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Pedro Massacessi, del fútbol a los autos de lujo: iba a ser el sucesor de Bochini, pero terminó jugando en Finlandia y y hoy vive feliz en Estados Unidos
Pedro Massacessi es un caso curioso de la memoria selectiva: casi todos sus generacionales lo mencionan como un crack, el sucesor de Ricardo Bochini, precioso ejemplo del “One Club Man” (jugador de un solo equipo). Pedrito, como incluso algunos ahora -a sus 57 años- lo mencionan, era hábil, escurridizo, asistidor más que goleador. Pero delante tenía al 10 de Independiente. Sin embargo, se hizo un lugar en el Rey de Copas y hasta en 1989 convirtió un recordado gol frente a Deportivo Armenio que le dio el título al equipo que dirigía Jorge Solari.
Después, un rato en Chaco For Ever y otro rato en la Universidad de Chile, ídolo y campeón en Atlante, siete temporadas en el fútbol mexicano (también actuó en Cobras de Ciudad Juárez y Pumas de la UNAM), una aventura en el Yokohama Marinos de Japón en el medio y un cierre de carrera en un destino elegido, Finlandia, donde jugó para el FC Jazz.
Pero hay mucho más de la vida del heredero que no fue, de Pedrito, de Pedro, de Massacessi, que vive en Florida, en Estados Unidos. Y desde allí se engancha en un ida y vuelta con LA NACION.
Aquel gol que le dio un título Independiente
-¿Cómo era jugar con Bochini?
-No jugué mucho con él porque cuando el Bocha salía yo entraba, no jugamos mucho juntos, eso fue bastante feo. Pero bueno, eran las cosas que pasaban en ese momento, desgraciadamente no pude...
-Todos te señalaban como el sucesor del jugador más grande de la historia de Independiente: ¿cuánto pesó eso?
-Seguramente bastante... Pesó en el sentido en que no pude jugar, no pude ser tres partidos titular, falla mía, falla del club, pero bueno, la cuestión es que no, no fue bueno. Y en las prácticas tampoco porque él jugaba para los titulares y yo jugaba para los suplentes.
-¿Qué te asombraba en los entrenamientos?
-Era un jugador que te simplificaba todo, un jugador que te resolvía todo, el tipo hacía cosas espectaculares, por eso fue tan grande en Independiente. Pero bueno, el problema mío... el peso fue no haberlo trasladado al campo de juego; si podría haber sido yo el sucesor o no, al final nunca se supo, me hubiese gustado saberlo, si tenía condiciones o no, pero no, nunca me la dieron. Después Pedro (Iso, el presidente) hizo un negocio que tenía ahí con un diputado en Chaco For Ever, y me mandó allá luego de haber salido campeón con Independiente. Esas son las cosas, yo diría, sucias del fútbol, ¿no? Porque de Independiente podría haber ido a diez equipos más, pero este hombre decidió mandarme a Chaco For Ever. Hay cosas que uno en su momento las tenía que aceptar.
-Todos te decían “Pedrito”; ¿cuánto queda de aquel Pedrito con estampa de crack, más allá del campo de juego?
-Sabés que hay varios periodistas de Argentina que cuando hablo me siguen diciendo Pedrito. Sí, me decían así porque era chiquito, lo sigo siendo. Pero chiquito de edad también, entonces era complicado, bah, por eso el apodo. Pero la verdad sí me siguen diciendo así. Ahora ya no tanto igual, ya estoy... Ya tengo 57. Ya estoy en otra etapa.
-Saliste campeón con un Independiente, que siempre era protagonista y que ahora sufre por la posibilidad de descender. ¿Cómo lo vivís? ¿Por qué creés que se encuentra en esta situación traumática?
-Lo vivo con mucha tristeza, mucha pena; yo estuve en las inferiores, también en la pensión y terminás amando al club y uno después lo lleva toda la vida, pero son las malas decisiones que se toman desde hace muchos años, gente corrupta que entra al club y busca beneficios personales. Pero, en cierta forma, es lo que le está pasando al país también, es decir los políticos que entran para hacer su business y no para ayudar a la gente. La última directiva fue nefasta, y ahí están pagando los platos rotos...
-Después pasaste a Chaco For Ever, estuviste un breve lapso en la Universidad de Chile y pasaste a mostrar tu fútbol en México. ¿Qué recordás de esos caminos?
-Sí, de Independiente pasé a Chaco For Ever y estuve un año, bastante duro, difícil, viajábamos en colectivo de Chaco a Buenos Aires, mil kilómetros, todos los partidos ida y vuelta, fue duro, una etapa que la tuve que vivir. Después fui a la U de Chile, un torneo hermoso, me trataron muy bien, la idea era que me quedara pero en México me compraron, así que me contrató un equipo de la Primera División de allá, el Cobras de Ciudad Juárez, y en ese fútbol me quedé siete años... Me fui un año a Japón, a Yokohama Marinos, y después volví otra vez a México.
-Usaste la 10 muchas veces. La del Bocha, la del Diego, la de Messi. ¿Qué significa para un argentino lucir ese número en el exterior?
-Usar ese número es algo magnífico... La verdad que es muy lindo y en el mundo del fútbol el argentino está muy reconocido. Un argentino que juega al fútbol ya es un plus para otros países. Eso es importante, lo que nos dejó Diego y lo que nos está dejando ahora la bestia de Messi, el fenómeno éste.
-Tu último paso como futbolista profesional fue en Finlandia, un mercado entonces inusual para los argentinos. ¿Cómo fue aquello? ¿Cómo y cuándo decidiste que ibas a dejar de jugar?
-Sí, decidimos con mi esposa (Eleonora) ir a Finlandia para conocer otra cultura, otras cosas, un fútbol semiprofesional, aunque estuvo muy lindo porque jugamos primero la Champions, nos eliminaron y después la UEFA. Fue una experiencia hermosa. Más que nada fuimos para eso, para conocer, y porque futbolísticamente no era tan competitivo como otros países. Ya tenía 31 años, después de esa aventura dejé de jugar.
-Tuviste una carrera bastante corta, entre 1985 y 1997. ¿Cuál fue el mejor recuerdo que te dejó?
-Soy una persona muy agradecida a Dios en la posibilidad que me dio de haber conocido otros países y de poder vivir de esto, salir de Ceres, un pueblo de Santa Fe, y de repente ir a otros países, fue muy lindo, muy reconfortante... Agregale a eso que en México fui campeón y en Japón también, entonces eso ayuda mucho más. Fue muy satisfactorio, estoy muy agradecido, veo que muchos futbolistas están como enojados, no me hubiese gustado jugar en esta época... La época que me dio la posibilidad Dios de jugar lo hice y fui muy feliz.
-El después de una carrera de futbolista, a veces, se parece bastante a un abismo: ¿cómo fue en tu caso? Te insertaste muy bien en otros rubros después de tu carrera... ¿Cómo lo lograste?
-Es que si vos lo analizás es bien duro, en el sentido que el 95% de los futbolistas venimos de clase media para abajo, sin preparación, sin estudio, y de repente a los 17, 18 años te encontrás con fama, con mujeres, con amigos que salen de todos lados. Te encontrás con amigos, conocidos y gente que no veías hacía años, se te junta, y el jugador de fútbol es un ser humano y se pierde, ¿no? Se pierde, y agregale a eso que hay chicos que ganan un dineral de entrada, es difícil de sobrellevar eso; yo siempre le tuve mucho miedo, siempre tuve el apoyo de mi familia, especialmente de mi esposa, y siempre lo trabajé a eso, siempre estuve trabajando ese tema, el económico y el de dejar de jugar, en México yo andaba siempre con dos cargadores de celular, dos baterías. Cuando dejé de jugar, que me quedé sin equipo, que decidí dejar de jugar, una batería me duraba tres días, ¿me entendés? El cambio es muy grande, vos imaginate un jugador que esté en Boca, que sea figura y deje de jugar... No son los mismos amigos, ni la gente, ni la misma familia, es bien duro... Muchas veces juzgan a los chicos y no se dan cuenta de que es muy difícil sobrellevar eso; por eso hay que estar preparado, hay que estar bien, y estar bien apoyado por la familia.
-¿Cómo se aprende el know how de ámbitos que no conocías en detalle?
-El tema es de entrada tener que manejarlo y saber que la vida continúa. Es una etapa, una posibilidad que nos da Dios para poder estar ahí y después se termina. Todo se termina, pero luego sigue lo más lindo porque crecen tus hijos y vos tenés que ir creciendo como ser humano y creciendo para no equivocarte con el tema económico. Con respecto a qué hacés después, vos lo tenés que ir trabajando, no podés dejar de jugar y decir ‘bueno a ver que hago’, lo tenés que trabajar. Yo recuerdo que tenía 18 años y cuando concentrábamos, en la mesa yo elegía, si me lo permitían, con quien sentarme. Entonces siempre buscaba gente mayor, o gente que me pudiera enseñar algo, y cuando salís del entrenamiento, con quién te juntás, no podés estar todo el día en Instagram y escuchando cumbia. O tenés que hacer cosas, tenés que ir a una librería, tenés que comprarte libros, tenés que juntarte con amigos, hablar con los dirigentes y decirles “che, en qué están invirtiendo, qué es lo que estás haciendo, para dónde va el rumbo del país, dónde va el rumbo de la economía mundial, qué es lo que se puede comprar..”. Aunque no tengas plata, por lo menos estar preparado cuando la tengas, no equivocarte.
-¿Con quién te gustaba juntarte?
-En México me gustaba mucho juntarme con los directivos. Allá son todos empresarios que compran los equipos, y entonces te invitaban a cumpleaños, te invitaban a bodas, te invitaban… o ibas a la oficina a hablar de la situación del equipo que te citaban y todo eso, y yo siempre les tocaba el tema económico, en qué invertían. Me decían yo compro hoteles, por ejemplo... Y cómo hacés para comprar un hotel. Y bueno, me apalanco con el banco, hablaban de millonadas que yo no tenía ni el 10%, pero era importante y se puede poner plata ahí, se puede hacer tal cosa, y ahí vas averiguando y te dicen que no pongas todo en lo mismo, comprá bonos del tesoro, comprá oro, comprá plata, ahora salió lo del bitcoin... entonces, vos vas escuchando, vas viendo, y después en tu casa tenés que hacer la tarea, con tu esposa, con tu gente, con tu contador, y decir, a ver, ¿qué me conviene? Bonos del tesoro, ¿a cuánto? Cuánto hay que pagar de impuesto, qué es lo que hay que hacer. Yo siento que eso el 90% de los chicos no lo hace, se lo dejan a los empresarios... Que los empresarios están más para ayudar a sus hijos que para ayudar al jugador, la mayoría. Entonces el chico está en la peluquería, en Instagram, está más preocupados por el corte de pelo que se van a hacer y no por dónde poner esa plata que han ganado. Les llega plata por todos lados y creen que van a ser ricos toda la vida. Cuando se le corta lo que vos decías, el precipicio es muy grande. Entonces, si vos te vas preparando a los 20, 22 años, aunque no tengas plata, ya sabés qué hacer con tu primera plata que ganaste...
-¿Vos qué hiciste?
-Con la primera plata que gané le compré un departamento a mis padres. Después compré un puesto de diarios en Buenos Aires, después me compré un departamento para mí y para mi esposa, en Avellaneda. Entonces, vos ya vas haciendo una economía. Y tratar de hacer que funcione el interés compuesto. Para que vos vayas generando un plus de lo que estás generando. Después se hace todo mucho más fácil porque vos terminás tu carrera, tu profesión, y ya sabés; te podés sentar en una mesa y te pueden hablar de acciones, de lo que sea y vos más o menos ya tenés una idea y no te van a dormir tan rápido... Yo creo que todo pasa por el aprendizaje, por la lectura, por preocuparse, hoy tenés videos para mirar al respecto, de Kiyosaki, de Trump...
-Te encantan los autos. Tuviste un 147, hoy manejás autos de las “grandes ligas”. ¿Qué es lo que más te atrapa de los vehículos?
-Siempre me gustaron los autos, desde chiquito, ahí siempre mirábamos las carreras... siempre me gustaron las carreras, y a los 57 años y de acuerdo al estudio, a la economía que tengo, y proyectada a futuro me puedo dar el gusto. Todo puede suceder, vos sabés cómo es esta vida, hoy te agarra -no sé- una pandemia, te agarra algo de eso y quedás dado vuelta, pero en este país es medio difícil... Es un país muy estable, acá no se gana mucho, pero siempre se gana constante. En Argentina se gana mucho dos años y después perdés cuatro, es muy irregular la economía en comparación. Acá vos te comprás una propiedad, podés tener el 10% de ganancia mensual, o podés tener el 9 o el 11, ahí varía. En Argentina vos podés tener un 70% de ganancia y al otro año podés tener un 30% de pérdida. Es decir, es todo mucho más estable, y de acuerdo a ese estudio que hicimos ahí con mis hijos y con mi esposa... Me pude dar el lujo de poder disfrutarlos a los autos. La verdad, me encantan, es hermoso, y poder disfrutarlos. No los uso muchos, acá en Orlando... No es como Miami, que es un poco más lindo. Tenés un poquito más de salida, más de glamour, pero lo disfruto bastante, me llenan bastante, y aparte es una inversión, es un activo.
-Recién citabas a Trump como ejemplo. Cuanto menos, polémico...
-Es verdad, Trump es polémico, pero el tipo hizo muchísimo por este país en esos cuatro años que estuvo, fue muy bueno, eh... Trump es apolítico, pero hizo bien las cosas. Yo viví la presidencia de Obama, salió de Harvard él, la esposa, el hombre intachable, súper correcto, pero no hizo nada por el país. Es más, hizo el Obama Care y fue malísimo, y no hizo mucho por el país a nivel internacional. Trump se peleó con varios, pero benefició a los americanos; yo creo que arrasa ahora, hizo una muy buena presidencia. ¿Más o menos algo parecido a lo de Milei, no? Si me permitís, siento que Milei es una persona sumamente inteligente, habría que ayudarlo para que no hable muchas veces de la forma en que habla, pero las ideas que tiene me parecen bastantes buenas. Sí es muy grosero para hablar, entonces va a tener que mejorar en eso, creo.
"La Ferrari la pedí azul, me encanta ese color; es la SF 90, la híbrida, tiene 1000 caballos de fuerza. El Lamborghini Huracán negro es de 2020, tiene un motor V10 atmosférico de 5,2 litros de cilindrada de 610 CV que se asocia a una caja automática de siete cambios y doble embrague. La Ferrari roja, la F8 Spider, con techo plegable, en 2,9 segundos puede pasar de 0 a 100 km/h y puede alcanzar una velocidad de 330 km/h"
Pedro Massacessi
-Sigamos: también te desarrollaste en el mercado inmobiliario: ¿Cómo conseguiste hacer pie y crecer?
-El negocio inmobiliario siempre me encantó, me gustó mucho, en México compré, en Argentina también, después cuando volví a Argentina invertí en Puerto Madero, pero cuando vine a Estados Unidos tuve suerte: llegué en 2012, y estaban las consecuencias del problema que hubo acá en 2007 con Lehman Brothers y todo eso. Me he beneficiado con los precios, hemos comprado bastante ahí en West Palm Beach, porque Miami ya estaba caro... y la verdad que muy bien, los pusimos en renta, es todo muy fácil acá, todo muy fácil, comprás la propiedad, hacés un giro bancario, no necesitás ir a firmar, todo por internet... Es todo muy fácil, te dejan la llave ahí en la entrada. El Gobierno te incita a que no tengas la plata en el banco, sino que comprés propiedades. Entonces, en lugar de tener la plata en el colchón como la tendría yo en Argentina, la tengo en autos, en negocios, o en propiedades, y al tenerla en propiedades yo le doy de comer a mucha gente y esa misma gente me da de comer a mí porque tengo mi negocio, entonces es un win-win.
-¿Qué consejo le ofrecerías a los que están en esa situación del después del retiro?
-Es muy duro, es muy duro dejar de jugar: en México iba a bailar con Eleonora y con mis amigos y no hacíamos cola, había una cola de una cuadra y nos hacían entrar, en los restaurantes igual. A los 6 meses de retirarme fui con mi esposa a bailar otra vez y me detuvieron en la puerta, nos tuvimos que ir... Ya no jugás, ya no le interesa al gerente, no te da una mesa, la mejor mesa, es muy difícil, por eso tenés que estar preparado y tenés que ser inteligente y darte cuenta de que vas a tener 20, 200 amigos, que el gerente del banco quiere hablar con vos, y después de dos años el gerente del banco no te saluda... Tenés que estar preparado para eso, yo estaba preparado y me reía, y lo notaba y me daba cuenta. Si vos estás preparado ni sufrís y le sacás ventaja.
-Volvamos al fútbol. En el ‘86, el año del Mundial de Diego, ya eras futbolista profesional: ¿qué te acordás de esa Copa en la que el Bocha también fue parte?
-Recuerdo que estábamos de pretemporada con Independiente, creo que fue en La Rioja, con Pastoriza, y volvimos justo esa tarde que Argentina salió campeón, una cosa preciosa imaginate, el primer Mundial de Kempes, del famoso Kempes, lo viví en Argentina, al colegio no íbamos cuando jugaba Argentina. También fue una fiesta. En el 86, me hubiese gustado que jugara más Bochini.
-¿Y la tercera Copa? ¿Desde qué lugar la viviste? ¿Qué podés decir de ese Messi colosal?
-Mi felicidad más grande fue verlo a Messi feliz. Yo sufría mucho porque lo veía sufrir mucho a él con la selección, pero bueno, la gente que no está en el fútbol no sabe mucho y no se da cuenta, por ejemplo, de que Messi estaba jugando en el Barcelona con Xavi, con Busquets, con Jordi Alba, el fenómeno de Dani Alves de lateral derecho, y después jugaba en la selección argentina... Claro, pobrecito, jugó cualquier cantidad de partidos con Zabaleta en el lateral derecho. ¿Cómo hacía Messi para dar un pase con Zabaleta? ¿O con Paredes, que hace cinco años que anda de un equipo a otro? El que a mí me gustaba mucho era Higuaín y lo han criticado demasiado, pobre, pero no es lo mismo, no es lo mismo. Una pared con Neymar, Busquets te la da de primera... Todo el mundo habla de los técnicos, de la Scaloneta, de... ¡mamita! El campeonato lo gana el fenómeno este que tenemos, lo gana Messi. Es un monstruo, un fuera de serie, la verdad es una cosa espectacular y aparte nos hace quedar bien en todos lados. Acá lo aman a Messi.
-Ahora Lionel está jugando en “el patio de tu casa”: ¿Cuánto cambió la MLS desde su llegada? ¿Qué te cuentan tus amigos, tus clientes sobre él?
-Mirá, te voy a dar un ejemplo: vamos al gimnasio casi todos los días con la familia, en el gimnasio está lleno de televisores... ¿Qué pasan en los televisores? Fútbol americano, básquet, béisbol, fútbol americano, básquet, béisbol, noticias de fútbol americano, siempre lo mismo, toda la vida, hace doce años que estoy mirando lo mismo. Desde hace tres meses cortan la transmisión y se ponen a hablar de Messi, que para mí es mejor que Diego. Es decir, el loco cambió todo, es una cosa espectacular... Se baja del avión privado con la familia, con la esposa y los hijos, va, mete un gol y saluda a sus hijos, se va al shopping, va a un evento con la esposa y los hijos... te contesta bien, se saca fotos con todos, es un ángel, y encima es un extraterrestre, es decir, acá revolucionó todo, la gente está enloquecida. LeBron James fue a la cancha, las Kardashian, los cantantes, fue algo precioso, espectacular, todo el mundo habla de Messi acá.
-Diego era un perfecto artista. La FIFA no lo quería y tuvo que elegirlo como el mejor del Siglo XX y autor del mejor gol de todos los tiempos...
-Sí, es verdad, pero Diego podría haber sido más completo. Nos hace quedar bien en todos lados, eh... Qué se yo, no sé, a mí me daba mucha bronca porque Diego podría haber hecho cosas monstruosas. Un estilo Pelé, un embajador, no verlo hablar y bailando en Venezuela...
-Pero si nos aman en Bangladesh, China, Arabia y en los rincones más rezagados del mundo es por Diego. Messi es el heredero.
-Es verdad todo lo que decís, nos abrió muchas puertas especialmente a nosotros, eso es verdad. Me da bronca, me da bronca, eh… y me duele en el alma como terminó.
´-Por último, contame de Ceres. ¿Qué significó y qué significa?
-En Ceres estuve hasta los 14 años y fui muy feliz, la verdad. Mi papá era carpintero, mi mamá, ama de casa. La pasé precioso, pero bueno, fue una etapa ahí, después me puse de novio con Eleonora, que es de Avellaneda, me casé, ya no volví a ir a la ciudad.
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