Policías heridos, jugadores atrincherados y sed de venganza en Laferrere-Dock Sud

La violencia en el fútbol y otra cruda relación con la irracionalidad. La enésima noticia relacionada con este tema fue que en el partido entre Laferrère y Dock Sud, por la primera C, se registraron duras e interminables peleas que incluyeron disparos, piedrazos, jugadores atrincherados y, lo más triste, policías heridos, dos de ellos de gravedad.

Todo se escapó de las manos. La violencia se presentó de repente y quebró la calma en apenas un instante. A los 27 minutos del segundo tiempo, con el partido igualado 1-1, un grupo de hinchas de Laferrère quiso ingresar sin entradas y no lo consiguió, pero la respuesta no tardó en llegar.

El Jefe de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin, informó que hubo 14 efectivos heridos, dos de ellos de gravedad, y dos hinchas detenidos, luego del enfrentamiento entre barras de Laferrère y personal de seguridad. "Más de 200 personas avanzaron sin entradas contra la puerta de ingreso al estadio y allí, luego de que el personal de Infantería no les permitiera el ingreso, los simpatizantes que estaban en la cancha, cerca de 5000, se solidarizaron con los que estaban afuera e hicieron un efecto sándwich contra los policías", relató Matzkin en rueda de prensa.

Tras los choques con la policía, el escenario de pelea se trasladó de la cancha a las calles. Un grupo cortó la Ruta 21 y otro se cruzó duramente con los efectivos de la Infantería en la zona cercana en el ingreso a los vestuarios.

Las versiones son coincidentes acerca de que los dos policías heridos de gravedad fueron atacados en las calles aledañas al estadio. En cuestión de segundos se armó una furibunda batalla, que incluyó piedras, botellas, enfrentamientos con armas blancas y de fuego. Duró alrededor de una hora y hasta se incendiaron algunos vehículos, entre ellos una camioneta de la Departamental de la Matanza.

A uno de los efectivos lo habrían bajado del caballo y en el suelo recibió una golpiza que incluyó el impacto de una piedra contundente en la cabeza. La gravedad del estado de salud de este efectivo, cuya identidad se desconocía hasta el cierre de esta edición, demandó el traslado en helicóptero al Hospital Churruca.

Hubo varios focos de incidentes. Se supo que en otro de los enfrentamientos, a un policía le quitaron de las manos una escopeta. Según la investigación, la principal hipótesis sobre la que se trabaja asegura que el otro de los heridos de gravedad perteneciente a las fuerzas de seguridad es por una munición de la mencionada arma, que habría quedado en poder de un individuo con la camiseta de Laferrère, que disparó contra los uniformados.

Esta escena que protagonizaron los violentos también la sufrieron los futbolistas. Los de ambos de equipos, atrincherados en sus respectivos vestuarios. Los locales, para evitar que les robaran las pertenencias. Y los visitantes, por cualquier temor a represalias. "Estamos atrincherados en el vestuario visitantes, estamos bien... esperemos pase todo rápido así volvemos a nuestras casas con la familia", fue el ruego del jugador de Dock Sud Diego Jaime, en el medio de un encierro que se extendió durante una hora y media. Su compañero, José Nápoli, entregó otro relato estremecedor: "Se escucharon tiros mientras duró el encierro. Recién nos pudimos ir cuando llegó la orden, nos sacaron en un micro policial y nos llevaron hasta la comisaría en la que nos esperaba nuestro ómnibus".

Hasta la medianoche, ni desde la Aprevide ni de las autoridades policiales pudo confirmarse la identidad ni el estado de los dos heridos graves.

En las calles se observaron secuelas de la violencia, piedras, vehículos incendiados, vidrios rotos... Rastros de batalla. Todo resultó un caos: hubo golpes, disparos, corridas y mucha confusión. Y lo más lamentable, heridos de consideración.

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