“País colonialista”: el gobierno francés no reaccionó tras los comentarios de Victoria Villarruel, pero en la prensa la califican de “perfectamente despreciable”
Los medios locales variaron entre ignorar la calificación de “país colonialista” lanzada por la vicepresidenta argentina y una fuerte réplica; las autoridades se mantienen en silencio
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PARIS.– Las declaraciones de la vicepresidenta argentina, Victoria Villarruel, lanzaron una innecesaria escalada diplomática entre Francia y Argentina, calificada por muchos de “incomprensible” y por otros de “absurda”, en momentos en que el presidente argentino se apresta a tomar el avión para asistir a la inauguración de los Juegos Olímpicos de París, el 26 de julio próximo.
Y si bien el Gobierno francés aún no ha reaccionado oficialmente, y los diarios ya habían cerrado sus ediciones en el momento de esas declaraciones, algunos medios han comenzado a manifestar su repudio. “La vicepresidenta cato-fascista de Milei agregó una mano de pintura (al escándalo del canto racista de la selección argentina) cuando criticó a Francia como ‘país colonialista’, lo que no es falso. Pero viniendo de alguien que se reivindica como perteneciente a una dinastía de militares genocidas, es perfectamente despreciable”, anotó este jueves Michel Delarche en su blog que se publica en Mediapart, un sitio francés de izquierda moderada.
“Sobre todo, cuando uno de los héroes de la derecha argentina es el general Roca, que ejecutó el genocidio de los indios patagónicos a fines del siglo XIX, para beneficio de la oligarquía porteña y los colonizadores británicos de aquella región del país. El racismo contemporáneo de los argentinos remonta a la construcción, en el siglo XIX, del mito de la identidad criolla”, agrega.
En el mundo del deporte tampoco se entiende muy bien la actitud del Gobierno argentino. La semana pasada, Argentina fue escenario del caso del rugbier Melvyn Jaminet, full-back de la selección francesa y jugador del Rugby Club Toulonnais, que fue apartado del equipo por unos comentarios racistas en un video publicado en Instagram y luego suprimido.
“Apenas se habían filtrado sus propósitos racistas a través de su cuenta Instagram, no solo fue suspendido inmediatamente de la gira y enviado ipso-facto de regreso a Francia, sino que aquí ha sido excluido ‘de por vida’ de la selección y despedido de su club. Jaminet nunca más podrá jugar al rugby en Francia”, señaló a LA NACION un dirigente del fútbol francés, que prefiere mantener el anonimato hasta que la FIFA responda a la queja presentada por la federación francesa, después de que los jugadores de la selección argentina cantaran contra sus pares de Les Bleus en medio de los festejos por el bicampeonato en la Copa América con alusiones racistas y homofóbicas.
“El problema en cualquier país no es el racismo de los jugadores. Todos sabemos que eso existe en toda comunidad humana. El problema es cómo se lucha contra eso. Y la responsabilidad recae obligatoriamente en los responsables: federaciones y dirigentes políticos”, agrega, poniendo además como ejemplo las excusas del mismo Enzo Fernández y, sobre todo el comunicado emitido por su club inglés, el Chelsea. “Ese es el espíritu que hay que inculcar en el deporte. El deporte no es nacionalismo. Es respeto del adversario, de la diversidad y del vivir juntos. Y, cuando no es así, hay que sancionar”, concluye la fuente.
“Argentina está dejando de ser un país en crisis para convertirse en una tragicomedia”, dice un periodista económico del diario conservador Le Figaro, que se pregunta “cómo piensa Javier Milei obtener las inversiones que necesita, peleándose con todo el mundo”. Mismo asombro por parte de un responsable de deportes del canal privado TF1, que todavía “no comprende” cómo es posible que un presidente diga que nadie está por encima de una selección de fútbol “haya ésta ganado mil copas”. “¿O sea que, si se les ocurre prender fuego a un edificio, nadie puede decirles nada? ¿Y para qué sirve la Federación Argentina de Fútbol?”, cuestiona.
Pero lo que más choca a los franceses es la acusación de “colonialismo”, cuando el país ha hecho, desde la descolonización de la década de 1960, enormes esfuerzos por reparar los daños y sufrimientos causados durante siglos. “Un país poscolonial, lo sigue siendo y nunca terminará de pagar sus errores. Pero hay algo totalmente injusto en todo lo que se dice de Francia en Argentina en este momento. Es dar prueba de un desconocimiento absoluto de la historia contemporánea”, vierte Ivette Klein, miembro de Amnistía Internacional.
La especialista en derechos humanos señala además una contradicción. “Se acusa a este país de estar ‘lleno de árabes y de negros’ y después se dice que practica el colonialismo. Pero hay que ponerse de acuerdo. Con el tiempo, Francia se ha convertido en un país multirracial. Y es una suerte inmensa. La diversidad trae riqueza cultural y económica. Por supuesto hay enormes desigualdades. Nadie lo niega. Pero esa gente no viene de otro planeta. Son franceses. Con los mismos derechos que todos los demás”, insiste. Y Klein concluye: “Es curioso que se acuse a Francia de colonialista, en vez de hacer lo mismo con Rusia y con China, países que han remplazado a las ex potencias coloniales en África desde que el islamismo llegó a ese continente”.
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