rodrigo Mora aún no había debutado en Juventud las Piedras de Uruguay.
Curiosa es la historia de César Meli y Andrés Chávez, uno titular para Boca esta noche, otro casi descartado por lesión, quienes en aquel 2004 ya eran amigos. Fueron compañeros en infantiles e en inferiores en Sports Salto, dónde ambos fueron campeones. "Eliseo y Marcelo", así los llamaban (son los segundos nombres de ambos) quienes forjaron una gran amistad que supieron mantener aún con la distancia, y en Boca se volvieron a unir.
Cavenaghi, es el único que jugó aquella semifinal y hoy puede repetir
Los sobrevivientes. Quedan sólo tres sobrevivientes en ambos planteles de aquella semifinal. El único que jugó el partido de vuelta y puede hacerlo hoy, es Fernando Cavenaghi. El nueve millonario marcó uno de los cuatro penales en aquella histórica definición.
Ese 17 de junio de 2004 fue titular en Boca Pablo Ledesma, de gran partido, pero hoy ni siquiera está en el banco de suplentes.
Quien si estará sentado en el banco, pero no pudo jugar la vuelta tras haber sido expulsado en la Bombonera, es el entrenador de River, Marcelo Gallardo, quien en el partido de ida se cruzó con Cascini y el Pato Abbondanzieri, y tanto él como el cinco xeneize se fueron expulsados.
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