Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
Hijos del futuro. Las esperanzas en tiempos de pandemia: los dos equipos juveniles que lanzó el fútbol argentino
Entre el contexto adverso por el Covid-19, la economía condicionada y la agenda apretada por la doble competencia, más de 22 jóvenes fueron promovidos por los entrenadores; historias mínimas transformadas en ilusiones
- 14 minutos de lectura'
El fútbol siempre tuvo guiños del destino para tocar con la varita mágica a protagonistas puntuales que luego terminaron escribiendo la historia del torneo argentino. Los debuts de los juveniles del club siempre fueron bien vistos por los hinchas, hasta los acompañaban y les tenían mucha más paciencia que al refuerzo que llegaba de afuera. Sin embargo, el contexto actual derrumbó toda lógica. La pandemia alteró toda ecuación en el mundo normal y también en el deporte. Incluso las instituciones tuvieron la economía condicionada, por lo que tampoco pudieron incorporar tantos refuerzos.
Si hubo un caso emblemático para describir lo que se vivió en la Copa de la Liga en los últimos meses fue el debut de Alan Leonardo Díaz en el arco de River y nada menos que ante Boca, en la Bombonera. Hasta se dio la particularidad que ni siquiera tenía contrato profesional y, de la noche a la mañana, debió salir a la cancha. Lo cierto es que lo de Díaz es apenas un ejemplo. Los casos de Covid-19, la agenda apretada y las lesiones por las exigencias, la falta de entrenamientos o la sobrecarga de partidos les generaron un ámbito para que muchos juveniles deban quemar etapas, debutar antes de lo previsto. Así fue que se pueden armar dos equipos con futbolistas que se presentaron en los últimos dos campeonatos, incluso la mayoría de ellos dejando buenas impresiones, aprovechando las chances que le dio el destino. Historias mínimas con ilusiones de proyección: al fin y al cabo, la pelota les dio la chance de jugar. Y no la quieren desaprovechar.
Alan Leonardo Díaz (21 años) pasó de ser el arquero suplente de la Reserva a debutar en la Primera de River y en un Superclásico. Sucedió en mayo pasado, como consecuencia del brote de Covid-19 que alcanzó los 20 contagiados en el plantel millonario y, entre ellos, a los cuatro arqueros: Armani, Bologna, Lux y Pétroli. Sin minutos oficiales en Reserva y tras jugar únicamente cuatro partidos en cuarta división en el año, se destacó con apariciones claves ante Tevez y hasta le atajó el penal a Cardona en la definición. Fue la figura de un equipo que esa tarde tuvo otros dos debutantes: el volante ofensivo Tomás Galván (21) y el delantero Daniel Lucero (19), de buena tarea en los minutos finales.
Nacido en Lanús el 27 de enero de 2000, el joven tiene como referente a Ubaldo Fillol, llegó a River en 2007 desde Ateneo, club de Lanús Oeste, había participado en selecciones nacionales juveniles Sub 17 y Sub 20 y recién el viernes pasado firmó su primer contrato profesional hasta fines de 2024: ahora está bajo el mando de Marcelo Gallardo en la pretemporada en los Estados Unidos.
Una de las grandes apariciones fue, sin dudas, Alan Varela. El volante de 19 años, al que Miguel Angel Russo le dio la chance de formar el medio campo en Boca junto con Cristian Medina (18) y Agustín Almendra (21). No fue el único futbolista que hizo debutar Russo en la Ribera, pero terminó siendo el más regular, hasta parece que tuviera más años por la seriedad y eficacia con la que toma decisiones en el campo de juego. Obvio que tiene mucho para aprender y ante Huracán debió ser expulsado por una falta que cometió cuando ya estaba amonestado. Pero el 5 tiene, desde las características y cómo afrontó la chance que le dio su DT, todo para ganar.
Su camino en la institución xeneize comenzó en 2012, una vez que el club supiera de su existencia en el predio que Barcelona había apostado tener en La Candela para proyectar a futuras promesas argentinas. Jorge “Coqui” Raffo, ex coordinador de inferiores en Boca, fue uno de los primeros que lo vio. En su estadía, vivió giras con las inferiores, títulos, un ascenso rápido a la Reserva –por pedido del ex técnico Rolando Schiavi– y una situación que bien pudo obligarlo a desechar tanto esfuerzo: con sólo 16 años y sin pretenderlo, fue padre de Aitana, el primer nombre que llegó a su cabeza para dedicar su debut como titular frente a Huracán, en diciembre último.
El 5 que era 10 y tenía como referentes a Gago y Banega, le ganó el puesto a Jorman Campuzano en 2021, el colombiano que había resultado fundamental para Russo en 2020. A diferencia de lo que sucede con Leandro Paredes en la selección, el cambio radical de Varela fue que primero pensó en ‘ser 5 desde la cabeza y la forma de pensar’, luego desde la ejecución en la cancha. “Me crie viéndolo a Gago. Después miré mucho en Boca a (Nahitan) Nández y (Wilmar) Barrios y hoy lo hago con (Leandro) Paredes, que jugaba de ‘8’ y de ’10′ como lo hacía yo en las inferiores y ahora compartimos posición”, reveló hace poco. Varela surgió para quedarse: de hecho, la llegada de Rolón (Huracán) no le discutiría titularidad a él. En 2019 firmó su primer contrato con Boca, pero hace poco fue actualizado con vigencia hasta 2025 y con una cláusula de rescisión de 10.000.000 de euros, pero que ascenderá con los años.
Ignacio Galván, 18 años, fue una de las gratas apariciones en Racing. El zurdo tenía por delante a Eugenio Mena, Lucas Orban y Alexis Soto; hasta Juan Antonio Pizzi había probado en ese puesto al delantero Melgarejo. Pero el entrenador le vio condiciones y le dio la chance de ser titular ante Sporting Cristal, por la Copa Libertadores, y luego por el mismo torneo ante el San Pablo de Hernán Crespo en Brasil. Y rindió muy bien.
Uno de los ejemplos en función de cómo la pandemia aceleró los tiempos, lo mismo sucedió en la Academia con Juan Cáceres, el central que terminó imponiéndose como lateral derecho por encima de Iván Pillud y Fabricio Domínguez. Uno de los grandes aciertos de Pizzi.
Galván fue una de las típicas apariciones del Predio Tita. El zurdo, hincha y socio de Racing al igual que su padre Néstor, llegó al club con diez años. En sus inicios era wing izquierdo. En mayo pasado había circulado en redes sociales una foto que Galván, con nueve años, subió a su Facebook en septiembre de 2011, abrazado por Iván Pillud, que ya llevaba un año en la Academia. Entre los dos laterales que se llevan 17 años, un ejemplo de la nueva convivencia entre dos generaciones.
En marzo de este año, Iván Maggi (21), delantero de Racing, estaba por arreglar su futuro con un club de la B Nacional. Le habían dicho que no iba a ser tenido en cuenta por Pizzi. Pero al día siguiente de recibir la noticia, le hizo dos goles a Estudiantes en la reserva. El DT cambió de idea y Maggi hizo 4 tantos en 3 partidos.
Facundo Farías, con 18 años, fue una de las figuras del campeón, Colón. “Soy de Los Hornos y arranqué a jugar en la escuelita del barrio. Como todo chico, fui creciendo en el potrero y en todas las canchas hasta que llegué a Colón”, contó hace unos meses el delantero que puede jugar de extremo derecho pero que también hace una buena dupla con el Pulga Rodríguez jugando los dos por el centro del ataque. Uno pivotea y el otro ataca el espacio, en ese estilo de contraataque y transiciones rápidas con las que se destacó el equipo líder de la Zona 1. “Eduardo Domínguez me da libertad”, repite el atacante que tuvo altibajos lógicos en su rendimiento y hasta se perdió la final con Racing por tener Covid-19, pero fue una de las revelaciones del certamen.
Patricio Ostachuk, defensor central de Independiente, encontró su chance por el mencionado contexto de la pandemia, la venta de Alan Franco y un Julio César Falcioni que en muchos partidos utilizó una línea de 5 defensores. Nació en Oberá, Misiones, el 5 de mayo de 2000. Tiene 21 años y desde el año 2018 se desempeña en la zaga central. Llegó al Rojo por una prueba que le dio Jorge Bernardo Griffa cuando fue coordinador de las inferiores en Avellaneda. Hasta mediados de 2018 era volante ofensivo o N° 5, hasta que Fernando Berón lo bajó a zaguero cuando lo subió a la reserva. Con Falcioni también recuperó terreno Lucas ‘Saltita’ González (aunque no había arrancado siendo una prioridad del DT y había debutado en primera con Beccacece), un volante con ida y vuelta, capaz de cambiarle el ritmo al equipo, y tratan de afianzarse dos juveniles centrales: Sergio Barreto (diestro) y Ayrton Costa (zurdo).
Banfield fue el que más juveniles utilizó, según una estadística de la Liga Profesional Data, con un 30% por debajo de los 20 años y fue el equipo en el que más juveniles debutaron: 14. No es casualidad que se trata de uno de los clubes que mejor trabaja en sus divisiones menores, junto con Lanús y Vélez. Entre ellos, se destaca el caso de Ramiro Enrique, delantero e hijo de Héctor y sobrino de Carlos. El Taladro venía de ser subcampeón en la Copa Diego Maradona y Ramiro Enrique se presentó ante Racing, en febrero pasado, en la primera fecha de la última Copa de la Liga. A los 27 minutos del segundo tiempo, ingresó por Luciano Pons y mostró movimientos muy interesantes en su presentación: rápido y decidido. Y le hizo un gol a Estudiantes, de cabeza, en el empate 2-2 que los chicos de Banfield terminaron rescatando tras estar 0-2 y en un contexto adverso.
“No esperaba ser la figura de la cancha, la verdad. Sí esperaba que podíamos empatar, siempre tenemos actitud. Estoy contento por el gol, por el empate. Hubo 18 contagiados de Covid-19 y subimos los pibes y demostramos una vez más que podemos. Dejamos todo en la cancha”, contó aquella noche Ramiro. El delantero de Banfield que más rédito le sacó a los pocos minutos que tuvo al debutar fue Juan Manuel Cruz (21), el hijo del ‘Jardinero’ Julio: a los segundos de haber ingresado ante Argentinos, en la Paternal, metió un golazo al ángulo en el tiempo adicionado para el 1-1 del equipo de Sanguinetti.
Ramiro Di Luciano, de 17 años, sorprendió gratamente en el Taladro cuando fue titular ante Rosario Central. El lateral derecho, de características ofensivas, muy veloz, con proyección y llegada al gol, es titular en la Reserva que comanda Hugo Donato y selló su vínculo con el club hasta diciembre de 2024. Está en el club desde los 10 años, siempre jugó de “4″, es considerado una de las grandes promesas de Banfield y tiene como referente en el puesto a Javier Zanetti. En la banda izquierda de Banfield, jugó algunos partidos como titular Julián Eseiza (19 años).
Con respecto al lateral derecho, además de Cáceres y Di Luciano, en el torneo argentino se destacó Eric Meza, el lateral de 22 años que pasó a ser titular en Colón tras la partida de Alex Vigo a River. Pero también aparecieron Joaquín García (de 19, titular en Vélez ante Patronato) y Elías López (de 20, que fue titular en Godoy Cruz ante Central Córdoba y San Lorenzo).
Lanús, con su trabajo en inferiores y el lugar que les da Luis Zubeldía en la proyección y el aprendizaje con la transición a la primera, también contó con varios lanzamientos, entre los que se destacaron el arquero Lautaro Morales, que debutó ante San Pablo, la Copa Sudamericana, en la que los granates fueron subcampeones, y Julián Aude, de 18 años, lateral izquierdo de 1m80. Ambos se afianzaron en los planos local e internacional y mostraron personalidad. Morales le ganó el puesto incluso a un muy buen refuerzo que llegó de Belgrano, Lucas Acosta, y el defensor se destacó con proyección, buena pegada y juego aéreo en ambas áreas, un plus para todo lateral.
“De tres me siento más cómodo porque jugué toda mi vida ahí. Conozco el puesto y me siento más firme, tengo la cancha de frente y se me hace más fácil para la salida o gambetear. De volante me las rebusco, pero a veces me cuesta jugar de espaldas. Aparte siempre estás más presionado, por uno o dos rivales”, se definió en la página Fortaleza granate. Zubeldía también lo utilizó como mediocampista interno en un 4-3-3 y -muy eventualmente- como doble 5 en un 4-2-3-1.
Como aparición ofensiva, en Lanús se destacó Franco Orozco. El wing derecho tiene 19 años y está en Lanús desde 2010. Con Zubeldía suele jugar por la izquierda, para encarar con perfil invertido de afuera hacia adentro, y porque el Laucha Acosta o Pepo de la Vega suelen jugar de “7″. Le tocó debutar nada menos que ante San Pablo, de Brasil, en octubre pasado, y 15 días después lo hizo como titular ante Talleres, noche soñada porque hizo un gol de cabeza. Antes le había marcado un gol a Gimnasia, en un amistoso.
Vélez, otro club formador por excelencia, siempre potencia a juveniles. Tiene varios en primera pero quien explotó con regularidad en presencias y rendimientos fue Agustín Mulet. El volante central de 21 años empezó a tener más participación tras el retiro de Fernando Gago y se transformó en uno de los futbolistas más utilizados por Mauricio Pellegrino como doble 5 de Galdames o Mancuello en un esquema 4-2-3-1. Llegó al Fortín cuando tenía 8 años, tiene un estilo aguerrido y combativo, se hace respetar con su 1m84. Es el más táctico de los 5 de Vélez, pero también entrega buenos pases y puede llegar al gol.
Piero Hincapié, central zurdo de Talleres que mide 1m84, fue una de las grandes apuestas de Alexander Medina. El ecuatoriano, que fue convocado por Gustavo Alfaro y está disputando la Copa América en Brasil, fue el noveno jugador con más recuperaciones (53) en la última Copa de la Liga. Tuvo buenos rendimientos y con la particularidad es que apenas cometió 3 faltas en los 13 partidos que disputó.
En Rosario, Central y Newell’s siempre aportan nuevas apariciones con futuro. Alan Marinelli se destapó de la mano del Kily González. El Tanque, como lo llaman los amigos, puede jugar en todos los sectores del frente de ataque, como extremo por derecha o izquierda. Y también de 9, pero donde más cómodo se siente, según afirma el jugador, es por los costados porque sabe que es “rápido” y por allí explota su velocidad. En su primer partido como titular le hizo dos goles a Patronato el 14 de diciembre de 2020, en el triunfo de Central 3-0.
Hubo situaciones extremas, como cuando debió atajar Enzo Pérez en River ante Independiente Santa Fe, por la Copa Libertadores, pero también en la liga local, aunque sin la necesidad de que un jugador de campo ocupe el arco. Pero sucedió con Gimnasia en la previa al partido con Lanús, que terminaría perdiendo 4-2 pese a los dos golazos que marcó Licht. En un Lobo con un brote de contagios, debió atajar Tomás Durso, tercer arquero de 22 años, y también fueron titulares el central Gustavo Areco (20) y el volante Ignacio Miramón (17). No fueron los únicos, el listado es más amplio.
En la última Copa de la Liga Profesional, los equipos que más jugadores utilizaron fueron Defensa y Justicia (39), Arsenal (35), Newell’s (34), Banfield (33), Gimnasia (33) y Racing (33), según datos de LPD. Son cifras altas con relación a la cantidad de partidos locales, aunque entendibles teniendo en cuenta el contexto adverso y que la mayoría disputó doble competencia. Los que menos futbolistas utilizaron fueron Colón (25), Unión (25) y Atlético Tucumán (25). Pero, en todos los casos, recurrieron más que nunca a la proyección de jóvenes valores. Ahora, estará en ellos ‘no dejar pasar el tren’ y afianzarse con regularidad a la exigencia de la Primera División.