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Para ir al Mundial, ya se unieron más de cincuenta barras bravas
Crece la iniciativa de Marcelo Mallo, un hombre cercano a Néstor Kirchner; mientras, el ministro Alak anunció medidas contra los violentos
La tropa de barras bravas kirchneristas, que se anida bajo el nombre de Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), aumentó su caudal de seguidores en tiempo récord. Nació hace dos semanas con 11 hinchadas adherentes y ya suma más de 50. Así se lo confirmó a LA NACION Marcelo Mallo, un dirigente de Compromiso K que actúa bajo las sombras de Rudy Ulloa, su "amigo" y hombre de influencia en las esferas del ex presidente Néstor Kirchner.
El proyecto de Mallo pretende premiar a los barras con viajes al Mundial 2010 a cambio de levantar las consignas de "la no violencia y no agresión en los estadios". Mallo tiene 46 años y su nombre tomó notoriedad al ser considerado el nexo entre la política y las barras. "Si el día de mañana los líderes de las hinchadas son transmisores de ideas para la comunidad, bienvenido sea. Pueden ser herramientas políticas, ser conductores sociales. Por qué no fiscales en elecciones, no sé", dijo.
El incremento de adeptos asombró al líder de HUA. "Ya son más de 50 las hinchadas que se unieron entre las de los clubes de primera y el ascenso. No podría decir cuántas personas son, pero lo importante es que queremos ayudar para combatir la violencia. Sé que los muchachos no son ningunas monjas, pero están entusiasmados con el proyecto", comentó Mallo, uno de los principales referentes políticos de San Francisco Solano, Quilmes, y hombre de confianza del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
No es fácil cuantificar la cantidad de personas que moviliza una barra. Pero valen como ejemplo las palabras de Rafael Di Zeo, ex líder de La 12, la barra brava de Boca. "En un superclásico movilizamos 1700 personas; en otros, normalmente unas 700", se jactó de su poder en una entrevista con LA NACION del 17 de octubre de 2006. Hasta el momento, las hinchadas de Boca y River no se sumaron a la iniciativa de Mallo, que nació como reflejo de la antigua ONG Nuevo Horizonte, que en 2007 financió el viaje de 23 hinchas de Independiente a la Copa América de Venezuela. A las barras que están en el convenio se las identifica porque lucen en sus tribunas banderas con las siglas de HUA y la simbología de "Kirchner vuelve".
HUA se presentará en los próximos días en la Inspección General de Justicia para solicitar ser considerada una ONG. Para recaudar dinero para el viaje al Mundial y sumar seguidores pretenden hacer un partido de fútbol con hinchas y ex futbolistas de varios equipos. "Será sin policías", se ilusiona uno de los organizadores.
En la infatigable búsqueda de soluciones contra la violencia se reunió ayer el Consejo Federal de Seguridad de Fútbol, un ente que está bajo la órbita del ministro de Justicia, Julio Alak, y que anunció que informatizará el registro de infractores a la ley del deporte, entre otras medidas. Anoche, y a pocas cuadras de distancia, hubo otro cónclave, pero de barras bravas. Fue el que convocó Mallo en su despacho de Recoleta.
"Si los dirigentes que tienen responsabilidades y que cobran dinero del Estado para garantizar la seguridad en los estadios no lo hacen, nosotros vamos a tratar de colaborar", afirma Mallo. Las críticas habrían sido destinadas a Pablo Paladino y Rubén Pérez, las máximas autoridades de la Subsecretaría de Seguridad en Espectáculos Deportivos (Subsef) y del Comité Provincial de Seguridad Deportiva.
En los despachos del Subsef los ánimos comenzaron a alterarse al observar cómo creció el protagonismo de la iniciativa de los violentos. Hasta se escucharon las inflamantes quejas del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, a quien la situación lo tiene algo desorientado, según confiaron allegados.
"No vamos a hacer ningún convenio con los violentos", se defendió Paladino, quien negó haberse reunido con Mallo y conocer de antemano el proyecto de los barras. Mallo reconoce que no hubo diálogo con Paladino ni con Pérez. Tampoco con Alak o Fernández. Y dice: "Aníbal (por el jefe de Gabinete) debe tener un montón de cosas para preocuparse. Nosotros vamos a ayudar. De a poco, con las reuniones y entre picada y picada, las hinchadas se van haciendo amigas y todo va a terminar siendo una gran hermandad".
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