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Pipo Gorosito: “El fútbol argentino es insoportable, porque nosotros somos el quilombo”
“Hay técnicos que le piden guita a los jugadores”, cuenta; su mirada crítica sobre el periodismo, las “operaciones” en las redes y el día que Messi lo hizo llorar
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Es fácil encontrarlo a Pipo Gorosito: está en el mismo lugar de toda la vida. Geográfica y conceptualmente. Por Tigre, Victoria, San Fernando, Virreyes, Carupá… y siempre cerca de una pelota. Los viernes por la noche en el club Solís es impostergable el baby contra amigos o desconocidos que llegan desde los barrios de la zona. Juegan por la cancha, a veces contra rivales 40 años más chicos y el lugar se invade de una electricidad de ‘piñas inminentes’, como bromea Gorosito. Pipo es defensor... o ataja, claro, porque en el baby contar con un arquero de buen manejo es como tener uno más. Pipo conoce el termómetro de la calle, y alrededor de una pelota observa los fenómenos sociales. “Hoy, el papá y el hijo se tratan de boludo el uno al otro. No lo puedo entender. Las formas hay que cuidarlas siempre, como decir permiso, buenas tardes, gracias, adiós, por favor, te pido disculpas… Es la base de todo lo que viene después. No cambió el futbolista, la que cambió es la juventud y cambiaron las generaciones”, avisa.
A sus 60, el tiempo es un aliado para trazar comparaciones. “Yo me crié en un barrio bravísimo, pero bravísimo en serio, había lo que se te ocurra. Mi viejo me decía: ‘Negrito, papi y mami se van a trabajar, vos no cruzás la ruta ni cruzás la vía’. Mis amigos se iban al río, iban a todos lados, cruzaban la ruta y la vía, y los padres los mataban a palos al volver, pero a la próxima se iban de nuevo. Yo los acompañaba hasta la ruta o hasta la vía, y me volvía. ‘Dale cagónnnnnnn’, me gritaban. Pero yo me volvía. Sin pegarme nunca mis viejos me criaron, y yo hice lo mismo con mis hijos. Y con un jugador joven es igual: le explico los por qué, o lo llevo a ver los videos. Y siempre con la verdad, siendo frontal”.
-Desde esa frontalidad has acuñado frases muy recordadas. ¿Te arrepentís de algunas? Un día, en Lanús, te habían insultado chicos. Y en la conferencia dijiste, “de padres boludos, hijos boludos…”
-Pero el que derrapó ahí fue el padre, que no supo educar a sus hijos. Él iba a tener problemas el día de mañana con un hijo tan maleducado. Yo soy así: no me gusta estar expuesto al quilombo, no me gusta la polémica, si hay un problema ahí yo me voy para el otro lado, pero no me callo porque traicionaría mi crianza, mi barrio, mi familia. Si yo mido costos y beneficios en función de lo que digo, me siento un cagón. Yo no quiero convencer a nadie, simplemente necesito ser coherente conmigo al hablar.
-También pusiste en duda a Guardiola, a Klopp… Dijiste que tendrían que venir a dirigir acá para ver si es tan fácil como allá…
-Sí, sí allá es más fácil. En Europa, por país, hay cuatro equipos protagonistas, que son selecciones mundiales, entonces hay mucha diferencia entre esos cuatro y los otros. ¿Quién es el 2 del Brighton, quién es el 6 del Everton, quién es el suplente de…? No tenés ni idea. Yo jugué en Europa… y es mucho más fácil todo, todo, lo que se te ocurra: en la cancha y hasta emprender un negocio. Hay una proyección, sacás un crédito a 20 años, vas pagando, te van quedando dividendos, apostás más, seguís creciendo, a la gente la tenés en blanco, si despedís a alguien no te hace quilombos… A nosotros nos cambian las reglas permanentemente, y así es muy difícil. Y el fútbol representa como vos vivís. Al 4 del Liverpool le dicen ‘tirá el centro acá' y lo tira ahí. Vale 70 palos y su suplente vale 40. Acá, al 4 le decís que tire el centro ahí y te manda ocho atrás del arco y otros seis al otro lado… Allá es más fácil porque las reglas son claras y porque esos equipos tienen toda la jerarquía a su disposición. La diferencia es abismal, pero cuando vienen acá, a los jugadores de mitad para adelante al principio les cuesta readaptarse a nuestro fútbol. Fijate la cantidad de cabezas cortadas que tenemos por fecha, y eso es por las fricciones. Allá te gambeteás a uno y listo, no te sigue más. Acá te sigue, te choca, te muerde. Otra: me gustaría ver una estadística que indique quiénes son los delanteros del mundo que más faltas hacen y más pelotas recuperan… estoy seguro que deben ser los nuestros. El fútbol argentino es insoportable, porque nosotros somos el quilombo. Yo no digo que nuestro fútbol es mejor en calidad que la Premier, no, no soy tarado, digo que es el más difícil del mundo. Para jugar y para dirigir.
Pipo Gorosito vive a cuatro cuadras de la cancha de Tigre, pero nadie se daría cuenta al entrar. No hay ningún detalle futbolero a la vista, pero hay un tesoro escondido. “Hace algunos años estaba en Europa viendo entrenamientos, y fui al Barcelona. Estaba el Tata [Martino], me parece. Después del entrenamiento, le pedí a Messi un saludo para mi hijo. Estuvo muy cordial, punto. Y un día, volviendo de Rosario, me llama el periodista Gastón Recondo para decirme que necesitaba hablar conmigo. Nos encontramos y me dio una camiseta que me mandaba Messi… Por primera vez tomé dimensión lo que siente alguien cuando recibe algo de un jugador. Yo he regalado camisetas, he entregado un montón de cosas, pero nunca me había dado cuenta del significado que tiene para el otro. Cuando estuve del otro lado del mostrador, digamos, y ya siendo un tipo grande, entendí esa emoción de recibir una camiseta. Y me imagino que en los chicos debe ser mucho mayor. Me emocioné, se me cayeron las lágrimas de la alegría que sentí”.
-Cuando dirigiste al Xerez, en 2009/10, lo enfrentaste…
-Jugamos en el Camp Nou y el primer tiempo perdíamos 2-1. Estábamos haciendo un muy bien partido. Guardiola los había hecho descansar a Messi y a Piqué. Sí estaban Xavi, Iniesta, Ibrahimovic… pero cuando vieron que estábamos muy muy cerca de empatarles, a los 20 minutos del segundo tiempo Guardiola lo puso a Leo y a nosotros se nos terminó el partido. Perdimos 3-1. Esa fue la única vez que lo enfrenté. Después del partido se acercó al vestuario y me saludó, y Gabriel Milito me regaló su camiseta. Me produce tanta satisfacción verlo jugar a Leo, hace todo perfecto. Los pases tienen una velocidad y él maneja todos los pases a la velocidad que corresponde y eso no te lo pueden enseñar, eso viene con vos.
-En 2018, después de Rusia, le aconsejaste a Messi que no fuera más a la selección, que no se merecía tanto maltrato. Menos mal que no te hizo caso…
-Sí, seguro. Es el genio más grande que existe y que existió. Fue tan injusto, tan injusto… Fue una locura lo que hicieron con él… Y me pregunto qué hubiese pasado si el Dibu no tapaba esa última pelota contra Francia. A Messi y a Otamendi, como somos los argentinos, los hubiesen destrozado. Una pelota, una pelota sola hubiese cambiado el rumbo de todo. Sin ninguna duda, los mismos que hoy se llenan la boca de elogios, lo hubiesen destrozado a Messi. Tanto tiempo escuchamos que no era argentino… ¿Qué más quieren que demuestre? Si es el mejor de todos como jugador, como pibe es todavía mejor. Basta con escuchar a Ronaldinho, a Dani Alves, contando que él los ayudó cuando estuvieron en la cárcel. Es un genio, y no hace las cosas para que lo adulen. Al argentino le gusta lo otro, el costado aparatoso, tramposo, mentiroso. El argentino se siente mucho más representado con eso… ¿Messi es raro entonces? Nooooo, él es lo correcto. No pide privilegios. El pibe puso plata, pero muuuucha plata para repartir entre la gente que trabaja en el predio de la AFA, pero él no quiere que eso trascienda. Es maravilloso, para mí es extraordinario. Es tan emocionante el deportista como la persona, y todo eso lo hace más grande todavía. ¿Qué más le van a pedir? ¿Para compararlo con quién? Messi es incomparable, ya no hay nadie que ni se le arrime. Es la perfección.
-Y después de él, ¿qué?
-… Qué se yo. A mí me cuesta creer que pueda aparecer algo más que esto. Dios quiera…, pero. De los cuatro mejores de la historia, con Pelé, tres son argentinos: Di Stéfano, Diego y Leo. Y, según don Adolfo Pedernera, que yo lo tuve en River, Moreno era mucho mejor que Di Stéfano. Nosotros tenemos una forma de sentir el fútbol, por eso la identificación que ha logrado esta selección con la gente. Porque este equipo retomó las bases, nosotros no jugamos a la pelota así porque se nos ocurre, ni tampoco por copiar a los europeos. Nosotros jugamos así porque existió Moreno, Bochini, Alonso… Maradona no podría haber nacido en Japón ni tampoco en Europa. En Europa hay grandes jugadores, claro, pero no, no, es lo mismo. Hay una genética en Argentina, en Brasil, y en Uruguay, también, que no la tienen los demás. Un día el ‘Diablo’ Etcheverry, el boliviano, me dijo: ‘Pipo, nosotros estamos entre Brasil y Argentina y no nos sale un jugador. Si cayera en Bolivia un esperma de alguno de los dos lados nos tendría que salir un crack, pero no, no pasa’. Por eso, la identificación de la gente con esta selección se debe a que se retomaron las bases, entonces los hinchas se sienten representados en todo. Y la identificación de la gente con Messi se dio porque ganó, claro, pero también porque jugó de 10, y hoy juega de 10. Y el hincha argentino se identifica con el número 10. La esperanza, los sueños y la ilusión se simbolizan en el 10. El ‘Flaco’ Menotti tuvo un mérito enorme en bancar a Scaloni y a todos estos chicos, recontra humildes, que acompañan a Scaloni.
-Vos criticaste su elección.
-Yo no critiqué su capacidad, sino las formas de su llegada. Si vos me llevás a un lado, cuando vos te vas, yo me voy también. Y ni la tentación por quedarme me va a hacer cambiar mi convicción. Pero gracias a Dios, por el fútbol argentino, Scaloni llegó. Principalmente por sus valores humanos, no sanatea, no vende humo. Los jugadores destacan su simpleza, no como otros técnicos que eligen hablar recontra raro, difícil, y no les entendés ni dos palabras de lo que quieren decir. Que basculan no sé qué, que recuperan en altura no sé cuánto… Meten un verso tras otro… Hay como una onda donde parece que al fútbol le gusta que le mientan, y el fútbol es mucho más fácil. Mirá, los que saben mucho explican las cosas fáciles. Salvo Bielsa, que es rebuscado en sus palabras, pero es original, todos los otros son copia. Por eso cada vez que un club me viene a buscar, y hay alguien que no fue jugador, yo no participo de un múltiple choice. Yo no digo que tengo la razón, pero si me venís a buscar es porque yo desde los 6 años y hasta hoy, tengo 54 años de experiencia. Es cierto que te pueden decir que el obstetra no tuvo un hijo para ser obstetra, ok. Completamente de acuerdo. Pero eso es ciencia, y esto es arte.
-¿La ciencia no puede ayudar al arte?
-Lo único absoluto es la matemática, pero todo lo demás no, porque entran las interpretaciones, los gustos, las formas de ejecutar. En la parte física sí se avanzó de la mano de la tecnología, porque eso es ciencia. Me parecen bien los GPS en ese sentido, hasta te pueden alertar de una potencial lesión. Pero yo voy a una cancha, sin los GPS, te miro el partido y te digo: ‘El 8 fue 15 veces en el primer tiempo y ahora no pasa al ataque, o está cansado o está pasando algo que ya no puede pasar’. Entonces, el que está en el fútbol no necesita el GPS para darse cuenta de conceptos. O de las estadísticas, como por ejemplo cuando dicen ‘dio 20 pelotas y no erró un pase’… Pero a eso hay que leerlo, interpretarlo, porque tal vez fueron pases de dos metros al 2 y al 6. Es que las jugadas tienen dos opciones: la correcta y la alternativa. La correcta es arriesgar un pase de gol, o arriesgar romper líneas, andá y arriesgala. Y la alternativa te sigue manteniendo la posesión, pero son pases con los que no arriesgás y no te trae los dividendos que te da la correcta. ¿Tenés que gambetear mano a mano? Dale, arriesgá. De cinco pelotas que van por los costados, una sola en la que superes a los laterales y ya tendrás una posibilidad de gol. Siempre que generes el tiempo y el espacio para que tu jugador pueda ejecutar su habilidad, arriesgá.
-¿Se perdió la esencia del juego?
-Sí, pero en todos los rubros se ha ido perdiendo eso que podríamos llamar arte. Mirá: no hay carpinteros ebanistas, no hay oficios… Rinde mucho más un tipo que hace 400 tablas en serie que otro que está lijando y haciendo arte. Hoy, el 4, el 8 y el 7 son prácticamente lo mismo, son casi iguales. Pero hay lugares posicionales que son específicos y por eso se los paga tanto: el 2, el 5, el 10 y el 9, que son los que más ganan. Y el arquero se ha posicionado. Pero se ha perdido el diferente para darles prioridad a los polifuncionales. Antes vos tenías dos polifuncionales por equipo, hoy tenés dos especialistas y 18 polifuncionales que pueden jugar acá, acá, acá y acá y acá, que te pueden cumplir, sí, pero no te hacen la diferencia. La diferencia la hace solo el especialista. ¿Ancelotti y Guardiola son los mejores del mundo, hoy? Porque logran resultados, por como juegan sus equipos y por su simpleza. Los escuchás y es como si te hablara tu viejo: abrigate cuando salís, no te olvidés las llaves, no te metás en quilombos. No dicen cosas raras, y eso me alegra porque terminan con la mentira de los técnicos que hablan raro. Hablar raro no es síntoma de saber, al contrario, los que saben hablan muy fácil.
-¿Por qué creció el discurso del fútbol-ciencia?
-Por varios motivos, al menos acá en la Argentina. Hay un empresario que maneja todo el fútbol argentino y hace lo que quiere. Tiene siete u ocho clubes y los maneja como quiere, pone y saca técnicos, jugadores, ayudantes. Tiene un grupo de 200 jugadores y los mueve como se le ocurre, es una habilidad del tipo, que yo no comparto. Y esos tipos, también, tienen mucha injerencia en el periodismo. Te doy un ejemplo: miro un partido y escucho que al 4 lo elogian, lo alaban, lo destacan… y yo veo que no está haciendo nada especial. Prendo la compu, busco de quién es el 4... y es de este empresario. Y así pasa con un montón de entrenadores también.
-Asegurás que hay periodistas que reciben beneficios por sus opiniones…
-Siiiii, siiii, claramente. Lo que pasa es que los argentinos somos muy hipócritas, por eso vivimos como vivimos…. No somos sinceros. Y el deterioro que tenemos, nos lo merecemos, desgraciadamente. Yo me quejo de todo, pero si viene uno y me dice ‘Pipo, pasaste el semáforo en rojo, y en vez de pagar 300 mil pesos, dame 50 mil que te saco la multa’. Y yo le doy los 50 mil, y el que se hace el moralista y te dice que no lo hace... ¡mentira! Ese tipo también arregla. Somos así. Cuando se dice que ‘el fútbol es para los vivos…’ ¿Qué es ser vivo, hacer trampa? Y yo respondo: ‘¿Qué, el otro es un pavo, yo hago trampas y el otro se deja?’ No. El fútbol es para los que juegan bien. Eso sí: a los técnicos que jugaron a la pelota un poquito mejor, se les exige más que a los troncos. Y esto está condicionado por factores económicos y por mucha influencia de los medios. Yo considero que gran parte del periodismo deportivo ha querido ser deportista y no ha podido trascender... ‘No me dio, entonces me meto de periodista’, piensa. Entonces, al jugador se le tiene un resquemor, una envidia… Y esto se nota en la carga de crueldad de los comentarios, la saña. En vez de decir ‘Gorosito no está jugando bien, entiendo que podría salir del equipo’, se escucha: ‘Gorosito es un burro, un muerto’. Los periodistas pasan a ser jueces, y no es así. Por eso Dieguito Latorre, para mí, les saca tanta diferencia a todos los demás. Es abismal. Es la misma diferencia de Messi con el jugador que a vos se te ocurra.
-Resulta que todos los males del fútbol argentino se deben a la prensa. Convendría que incorpores a tu análisis la palabra vocación. ¿O creés que no hay periodistas genuinos?
-Debe haber, seguro.
-Y que viven del sueldo de sus medios, no de sobres de nadie.
-Sí, seguro. Como también hay entrenadores que le piden guita a los jugadores. Yo no ataco a unos solos, hay de todo en todos lados. Yo digo que los periodistas, bueno, algunos periodistas, con estos entrenadores nuevos gozan de privilegios: esos entrenadores les pasan los equipos, les dicen a quiénes van a sacar, los llaman para los cumpleaños… Yo con muchos periodistas tengo muy buena relación, excelente, pero si yo te tengo aprecio, debo mantener distancia con vos porque de lo contrario te creo un compromiso para beneficio mío. Te doy ejemplos: todos estos entrenadores nuevitos, los que no jugaron principalmente, se conocen los nombres de todos los periodistas… Viene un periodista y ellos responde: ‘No Germán, esto es así’, ‘No Pepito, te voy a explicar cómo es…’ ¿Cómo mierda hacen para saberse los nombres de todos los periodistas? Porque viven dándole mucha pelota a todo eso, a las redes… viven para las redes. Viven para eso. Te doy otro ejemplo, hace poco: Boca estaba como cuatro puntos debajo de River y lo destrozaban a Demichelis... y de Boca no decían nada. Hay gente que tiene cobertura mediática: entrenadores, jugadores y dirigentes.
-A veces es difícil la relación. Hay egos, algunos protagonistas no respetan nuestra profesión.
-Los dos nos necesitamos. Yo muchas veces me río cuando los periodistas dicen que tal jugador es un irrespetuoso porque no da una nota y así los hinchas de su club no pueden tener acceso a la información y al pensamiento de ese jugador. Y dicen: ‘A mí no me importa que salga en mi radio o en mi programa, lo que yo quiero es que le llegue al hincha lo que piensa, ser un canal…’ ¡Mentira! ¡Mentira! Esa es una mentira. ¿Para qué hacen todo ese speach? Porque es una manera de extorsionar. Me he callado mucho tiempo, porque para qué nadar contra la corriente… Bueno, estoy grande, ya no quiero nadar contra la corriente, pero tampoco ir arriba de esa ola, no quiero ir para donde van todos, ¿entendés? No soy el Che Guevara, no… pero en mi vida, jamás, le pedí una entrevista a un periodista, y mirá que con el Pollo [Vignolo] tengo una relación excelente; con Mariano [Closs] también; con Gustavo [López] tuve diferencias y ahora tengo una buena relación; con Fernando Niembro me peleé en su momento y ahora tengo una excelente relación… y con un montón de muchachos más de la segunda línea, Marcelo Benedetto, los conozco de toda la vida. Nunca se me ocurrió decirles ‘sacame que hace 5 meses que no laburo o haceme figurar entre los candidatos para ir a un equipo’. ¡Me moriría de vergüenza!! Pero no con ellos, sino con la crianza de mi papá, con mis amigos y con mis hijos. ¿Cómo los miro si hago una cosa así y después los quiero retar por algo? Sería un sinvergüenza.
-Sucede que para mucha gente del fútbol, el periodismo se agota en la radio y la televisión. Tu propia explicación lo delata.
-Es verdad, eso puede ser.
-Lo concreto es que en las últimas respuestas has expuesto la toxicidad del ambiente: empresarios que manejan todo, entrenadores que piden plata, periodistas con intereses…
-Sí, es así, así, en todo el ambiente del fútbol. Y viene empeorando desde hace tiempo. Y desgraciadamente las redes han llegado para hacer daño… no importa el cómo. Se ponen presidentes de la Nación por las redes, hacen renunciar a tipos del Gobierno por las redes, se montan mil operaciones por las redes… ¿Quiénes son las redes? Nadie. Y si te quieren voltear, lo hacen en dos minutos. No es justo. Yo no les doy pelota… Yo siempre supe si jugué bien o jugué mal a la pelota, no necesitaba mirar el diario, lo que ahora es prender el teléfono, para saber qué decían o dicen de mí. Cuando jugaba mal, era el primero en darme cuenta, ya en la cancha, porque no daba pases gol, no me hacían faltas cerca del área, no pateaba al arco, las perdía casi todas… Sabía que estaba jugando horrible. Yo nunca necesitaba de la opinión de otros para alimentar mi ego. En cambio, ahora, muchos sí lo necesitan.
-¿Se voltean técnicos con operaciones mediáticas?
-No sé si a un técnico en particular… pero sí se crean atmósfera de rispidez, por ejemplo cuando te quejás. ¿Se puede equivocar un árbitro? Desde ya, son décimas de segundo, sería completamente injusto condenarlo. Pero ahora está el VAR, que puede decir ‘te equivocaste, venía a verla, fijate que le erraste’. El VAR está para corregir, no para generar más dudas. ¿Cómo está funcionando? Mirá, lo que yo pueda decir no va a cambiar nada: son dos días de tapa de los diarios, dos días de quilombitos y chau.
Feliz Aniversario Ciclón !!!!! pic.twitter.com/zUSVR0p070
— Pipo Gorosito (@pipogorosito10) April 1, 2024
-Citaste el ego: ¿el tuyo te pide volver a San Lorenzo? ¿Por qué siguen sin encontrarse?
-No sé, no lo sé… por diferentes circunstancias no se dio todavía. Me buscaron cuando salimos campeones con Tigre, y yo tenía contrato vigente. Cuando estaba en Gimnasia me fue a buscar Lammens, pero estaba con contrato, y mi manera de defender la profesión es honrando lo firmado. Mira, estando de pretemporada en Argentinos me apareció una propuesta de Qatar, una fortuna era, y yo me negaba y subían más la oferta, pero yo había dado mi palabra, faltaba la firma, sí, pero la palabra es más que la firma. Ya va a llegar el momento de San Lorenzo y ya va a aparecer algo para retomar el curso laboral. Y en los momentos de ocio, como ahora, yo me llevo muy bien con la soledad. Tengo un campo en Bolívar, y me gusta estar ahí.
-Alberto Fernández contó que para tomar decisiones como Presidente usaba lo que llamó el “teorema de Gorosito”. No lo habría aplicado muy bien…
-Ja. Él iba a comer con nosotros al mediodía a Argentinos Juniors porque es amigo de Luis [Segura], e iba al predio. Y nos quedábamos hablando. Yo un día le comenté que “si hacés las cosas bien, es muy posible que te vaya bien”, y eso él después contó que lo había bautizado como el teorema… Y bueno…, qué se yo.
-¿Qué relación tenés con la política?
-Yo no tengo nada que ver con la política. Soy muy amigo de Sergio [Massa], pero a mí la política no me interesa.
-Un tema que alcanzó el umbral político fue el de los cantitos racistas de la selección. Cuando Argentina le ganó a Italia la Finalissima, dijiste: “Hay que terminar con la mentira de que Europa es superior a nosotros en fútbol. Ejemplo: Francia juega con casi todos jugadores de las colonias africanas”. La esencia de la canción…
-Vos antes leías la selección de Francia y estaban Platini, Amorós, Battiston, Tressor, Lacombe, Giresse, Rocheteau, Tigana… hoy lees y están Anchorichón, Chonchourichón… todos apellidos, digamos… Pero bueno, son franceses. Cambió, como tantas cosas; la selección de Chile, por ejemplo, está llena de argentinos… y para nosotros juega Garnacho, y está bien, porque es argentino.
-Dirigiste a Gallardo en River (2008-2010). ¿Te imaginabas a este DT?
-No, no, la verdad que no. Un chico muy inteligente dentro de la cancha, bastante callado y con una muy buena pegada. Y la inteligencia es la base del jugador de fútbol. A mí me cuesta entender que el jugador de fútbol no sepa qué es lo que tienen que hacer todos sus compañeros, si le tiene que estar pasando el de este lado o si el del otro ya cerró, porque eso me va a beneficiar a mí y al equipo. Todos deben saber todo, y cuando digo todo son cuatro secretos por puesto, no más. Insisto: no es tan difícil. Y cuánto más tronco fuiste, más creés que con trabajo sacás la situación adelante. Ejemplo: le preguntás a Riquelme cómo le pegaba, y no te lo sabe explicar porque para él era fácil. El tronco cree que la explicación está en el trabajo y hay cosas que no las suplís con trabajo. El trabajo tiene techo.
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