Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
Nicolás Larcamón: cómo piensa y ve el fútbol el entrenador que estuvo en el radar de San Lorenzo e Independiente
La historia del entrenador que tuvo revancha desde el banco: lleva dirigidos más de 300 partidos; una osteoconcritis lo obligó a dejar el fútbol con tan solo 22 años
- 7 minutos de lectura'
Nicolás Larcamón nació en La Plata hace 39 años y ahora estará frente al desafío de su vida. Fue elegido como nuevo DT de Independiente e iba a firmar un contrato hasta diciembre de 2025, pero por cuestiones personales el acuerdo se rompió. Antes había tenido la chance de reemplazar a Rubén Insua en San Lorenzo, pero también dijo que no. ¿El candidato menos pensado? Lo cierto es que muchas veces es cuestión de ingenio, de analizar alternativas y jugársela (de parte de los dirigentes o secretarios técnicos) por profesionales capaces más allá de que hayan o no tenido una buena carrera como futbolistas. Larcamón estudió en Llavallol: jardín, primaria y secundaria. Una osteocondritis lo obligó a dejar el fútbol con tan solo 22 años, cuando era jugador de Los Andes. Cursó cuatro años de arquitectura, pero volvió al fútbol. Antes también había pensado introducirse en el mundo de la preparación física: “Reconozco que fue un camino atípico”, señala.
Empezó dirigiendo en Baby Fútbol, también en las infantiles de fútbol 11 en Nueva Chicago y en Banfield. Reserva de Chicago y luego lo que la gente sabe: se hizo conocido con un gran trabajo en Deportivo Anzoátegui, de Venezuela. “Nos fue muy bien, ganamos dos copas. Tuvimos también el subcampeonato en el torneo Apertura. Siempre voy a estar agradecido a Venezuela porque fue el país que me dio la primera oportunidad de dirigir”, recuerda quien asumió el desafío con apenas 31 años. Y de ahí a Chile: lo llamó Deportes Antofagasta. Pese a su joven edad, suma más de 300 partidos como entrenador, tomando sus experiencias en Venezuela, Chile, México y Brasil. “Tenemos una metodología, tanto para los entrenamientos como en lo referente al liderazgo, el trato con los jugadores, muy a la vanguardia de lo que requiere el futbolista profesional”, destaca.
Usa los pizarrones en los entrenamientos más tácticos y también en la previa de los partidos. Ya no la vieja tiza blanca sobre el paño verde, sino el marcador negro sobre la base de plástico blanco: “No soy partidario de las formaciones fijas porque hay una postura para atacar y otra para defender, incluso hay desorden dentro de las transiciones. Pero sí se eligen puntos de partida que luego pueden ir fluctuando en función del desarrollo del juego”, cuenta como introducción a su metodología de juego.
“El sistema lo defino más en función de cómo vamos a atacar y cómo vamos a defender. Cuando tenemos la pelota puede ser un 5-2-3, con tres centrales, dos carrileros; un doble 5; dos jugadores por afuera y un centrodelantero. Pero esto también puede transformase en una línea de cuatro si uno de los centrales sube al medio o uno de los carrileros baja”, explicó en una charla en México mientras causaba revolución con Puebla.
Suele jugar con un solo centrodelantero, pero si debe revertir un resultado quizás sí apuesta a la fórmula del doble 9, retocando el sistema a un 5-3-2. Si juega 4-3-3, trata de generar combinaciones para que haya sociedades entre los laterales y los wines. Más allá de que no tiene experiencia en la primera división del fútbol argentino, se lo podría encuadrar en los DT como Gabriel Milito, Sebastián Beccacece, Pablo Guede y Ariel Holan por su forma didáctica de explicar y los conceptos que trabaja para potenciar a su equipo.
Los cuatro años de arquitectura le dieron conocimiento, pero lo alejaban de la pasión. Se recibió en la Escuela de Directores Técnicos Nicolás Avellaneda y hasta fue profesor exponiendo en la materia ‘táctica y estrategia’. Quiere que los jugadores sepan desempeñarse en más de una posición: “Sobre todo en planteles cortos, donde es más difícil encontrar un especialista, entonces ahí es ver bien si en un mismo jugador podés resolver cuándo necesitás un stopper o un volante de contención”, cuenta.
Le gusta que el juego se inicie desde los arqueros y ensaya movimientos pre-establecidos para encontrar siempre al tercer hombre, el jugador que libere las zonas y permita avanzar y atacar colectivamente con más criterio: “La salida desde el fondo me gusta como recurso, siempre entendiendo las posibilidades. No me gusta ser fundamentalista. Me gusta ver las posibilidades y a partir de ahí resolver, cuándo se puede y cuando no, cuándo hay más chances de perder que de ganar a partir de una decisión. En eso también analizar las variables del rival. ¿Te presionan alto o te dejan jugar? Eso también influye”.
Tiene personalidad y le gusta entrenar al jugador a través del convencimiento. Pero también demostró un carácter que a veces puede cruzar algún límite. En abril de 2023, Larcamón –por entonces DT de León- se peleó en pleno partido con Fernando Ortiz, DT argentino de América de México, en el empate 2-2 por la fecha 13 del torneo mexicano. Los dos entrenadores fueron expulsados tras un cruce caliente al costado del campo de juego del estadio Azteca, que incluyó insultos y algunos manotazos. Aunque después terminaron aclarando los tantos, en ese momento los tuvieron que separar.
“Presión alta ante la pérdida”, “amplitud” y “cambios de orientación”, son otros términos que utiliza para generar los ataques en las etapas de entrenamiento. Movilidad para que quien lleva la pelota tenga más de una alternativa de pase. “Si bien tenemos que tener la alternativa de ser agresivos con un ataque directo, me gusta cuando se elaboran situaciones de riesgo sumando pases, con buenas triangulaciones, desmarques y poniendo a 5 o 6 jugadores en el área rival”.
Dejó una huella en Puebla, pero en León consiguió su primer título al ser campeón de la Concachampions en 2023 después de vencer por un global de 3-1 a Los Ángeles, de la MLS. Luego su equipo jugó el Mundial de Clubes, pero la eliminación en esa competencia, después de la derrota ante Urawa Red japonés, cortó el proyecto. Más tarde llegó al Cruzeiro, donde alcanzó la final del torneo estadual de Minas Gerais, pero lo echaron por perder el encuentro decisivo con el Atlético Mineiro de Gabriel Milito.
En total suma 309 partidos como entrenador, tras sus pasos por Deportivo Anzoátegui (69), Deportes Antofagasta (23), Huachipato (52), Curicó Unido (19), Puebla (81), León (51) y Cruzeiro (14). Ganó 107, empató 94 y perdió 90, consiguiendo un porcentaje de eficacia del 44,7%. Cuando fue despedido Gerardo Martino de la selección de México, Larcamón fue uno de los entrenadores que estuvo en la carrera para reemplazarlo.
En el caso de haber arribado a Independiente, tenía como anclaje a Federico Mancuello, con quien gestó una buena relación cuando lo dirigió en Puebla. “Hubo un cambio de posición, en mi juego. Con Nicolás (Larcamón) estoy muy agradecido porque me hizo conocer otros detalles, me hizo creer que una faceta del juego a la que no estaba acostumbrado y que era la de marcar y ejercer la presión”, lo había elogiado el mediocampista zurdo.
“Cuando tomé la decisión de renunciar a ser arquitecto y dedicarme al fútbol bueno, eran proyectos diferentes. La decisión no fue fácil, sobre todo porque en aquel momento la decisión no fue para dirigir primera división, sino para inferiores. Había diferencias de sueldos, pero en ese momento creí que era lo mejor, lo que más entusiasmo me despertaba como medio de vida. Tomé una decisión acertada y… acá estamos”, recordaba Larcamón en una entrevista con MedioTiempo, de México.
Un DT puede utilizar habilidades de un arquitecto. Para construir un equipo firme, necesita de bases sólidas en las columnas vertebrales (en los puestos claves de defensa y ataque), visualizar un estilo de juego acorde a los componentes del plantel, edificar para arriba, pero sin quemar etapas: no sea cosa de querer armar primero el quinto piso antes que el segundo. En el juego es lo mismo. Lo sabe Larcamón, que a los 39 años ya dirigió más de 300 partidos y fue tentado por equipos grandes del fútbol argentino.