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Para los barras, la muerte no tiene fronteras
Luis Forlenza, de la banda de Lomas, falleció por un problema cardíaco tras un enfrentamiento con hinchas de Independiente
JOHANNESBURGO.- Denuncias encubiertas, muerte y barrabravas en estado de urgencia por regresar cuanto antes a nuestro país es el epítome de una jornada trágica y oscura. Eliminado el seleccionado de Maradona, la muerte del barra Luis Arturo Forlenza en un hospital de Ciudad del Cabo logró lo que el fútbol no pudo: que la Argentina volviera a ser noticia en tierras sudafricanas.
En la liturgia del aguante, el silencio ante la policía y la justicia es lo que se denomina código de barras. Ni siquiera el estado crítico en que se encontraba Forlenza quebró a los muchachos de la Banda de Lomas, quienes no involucraron a los barras de Independiente en su declaración sobre el ataque que sufrió su compañero en las cercanías de la estación de tren de Ciudad del Cabo, durante la madrugada del domingo.
"Fue un robo en la vía pública por sujetos desconocidos", dice la carátula de la denuncia policial, según fuentes consulares que informaron a LA NACION. Forlenza y dos amigos que lo acompañaban la noche del incidente relataron lo que sucedió ante la policía sudafricana. Pero lejos de responsabilizar a los barras de Independiente, como sí lo hicieron ante los medios de comunicación, prefirieron decir que eran desconocidos. Es decir, cubrieron a sus propios agresores.
Rayaba el mediodía sudafricano cuando unos barras de Independiente buscaban desesperados una ventanilla de Aerolíneas Argentinas en el primer piso del aeropuerto Oliver Tambo. En un principio, algunos de ellos tienen pasajes para el 12 de julio en un charter de la empresa nacional, mientras que otros hinchas poseen boletos para la misma fecha, pero en la línea angoleña TAAG, con escalas en Luanda y Río de Janeiro.
Si consiguen volver antes a Buenos Aires deberán pagar la penalidad por la modificación de fecha, que es de casi 200 dólares por pasajero. Los barras de Independiente se hospedan en una escuela en Pretoria, en Andries Street 142, junto con unos pocos barras de hinchadas de clubes del ascenso. Tal vez al conocer el delicado estado de salud de Forlenza, los barras de Independiente agilizaron los trámites para cambiar los pasajes de regreso.
En el parte médico que se ofreció en el Hospital Groote-Schur se deja constancia de que la muerte del barra no fue producto de la agresión recibida en la madrugada del domingo sino por antecedentes cardíacos del paciente.
El estado de salud de Forlenza era muy grave. "Tiene el corazón comprometido con fuertes arritmias y baja presión, y se descarta que su estado sea producto del golpe que recibió en la vía pública", decía el último comunicado de prensa que emitió la embajada argentina en Sudáfrica.
Forlenza era padre de una hija y vivía en José León Suárez. Estaba vinculado con la Banda de Lomas, el grupo que se jacta de ser la hinchada oficial del seleccionado argentino y que llegó a Sudáfrica el 29 de mayo, en el mismo vuelo en el que viajó el plantel comandado por Diego Maradona.
Forlenza había sido atacado por barras de Independiente en un intento por robarle una bandera. El incidente acentuó un problema cardíaco que padecía hace unos años. Hasta anoche no se habían resuelto los pasos por seguir con el traslado del cuerpo, según informó Adrián Vernis, vocero de la embajada argentina.
250 víctimas por casos de violencia en el fútbol suman ahora, con el caso de Luis Arturo Forlenza, según el listado de la ONG Salvemos al Fútbol.
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