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Pases de futbolistas argentinos sin dinero: cinco transferencias poco conocidas
Necesidades puntuales llevaron a los clubes a concretar arreglos impensados
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En los últimos 20 años, el fútbol generó ganancias de miles de millones de dólares para clubes y representantes en fichajes de jugadores. Primero en América y Europa, luego en Asia y Medio Oriente. Pero hubo momentos en que el fútbol argentino fue testigo de pases de jugadores profesionales sin dinero de por medio. Transferencias que se realizaron con éxito, pero a cambio de favores y otras necesidades que nada tuvieron que ver con la plata.
Por estas razones, LA NACION repasa, en orden cronológico, cinco casos de por sí particulares y poco conocidos, en tiempos en los que las redes sociales y el marketing brillaban por su ausencia, y los intereses económicos no eran tan notorios como hoy.
Máximo Federici, de Almafuerte a Huracán por 300 chapas de zinc
El primero de estos pases sin dinero de por medio gira en torno a Máximo Federici, quien dejó de jugar los domingos en un humilde club como Almafuerte para irse a Huracán en 1927. Al respecto, el “Globo” le ofreció a aquella entidad 300 chapas de zinc usadas para que pudieran terminar de construir una tribuna de su cancha en zona sur. Y al firmar su nuevo contrato, el “Flaco”, en tono de broma, dijo: “Me guardan algunas chapas por si les va mal y me pueden servir para hacerme un ranchito”.
Además de lo obtenido, el ex volante central llegó al “Quemero” por recomendación de Loizo Spósito, compañero de él en el elenco porteño, lugar en el que brilló y logró su máximo éxito deportivo: el campeonato de Primera División en 1928. Junto a ellos, también se destacaron futbolistas de la talla de Onzari, Stábile, Chiesa y Bartolucci, entre otros.
Arcadio López, de Ferro a Boca por una tribuna de madera
Al igual que Federici, la transferencia de Arcadio López desde Ferro a Boca Juniors no contempló plata en ningún momento. Aquel verano de 1938 vio cómo el ex marcador de punta llegó al “Xeneize” a cambio de una tribuna de madera y 410 sillas. Este pase es histórico porque resultó el único entre dos clubes profesionales de la máxima categoría argentina que se entabló en estas condiciones. Por esta razón, el “Verdolaga” logró agrandar su estadio a 45.000 personas en total. Dicha ampliación estuvo a cargo de la entidad de la Ribera, ya que trasladó a Avenida Avellaneda 1240 los tablones de la tribuna norte que había inaugurado en 1923.
En su estadía por el conjunto de La Ribera, López, de 27 años en aquel entonces, disputó 62 partidos en cuatro años, gritó campeón del torneo 1940 y de la Copa Ibarguren, y paradójicamente su último compromiso se dio contra el equipo de Caballito el 6 de septiembre de 1942.
Con 200 pesos de sueldo mensual y una prima de 4000 pesos en cuatro cuotas, quien supo jugar el Mundial 1934 en Italia llegó al combinado auriazul porque, en su momento, San Lorenzo ofrecía dinero por su ficha, pero Ferro quería tener más disponibilidad para su hinchada, algo que Boca sí pudo ofrecerle con creces.
Ricardo Zielinski y Diego Magliano, de San Telmo a Argentino de Quilmes por un colectivo y un trueque
A diferencia de los dos sucesos anteriores, este caso involucra a más de un jugador: específicamente a dos, Ricardo Zielinski y Diego Magliano, quienes arribaron a Argentino de Quilmes desde San Telmo de una forma muy peculiar que no reviste precedentes. Además del trueque con sus colegas Mazzeo y Dellepiani, que pasaron al club candombero, en el acuerdo de 1982 se incluyó a un colectivo de la línea 148.
El doble fichaje fue nota de “El Gráfico”, revista que reveló un detalle increíble: el medio de transporte lo manejaba el preparador físico del club de la Isla Maciel, Néstor Bonillo, hasta Palermo para que los chicos de inferiores de la institución porteña vayan a entrenarse.
El colectivo entró en la operación durante un año por una diferencia de plata existente entre ambos conjuntos que nunca se llegó a salvar. Y el otro detalle que reúne este inolvidable traspaso fue que el dueño del ómnibus era el por entonces presidente del “Mate”, época en la que era normal este tipo de trato entre las dirigencias del ascenso argentino.
Ángel Di María, de El Torito a Rosario Central por 26 pelotas
De una carrera intachable desde lo individual y colectivo, con la selección argentina y clubes europeos de elite, Ángel Di María comenzó su carrera en El Torito de Rosario, el club de su barrio. “Fideo” ingresa en esta nota debido a que Central lo quiso a los 6 años de edad a cambio de 26 pelotas de fútbol que nunca llegaron a destino.
Pasado el tiempo, el presidente de la institución santafesina fundada en 1975, Jorge Cornejo, reafirmó este dato: “Por entonces, la directiva de El Torito no conocía de fútbol. Era ilógico pensar que Rosario Central viniera a buscar a un chico de esa edad. Pedimos por su pase 26 pelotas profesionales que nunca aparecieron porque pedir plata era absurdo para la época”. Y, de esta manera, concluyó con su relato: “Fue por esa cantidad, pero nada de eso quedó registrado, porque no hay documentos de aquellos tiempos. En mi presidencia, le intentamos reclamar a Rosario Central, pero no hubo caso, no teníamos ningún papel”.
Franco Di Santo, de Tiro Suizo a Audax Italiano por 12 pelotas, dos redes y 40 litros de pintura
Transcurría 2006 cuando, con 15 años, Franco Di Santo fue fichado por Audax Italiano. El pase del mendocino, por entonces en Tiro Suizo de Rosario, se cerró con 12 balones, dos redes para arcos y 40 litros de pintura. Nacido el 7 de abril de 1989, el delantero argentino jugó con Maximiliano Biancucchi, primo hermano de Lionel Messi, hasta que volvió a su provincia natal para probar suerte en Godoy Cruz. Sin embargo, su talento se vio del todo cuando recaló en el mencionado conjunto chileno para luego irse a Europa muy joven.
Tras 13 años en el exterior y con pocas convocatorias a la selección albiceleste, Di Santo volvió a su país para cumplir un sueño pendiente: jugar en la primera división del fútbol nacional. Y San Lorenzo se lo hizo realidad en 2021, más allá de que su próximo destino será el Goztepe de Turquía. Todo este recorrido en cuestión, que incluyó Chelsea, Blackburn Rovers y Werder Bremen, entre otras instituciones, no podría haber sido posible si los materiales ofrecidos por Audax Italiano a Tiro Suizo hace 16 años le sirvieran al club rosarino para que arregle exitosamente varias instalaciones de su sede social y su estadio.
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